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Sarah Hegazi: la rosa multicolor de El Cairo (I)

Es 22 de septiembre de 2017, vas a un concierto de Mashrou’Leila en tu ciudad y te sientes conectada con la banda junto a las treinta mil personas del público. Disfrutas del clima suave de la noche de finales de verano y un momento álgido del concierto, sacas la bandera LGTB para mostrar tu orgullo por ser quién eres y, tal vez, amar a quien amas.

Nueve días después, el  1 de octubre eres arrestada junto a un grupo de otras personas por ese motivo. Es 22 de septiembre de 2017 y tu vida no volverá a ser igual. Este hecho fue vivido por la activista LGTB y feminista egipcia Sarah Hegazi.

En la foto de perfil de Instagram de Sarah Hegazi, se ve a una mujer que sonríe con la boca cerrada, y parece tener un carácter tranquilo, pero con expresión divertida, algo que corroboran sus amigos cercanos: “no sabía lo divertida que podía ser”, dice Ziva Gorani, activista Kurda que conoció a Sarah en Toronto.

Ahmed Alaa, activista LGTBI egipcio y amigo de Sarah, recuerda que le gustaba crear memes y colgarlos en las redes sociales. Sarah amaba la música, sobre todo la canción árabe clásica, especialmente Om Kalthoum (1898-1975) cantante egipcia apodada el Astro de Oriente, cuyas largas melodías y letras cantaban generalmente al amor perdido o no correspondido.

A pesar de tener un gran poder y ser considerada una diva, Kalthoum se identificaba con los campesinos y era una mujer humilde, algo que tal vez atraía a Sarah, comunista convencida. Por otra parte, según publicó Ziva Gorani en Facebook, uno de sus recuerdos con Sarah es cantarle su canción favorita, el “Amal Hayati” durante horas, de la ya citada Om Kalthoum.

Además, según cuenta otra activista LGTB compañera de Sarah que no desea ser mencionada, también le gustaba la música que tocaban en el coffee shop en el que estaba siempre en el Cairo, el Kafein, cerrado actualmente. Ahmed Alaa recuerda que el Kafein era un lugar seguro, lleno de dibujos, y la mayoría de clientes eran artistas y liberales.

En abril de 2017 Sarah comenzó una campaña online  en solitario en su perfil de Facebook, con su nombre real y fotos suyas, para exigir derechos LGTB en Egipto. Su campaña se hizo popular y organizaciones LGTB empezaron a preguntarle si podían colaborar. Después de esto ella sabía que podía ser arrestada en cualquier momento.

De hecho, Sarah no siempre actuó en solitario, también colaboró con la página de Facebook Barra Alsour, según confirma el colectivo sirio LGTB Arabic, pero unos hackers hicieron un ataque a su publicación.

Sarah fue parte del partido socialista Bread and freedom (pan y libertad) en Egipto. Este partido apoya la libertad de expresión, pero no los derechos LGTBI “no apoyaban públicamente los derechos LGTBI. Las personas LGTBI no son bienvenidas en la política en Egipto”, dice una compañera activista de Sarah Hegazi, la cual que añade que generalmente en el ámbito privado no tampoco son apoyadas las personas LGTBI.

Después del arresto de Sarah y su posterior fallecimiento, el partido hizo dos comunicados, pero no estaban a la altura de las circunstancias, según Omar Ghoonem, amigo cercano de Sarah. Muchos de los miembros del partido estaban en contra de la comunidad LGTB y pensaban que apoyarla en un país conservador como Egipto podría dañar su causa.

La misma activista LGTB que habló del partido Bread and Freedom recuerda cuando coincidió con Sarah en un taller de seguridad online organizado por una asociación LGTB, esta le dijo que era demasiado tarde, que toda su información estaba online con los datos de la campaña, y Sarah tuvo miedo.

Pero no sólo el resto de la sociedad y el gobierno son peligrosos para las personas LGTB en Egipto, sino que a veces el peligro está dentro de la comunidad. Según Ahmed Alaa, a veces se hacían chantaje unos a otros, pero a pesar de su estresante situación Sarah lo llevaba con humor.

Al ser detenida fue llevaba a la comisaría de Sayeda Zeinab “las demás mujeres detenidas comenzaron a agredirme sexual, física y verbalmente” escribió la propia Sarah Hegazi en un artículo sobre su detención originalmente publicado en árabe en Mada Masr en septiembre de 2018.

Al ser puesta en libertad el 2 de enero de 2018, era otra persona. Ahmed Alaa cuenta que antes de la cárcel no se daba cuenta de que Sarah era autista, pero después de la cárcel vio cambios en Sarah, en su forma de relacionarse y reaccionar. “Te mostraré una foto de Sarah y yo después de la cárcel, parecía muy cansada y exhausta” dice Ahmed enviando la imagen que acompaña al texto.

“Cuando llegué a Canadá vi muchos cambios en ella, me contó que era autista y  cuando estaba con personas en las que confiaba se podía quitar la máscara y ser ella misma”, agrega Ahmed.

Sarah era una lectora apasionada, especialmente de Kafka. Tal vez aquella mañana del 1 de octubre, tras despertar de un sueño agitado, Sarah se sintió acusada por una autoridad ante su familia, a la que ayudaba a mantener, por haberse convertido en algo que para casi todo el mundo era peor que un enorme insecto.

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