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El silencio mediático impuesto sobre Honduras

En Honduras están sucediendo una serie de movilizaciones masivas que han trascendido los motivos que las originaron (privatizaciones en la salud y en la educación), para exigir la salida del poder del dictador Juan Orlando Hernández (JOH) y el fin del régimen que lo sostiene.

El inicio de estas movilizaciones lo supuso el golpe de estado contra el último presidente constitucional de Honduras: Manuel Zelaya, llevado a cabo durante el año 2009. Desde entonces el Estado hondureño se convirtió en una dictadura que ha usado las elecciones como método de perpetuarse en el poder gracias al fraude electoral, y a una represión que incluye asesinatos selectivos, y desapariciones llevadas a cabo por las propias fuerzas del orden, convertidas en escuadrones de la muerte que operan al margen de la legalidad.

Tras diez años de movilizaciones masivas, gracias al carismático liderazgo del líder de la oposición, Manuel Zelaya, y a la potencia organizativa de su partido Libertad y Refundación (Libre), los medios de comunicación no se han hecho eco de la represión con fuego real que la dictadura ha usado -y usa- para desmovilizar mediante el miedo a los hondureños.

Tampoco de los motivos que causan la tensión social que vive el pequeño país centroamericano. El aumento sostenido de la pobreza, el aumento de los precios de los servicios básicos (luz, agua y gasolina), el descenso en los derechos laborales, las privatizaciones, el fraude electoral, la vulneración constante de la constitución, la corrupción…

Se podría pensar que Honduras es un país pequeño, sin importancia diplomática, insignificante en la geopolítica, pero su país vecino, Nicaragua reúne esos mismos requisitos, y durante 2018 ocupó las portadas de los principales periódicos, en una ofensiva mediática contra el gobierno sandinista que superó a la que sufrió a finales de los 80 y principios de los 90, por la que los principales medios de comunicación silenciaron que la violencia de la que acusaban al gobierno de Daniel Ortega era provocada por terroristas de ideología fascista, que ellos hacían pasar por manifestantes pacíficos.

El quid de la cuestión responde a otra dinámica. No importa tanto si un gobierno lo hace bien o no, porque al estar la sociedad dividida entre quienes tienen los medios de producción -los que poseen también los medios de comunicación- y quienes lo trabajan, un gobierno será bueno para unos si aumenta el salario mínimo y obliga a pagar las horas extras, e igualmente bueno para otros si aumenta la jornada laboral a 10 horas diarias y hace legal no tener obligación de pagar horas extras.

Por lo tanto, todo se reduce a si un determinado gobierno actúa en base a los intereses de quienes poseen los medios de comunicación. El de Honduras sí lo hace, por lo que pese a que la Constitución de 1982 prohíbe presentarse a la reelección, JOH lo hace y comete un fraude electoral confirmado por los expertos de la OEA, los medios de comunicación lo silencian, porque mantenerlo en el gobierno es bueno para sus intereses, ya que la alternativa actuaría contra ellos al, por ejemplo, recuperar la negociación colectiva e imponer un número máximo de horas extras.

Muchos medios españoles que informaron profusamente sobre Nicaragua el año pasado, no están dando a conocer la situación hondureña, pese a que la represión está provocando muertos y heridos, aunque la pobreza alcanza ya al 80% de la población, según diferentes agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

  • El País: Cero (0) noticias sobre la situación en Honduras durante el mes de junio.
  • El Mundo: Cero (0) noticias sobre la situación en Honduras durante el mes de junio.
  • ABC: Cero (0) noticias sobre la situación en Honduras durante el mes de junio.
  • 20 Minutos: Cero (o) noticias sobre la situación en Honduras durante el mes de junio.

Sin embargo en casi todos esos medios, hay muchas noticias de Honduras, las relativas al programa Supervivientes, que se desarrolla en ese país.