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Socialistas de derecha, el gran problema del Ecuador

Desde la muerte de Osvaldo Hurtado hasta Lenín Moreno, el Ecuador ha sido infectado por los socialistas que se hicieron antirevolucionarios por vanidad, resentimiento, negocio o incapacidad. Muchos de ellos mostraron sus verdaderas intenciones en el “post correísmo”. Pobre país, hasta los socialistas son de derecha, decían las paredes de Quito en los años 90.

En esa misma época “Patiño (Raúl) tú eres decente” exclamaba Jaime Nebot en una bochornosa querella en el Parlamento entre la extrema derecha y los socialistas, -entre los que también destacaba el famoso “socialista de frac”, con pipa y tabaco inglés como lo calificaron, en medio de sonoras carcajadas, al diputado Ayala Mora-, quien hoy es enemigo acérrimo del “correísmo”. La tendencia progresista más consistente que ha visto el Ecuador en sus últimos 30 años.

Fui socialista y estatista, porque era lo ‘in’ en esa época”, dice el expresidente Osvaldo Hurtado, responsable de la sucretización, pagando la deuda privada de USD 4.462 millones al pueblo ecuatoriano cuando llegó a Carondelet tras la muerte de Jaime Roldós en 1981.

El mal llamado demócrata cristiano Hurtado es hoy un “cadáver político”, ligado siempre a los gobiernos del Feriado Bancario como el de Mahuad, a políticas neoliberales y privatizadoras. Sobre este sociólogo de Chambo incluso se levantan serias sospechas cuando alguien se pregunta ¿quiénes mataron a Roldós?

De ahí, se recuerda a los 7 patriarcas de la componenda que eran opositores a Roldós en el Legislativo, donde estaba incluido Jaime Hurtado, líder del Movimiento Popular Democrático (MPD) el cual supuestamente representaba a la extrema izquierda pero que frecuentemente votaba en el Congreso con la extrema derecha.

El otrora líder socialcristiano León Febres Cordero, reconocía que en ese grupo estaba él, Carlos Julio Arrosemena, Asaad Bucaram, Otto Arosemena, Raúl Clemente Huerta, Rafael Armijos y el “Negro Hurtado”.

Todo esto sucedía dos lustro antes del socialismo democrático de Rodrigo Borja, que desarrolló políticas sociales como la alfabetización pero quien aceptaba ser socialista, marxista en la finalidad, reformista pero también era defensor de la empresa privada y abogado de la banca.

Luego de cuatro años de gobierno del conservador Sixto Durán Ballén, llegó a la presidencia el populista Abdalá Bucaram, hoy investigado por la Fiscalía por un escándalo de venta de mascarillas y pruebas COVID- 19 con sobreprecio.

La Fuerza de los Pobres nunca llegó a los pobres. De ahí Ecuador vivió 10 años de inestabilidad política hasta la llegada de Rafael Correa, a desempeñar un gobierno más consistente en el rechazo de las políticas neoliberales, presiones del sector empresarial y con una economía política que fortaleció al Estado y democratizó la salud, la educación, la vivienda y el trabajo.

Pero a su alrededor pululaban aquellos socialistas de cabezas torcidas, socialistas por negocio y placer que al final le clavaron el puñal por la espalda con Lenín Moreno a la cabeza. Los mismos que cantaban con Correa la canción del Che Guevara y saltaban en las tarimas con  las canciones de Piero, Inti Illimani, Quillapayún pusieron el país en manos de la más despiadada derecha.

Ahí figuran el ex prefecto de Pichincha Gustavo Baroja, Fander Falconí, Miguel Carvajal, Augusto Barrera, José Serrano, Elizabeth Pazmiño, María Fernanda Espinoza, Rossana Alvarado, Gustavo Larrea, quien llegó almorzar en la Embajada de los Estados Unidos luego de haberse declarado toda la vida como un político de izquierda, y de quien se decía que tenía hasta vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) al que muchos supuestamente lo llamaban el “Comandante Juan”.

Otros que dijeron ser progresistas y agarraron la guitarra con la izquierda para hacerla sonar con la derecha fueron los integrantes de la comparsa de “teletubies”, calificativo que les puso el expresidente Correa a los Ruptura de los 25, en donde figuran María Paula Romo, Juan Roldán, Iván Granda, entre otros.

La traición a Correa fue feroz y hoy tenemos un Ecuador en el que sólo el 2% de los ecuatorianos cree que el Presidente Lenín Moreno ha manejado bien la crisis en medio de sociópatas y cleptómanos que se multiplican por doquier, en plena pandemia.

Corrupción en el IESS con sobreprecios en mascarillas, peculado en la Prefectura de Guayas, sobreprecios en gestión de riesgos por kits alimenticios, denuncias en hospitales públicos mientras Rafael Correa advierte que la economía ecuatoriana puede decrecer en un 10% mientras América Latina decrecerá un 5%.

La tarea de la Revolución Ciudadana será identificar en quienes puede confiar. Correa ha dicho que en la traición hubo gente con ideología y sin formación ideológica de cara a las próximas elecciones.

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