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Uruguay en un barrio complicado

Uruguay, con una economía y una política social estable se encamina a un año electoral. El próximo mes de junio con internas para definir el candidato a presidente de cada uno de los partidos, y en octubre las elecciones nacionales que coinciden con el mismo día que vota Argentina, que sufre una brutal crisis económica y social, el otro vecino del barrio Brasil crece poco y también vive una crisis social importante.

Uruguay con las mejoras notas en la región

La actividad económica de Uruguay del año 2018 nos arroja el siguiente dato: un aumento del 1,6% del Producto Bruto Interno (PBI) que si bien se esperaba algo más y no es suficiente para estar holgado en base a las previsiones presupuestales, es adecuada si miramos la coyuntura económica en Argentina y Brasil que además influyen considerablemente en la economía uruguaya.

La economía brasileña creció solamente 1,1%, igual porcentaje que en 2017, esto denota un estancamiento que afecta rubros importantes de las exportaciones uruguayas, como lo son los lácteos, la soja, el arroz y la cebada.

Argentina redujo su actividad económica al cabo de 2018 en 2,5%, con consecuencias devastadoras en el bienestar de su población. La pobreza ya superó los 13 millones de personas y los indigentes casi 3 millones, en un contexto general de desempleo y pérdida del poder adquisitivo de amplios sectores sociales.

Lo que debemos destacar en estos datos son las repercusiones inmediatas en el ingreso de turistas argentinos al Uruguay (336.645 visitantes menos con respecto a 2017), afectando la actividad de los sectores vinculados al transporte, al comercio, la hotelería y la industria de la alimentación. También se vieron afectadas las exportaciones de productos uruguayos a la Argentina que cayeron un 7% y constituyen uno de los pocos destinos de productos con mayor valor agregado, como medicamentos, productos plásticos, autopartes y en menor medida celulosa.

Cabe destacar que desde la asunción de Tabaré Vázquez en 2015 se continuó con las políticas progresistas iniciadas en 2005, con resultados muy diferentes a la Argentina y al propio Brasil. Uruguay completó en 2018 un ciclo de crecimiento de 13 años, aumentando la producción en 6,4% desde 2015 (promedio anual 1,6%), disminuyendo la pobreza de 9,7% a 8,1% (52.300 pobres menos) y la indigencia de 0,3% a 0,1% (6.900 indigentes menos). A su vez la desigualdad en la distribución del ingreso medida por el índice de Gini permaneció en 0,38 (en 2015 era de 0,381).

Agite de campaña

Se percibe cada vez más el clima electoral en las calles, con actos y presencia de los precandidatos presidenciales, las pintadas en los muros de las ciudades, el reparto de volantes y por supuesto los medios de comunicación y las redes sociales. Vale decir que no hay grandes actos de multitudes aunque cabe destacar que en acto que realizó el MPP (Movimiento de Participación Popular) congregó unas 10 mil personas en el Parque Capurro en la ciudad de Montevideo.

Las encuestas hay que leerlas con pinzas, la salida a la calle de la militancia frenteamplista, tal vez la situación regional, parece haber modificado lo que hace poco meses atrás creaba mucha incertidumbre, sobre la posibilidad que el Frente Amplio logre su cuarto período de gobierno, hoy sumado a los cortocircuitos que tiene la oposición, si bien queda mucho por delante en la campaña, la continuidad de la izquierda uruguaya en el gobierno se hace palpable. Sin embargo los grandes medios de comunicación sostienen la idea de final incierto.

Tal vez por eso salió a la luz las declaraciones de confesión de un militar sobre el cuerpo de un militante del MLN Tupamaros ocurrido en marzo de 1973 (aún en democracia). Un Tribunal de Honor Militar que se realizó el año pasado y que el Poder Ejecutivo demoró en hacer la presentación judicial al conocerse tal confesión.

El hecho se aprovechó mediáticamente para generar una crisis hacia adentro del Frente Amplio con una situación que involucra a militares acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico militar (1973 – 1985), a los máximos referentes del Ministerio de Defensa, al Secretario de Presidencia y al propio Presidente Tabaré Vázquez.

No vamos ahondar en esta nota sobre estos hechos pero sí dejar explicitado sintéticamente que en esta ocasión el poder civil estuvo por encima del poder militar y lo más preocupante es que los militares que hablaron públicamente siguen bajo la lógica sociocultural que instauró el terrorismo de Estado.

Aporte para interpretar

Repasemos la historia reciente: el gobierno nacional en manos de los partidos tradicionales en al menos los últimos 50 años fueron representantes políticos de las minorías privilegiadas, condujeron en un largo proceso y distorsionaron los conceptos de democracia, libertad y justicia social, reduciéndolos a formas cómplices con la concentración de derechos que ostentan.

Por otro lado hay quienes entendemos que el gobierno en la gestión del Frente Amplio (2005 – 2019), aún con una estructura económica capitalista está jugando un papel importantísimo en el proceso progresista de construcción de una hegemonía de las mayorías en el gobierno nacional. Es un proceso complejo, de larga maduración, de múltiples aprendizajes, con contradicciones, pero muy rico.

Hay quienes imponen el discurso de libertad de mercado, que el Estado es causa de todos los males y es el obstáculo del crecimiento individual porque les da, a los que no trabajan, también la mentada receta del ajuste está presente en los discursos de los candidatos de la derecha.

Argentina debe servir de espejo para corroborar concretamente que quienes han experimentado el recorte de derechos, pidiéndole a la población el sacrificio económico, acompañado también de promesas de un futuro semestre promisorio que nunca llega sumado al sinceramiento económico, de moda, el único cambio que sí se implementó en Argentina es pobreza, miseria y el regreso a las recetas del FMI.

En plena ola neoliberal en la región, hacia 1989,  el Frente Amplio obtuvo, por voto popular, la intendencia de Montevideo, los plebiscitos para defender las empresas públicas contra las privatizaciones de la nefasta década de los 90, también fueron decididamente favorables a los intereses soberanos del pueblo uruguayo, podemos entonces argüir que el pueblo del Uruguay ha dado grandes enseñanzas, donde demostró tener comprensión y capacidad de análisis que lo lleva a tener meridianamente claro cómo eludir la estrategia tramposa de la derecha y defender la construcción de un país mejor.