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El uso de los antifascistas como justificación del ascenso de VOX

Este fin de semana pasado VOX se ha dedicado a dar “mítines” por el País Vasco, lo que ha hecho que parte de la sociedad vasca, concretamente la antifascista, salga a la calle a transmitirles que no son bienvenidos. Esto a su vez ha suscitado diversas críticas. Una de las más oídas ha sido la de que “hacerle frente al fascismo da votos“.

El acceso del fascismo en toda Europa es un hecho incuestionable. Una de las razones, según algunos sectores progresistas es que los antifascistas salgan a hacerles frente en la calle, aunque sea de manera pacífica. Podría resultar un análisis simplista e incompleto. Otra razón comprobada por análisis publicados en este mismo medio, es la atención que reciben desde los medios de comunicación y la manera en la que estos medios tratan la información.

Un domingo con VOX

El domingo pasado se realizó un mitin en Donostia, Gipuzkoa, y un grupo de antifascistas se presentó a hacerles frente. La imagen que han dibujado los medios dejan a VOC como las “víctimas” a las que los “violentos” antifascistas no respetaron su libertad.

Para alguien que presenció el mitin completo de VOX, esto es inadmisible. Hablar de la falta de libertad que los de Santiago Abascal pudieran sentir resulta irónico, ya que el discurso de los fascistas trataba de pisar las libertades y derechos de todos aquellos que no piensan como ellos.

Curiosamente el discurso iba en contra de los derechos de las personas del lugar al que Ortega Smith fue a dar discurso basado en el odio y en mentiras. Usaron a las víctimas y menospreciaron la cultura vasca, ensañándose especialmente con el euskera.

La respuesta antifascista se limitó a dejarles claro que no son bienvenidos. Se les llamó “cuneteros“, “mentirosos“, y se les invitó a probar lo que supone trabajar, gritos a favor de los presos, etc.

Mientras que discurría el mitin, el cordón policial fue aumentando. Un minuto antes de que saliera Ortega Smith, un mando de la ertzaina avisado por la seguridad privada de VOX, salió de la furgoneta y avisó a los demás, todos se pusieron sus complementos de antidisturbios. Poco antes de que acabara de hablar, una ertzaina sacó la cámara y se puso a grabar a todos los antifas que allí se hallaban.

También varios de los asistentes al acto de VOX estuvieron durante todo el acto fotografiando y grabando a los antifascistas que allí se personaron.

La normalización del fascismo

La presencia del fascismo está normalizada desde La Transición, tirando de hemeroteca se puede comprobar que el primer presidente de la nueva democracia española fue un falangista. También que la formación Alianza Popular (AP) que ahora es Partido Popular (PP), fue fundada por los sectores franquistas más radicales.

La propaganda VOX recibe por parte de los principales medios de comunicación españoles, tal y como comprobó elestado.net en un reciente análisis, lo reviste como una organización legal y democrático, que tiene derecho a exponer sus propuestas en el Parlamento español y otras instituciones públicas.

La hegemonía que adquiera el fascismo estará determinada en función de si la parte social antifascista, o una parte importante de ella, deja hacer al fascismo.

La sociedad tiene el deber social -e histórico- de protestar ante el fascismo. Están amenazando los derechos de todos, la resistencia ante el odio debe extenderse en todas partes. No se trata de ganar o perder, se trata de alzarse por una causa éticamente democrática, porque su proyecto político tiene como objetivo que desaparezcan todos los demás proyectos políticos.

Una gran parte de la sociedad española, precisamente por el revisionismo histórico que ha impulsado el poder que se mantiene en manos de los franquistas y sus descendientes gracias a la amnistía de La Transición, ha olvidado lo que lucharon sus antepasados, y que aún hay más de cien mil personas que están en las cunetas, según instituciones como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Convendría reflexionar sobre la petición de una parte del campo progresista español que pide, en este caso a la gente de Euskal Herria, que no salga a la calle a hacer frente al fascismo, argumentado que eso les da votos. Es posible que lo que realmente les da votos es que se haya normalizado su presencia, aún siendo un partido fascista con ideas fascistas que defiende pisar las libertades de todos los demás en lo social, y mantener el poder en las mismas manos, ya que su proyecto económico es neoliberal.