México abandonará el apoyo a la injerencia norteamericana en Venezuela
La victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México ha supuesto un terremoto político en el continente, ya que la izquierda a la izquierda del bipartidismo mexicano no conquistaba el poder desde los años 30 del siglo pasado. Precisamente el actual presidente AMLO, se considera heredero de ese antiguo gobierno de izquierdas dirigido entonces por Lázaro Cárdenas.
Bajo la presidencia de Enrique Peña Nieto, México ha adoptado una posición de injerencia contra el gobierno de Venezuela siguiendo las directrices del gobierno turnista de Estados Unidos (EEUU), que agudizó la presión contra el ejecutivo de Nicolás Maduro estando Barack Obama en el despacho oval, una política que ha sido mantenida por el actual mandatario estadounidense Donald Trump.
>>Perfil político de los miembros del equipo de transición de López Obrador<<
Sin embargo, López Obrador mantiene una posición diferente en cuanto a la política exterior. No solo quiere enfocar la mirada de México hacia el sur del continente en vez de al norte, sino que quiere recuperar el papel tradicional de la diplomacia mexicana, que supone no entrar en los asuntos internos de ningún país, dejando que sean los ciudadanos de las naciones las que arreglen sus problemas.
Esta posición es compartida por Héctor Vasconcelos, secretario de Política Internacional del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA, y responsable de Relaciones Internacionales en el equipo de transición nombrado por AMLO. El diplomático ha expresado que su tarea pasa por evitar que EEUU marque la política de México y no perpetrar injerencia en ningún país del mundo, confirmando que Venezuela no será la excepción.
>>La victoria de AMLO supondría la derrota de Trump en su agresión contra Venezuela<<
La aplicación de este cambio en la política exterior mexicana supone un duro golpe a Estados Unidos, país que está intentando aplicar la Carta Democrática de la OEA en Venezuela para conseguir un aval internacional con el que entrar militarmente en la nación bolivariana. La potencia diplomática de México podría conseguir que otros países, sobre todo de Centroamérica y El Caribe, varíen sus posiciones en favor de la nueva línea de López Obrador.