La oposición de Venezuela se queda sin líderes presidenciables

La derecha de Venezuela sigue su travesía por el desierto. Tras errar en su análisis sobre la fortaleza del gobierno de Nicolás Maduro y desatar la violencia de las guarimbas, sobre las que perdió el control afectando a la vida cotidiana no solo de sus votantes sino también la de sus propios políticos, y comenzar una gira mundial para pedir a Estados Unidos (EEUU) y a la Unión Europea (UE) la aplicación de sanciones, sus posibilidades electorales siguen empeorando.

El motivo principal es que tanto las guarimbas como las sanciones, han afectado al conjunto de Venezuela, no solo a los altos dirigentes del chavismo, y los medios de comunicación no han sido capaces de asentar la matriz de opinión de que las consecuencias eran responsabilidad del ejecutivo de Nicolás Maduro, gracias a una capacidad de movilización del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y aliados que se creía perdida.

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A día de hoy los líderes de la oposición tienen serios problemas para poner un tweet sin ser recriminados por sus propias bases, no son capaces de usar su poder en la Asamblea Nacional para marcar una agenda diferente a la del gobierno, ni tampoco pueden movilizar a los ciudadanos en las calles, ya que estos los siguen culpando del aumento artificial de los precios y la escasez de las medicinas, por haber pedido las sanciones que han provocado la situación. El recuerdo de las muertes y los heridos a causa de las guarimbas también pesa sobre la oposición venezolana.

La derecha, antes unida en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), está divida en tres partes. Por un lado la MUD continúa pero debilitada por la cantidad de bajas que ha sufrido en los últimos meses, las más dolorosas han sido las de Avanzada Progresista (AP) de Henri Falcón y Acción Democrática (AD) de Ramos Allup. Por otro lado está el Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL), que integra al ala más radical de la oposición de Venezuela. La tercera facción es la integrada por AP junto con algunos partidos menores como Copei.

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La situación política de quienes apuestan por el neoliberalismo para Venezuela se encuentra en su peor escenario desde 2.015, cuando obtuvieron su mayor éxito al vencer en las elecciones legislativas, viniendo de casi ganar en las presidenciales dos años antes. La caída ha arrastrado a todos sus líderes, que cuentan con una valoración popular negativa.

Julio Borges, el diputado del partido fascista Primero Justicia (PJ) tiene una valoración negativa que alcanza al 80% de los encuestados por Hinterlaces. Borges fue el responsable de malograr el acuerdo entre Gobierno y oposición alcanzado en República Dominicana y de conseguir la aplicación de las sanciones de EEUU.

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Henry Ramos Allup, uno de los principales puntales de la oposición en el boicot a las elecciones presidenciales, cuenta con una valoración negativa del 77%, el excandidato Henrique Capriles Radonsky tiene un 73% de desaprobación. Muy cerca le sigue quién fue su jefe de su campaña electoral en 2.013 y también excandidato presidencial Henri Falcón, con una valoración negativa del 72%. Los mejores valorados cuentan con un salgo negativo del 62%. Son el autor intelectual de las guarimbas de 2.014 Leopoldo López y María Corina Machado, ambos de ala más a la derecha de la oposición.