Accidente del Angrois: El ingeniero no evita el KO del economista a PSOE y PP
A estas alturas de la comisión de investigación habría que preguntarse cómo se eligen a los comparecientes, porque cuando se conoce un accidente lo primero que se preguntan quienes lo analizan es si había medidas de seguridad. Pues bien, comparece toda una ingeniera industrial de INECO experta en la funcionalidad del ERTMS pero ignorante en grado superlativo en seguridad, cosa lógica porque ni trabaja ni le pagan por conocimientos en ese campo.
La expresión “balones fuera” podría ser el resumen de su intervención. El portavoz del PSOE le llega a decir que quizás ella no debería haber sido la experta oportuna para comparecer en esta comisión, situación que ella misma no niega. Otros ferroviarios ya han explicado el sistema ERTMS, según la ingeniera, entre otras cosas, para la seguridad , por lo que no era tan necesaria la comparecencia de una experta en, también según la ingeniera, “cacharros” de ERTMS embarcados en los trenes.
Su labor como experta en dicho sistema se limita a verificar la compatibilidad técnica entre el vehículo y la infraestructura, y no se dedica a nada más. Para la seguridad está el departamento de…seguridad. Al menos reconoce que si no se hubiera desactivado el sistema ERTMS, el maquinista habría recibido el anuncio de transición al sistema ASFA. También dice que es un sistema de supervisión continua.
Pero parece que, por salvar el pellejo de alguien, se condena ella misma a engrosar las listas del paro: no es de recibo que quien trabaja con el sistema ERTMS, entre otras cosas para la seguridad, diga en comisión pública que una línea que no está equipada con ningún sistema, si se construye una línea y se pone un tren, también puede ser una línea segura, es igual que conducir un coche, todo ello por no contestar claramente a la pregunta de si una línea es más segura con ERTMS conectado o desconectado. Pues nada, todo se deja en manos de los maquinistas y cuando vayan a entrar dos trenes en una misma estación que miren de reojo por si el maquinista del otro tren es un maleducado y no le cede el paso. O quitemos todos los semáforos de las ciudades y que los cruces se rijan por la templanza de nervios. Nunca se preguntó por qué ese sistema de seguridad no cubría toda la línea, su trabajo era comprobar lo instalado.
Tras esta experta comparece un ferroviario jubilado, economista de profesión, estudioso del accidente en cuestión. Comienza su discurso arrasando y dando mamporros a los mentones de los representantes de PSOE y PP. Dice que, además de las responsabilidades técnicas, hay bastantes responsabilidades políticas. Premura en la inauguración, porque el ministro gallego debía abandonar el cargo por decisión de las urnas, cambio del proyecto original, desconexión del ERTMS, inculpación inmediata del maquinista como único culpable, etcétera.
Como acto colateral, el parcial informe de la CIAF que no analizó las causas raíz del accidente, anulado por la ERA. Por primera vez un compareciente exclama que la curva de Angrois es de un radio inadmisible para una línea de alta velocidad; asegura que el tren S730 se homologó por trozos, pero nunca el tren completo; se dejó la vía desguarnecida al no implementar el ERTMS en toda la línea. Los portavoces de ERC y de UP-ECP-EM le agradecen su honestidad y valentía, y darían, si no por concluida la comisión, sí por aclarados todos los puntos que se desean resolver.
No opina así el representante del PSOE, que después de entrar a divagar sobre filosofía política, discurre sobre la desconexión del sistema ERTMS o el tiempo que tuvo el gobierno del PP para resolver las carencias de seguridad que hubieran evitado el accidente. Pasada la pelota al tejado del PP, el representante de este partido no se anda por las ramas y lanza andanadas a la línea de flotación de la formación académica del compareciente. Si no es ingeniero, ni tiene titulación en ninguno de los sectores del ámbito ferroviario (material rodante, señalización, diseño de líneas, etcétera), ¿cómo se atreve el compareciente a dar opinión en temas tan técnicos?, da a entender el político popular, que por cierto es licenciado en Derecho y sin embargo sabe interpretar perfectamente el dictamen aburridamente técnico de la CIAF.
¿Cómo se atreve a poner en tela de juicio el compareciente un proyecto en el que los ingenieros contemplaron cinco alternativas pero siempre con la curva de A Grandeira? A lo que el compareciente, conocedor a fondo de todas la imperfecciones del trazado real le contesta que la curva es inaceptable y la seguridad era totalmente inadecuada, que le da igual que hubiera cinco, diez o veinticinco proyectos.
¿Cómo un economista duda de la autorización que emitió la Dirección General de Ferrocarriles? El economista compareciente le replica que la DGF, visto lo visto, también se puede equivocar. Tal vez dolido el representante popular porque el compareciente no desmintió a la representante de UP-ECP-EM cuando le dijo que cada vez que el juez Aláez trataba de llegar a las causas raíz el caso era cerrado desde arriba, tiene la descortesía de preguntarle si cree en la independencia judicial; el compareciente cree en la separación de poderes y en el Estado de derecho, y el poder legislativo ha tardado cinco años en crear una comisión de investigación.
El político pasa a defender su biblia, el informe de la CIAF. El compareciente despacha el asunto diciendo que no es él quien lo rechaza de plano, es la Agencia Europea del Ferrocarril. No contento con los zascas recibidos, demostrando a sus superiores que es, como se espera de él, inasequible al desaliento, pasa al indefendible tren S730, no sin antes mofarse de la condición de experto en material rodante del compareciente. Pero este ha estudiado el asunto sin más interés que conocer la verdad y no para defender a altos cargos ni partidos, y le contesta lo que ya dijo, que ese material rodante no está homologado, que como la vía está hecho de retales.
Llegamos al último compareciente del escrito de hoy. La comparecencia del funcionario, del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, que desempeñaba cometidos relacionados con la autoridad de seguridad ferroviaria en el momento del accidente no resulta tan aséptica como la de la ingeniera industrial de INECO porque por su cargo tiene que mojarse en algunos asuntos y disputarlos con argumentaciones sólidas.
En su labor ministerial, el compareciente se limitó a comprobar que, según los documentos aportados por Adif, la línea cumplía con la normativa vigente en el año 2011. Es de suponer, a mi corto entender, que un ingeniero de caminos, que además trabajaba en seguridad, vería sin ninguna dificultad en el plano lo que un jefe de maquinistas vio la primera vez que pasó por la curva de A Grandeira. Como todo estaba dentro de normativa, él y su equipo dieron el visto bueno a la apertura de la línea.
Luego la línea era segura porque estaba dentro de normativa, línea de la que él mismo dice que las condiciones de circulación eran similares a las de una línea convencional, no eran las de una línea de alta velocidad pura. Respecto de la curva no hay nada que objetar por su parte, dado que cuando se pone un radio se calcula la velocidad a la que se puede circular y se fija dentro de las normas de explotación de la línea, es decir, en una línea de alta velocidad, como se vendió por el Ministerio de Fomento hasta el instante del accidente, una curva de ese radio se resuelve sencillamente con restringir la velocidad a 80 km/h.
Como el compareciente es persona versada en asuntos de seguridad y las coge al vuelo, y contando con que el representante de ERC no tenía su mejor tarde, se atrevió a decir que el ERTMS nunca habría evitado el accidente. Tenía razón el compareciente, ya que ese sistema de seguridad solo llegaba hasta el kilómetro 80, pero el político no le expuso en ningún momento el supuesto de haberse instalado ese sistema en toda la línea.
A este mismo político le niega conocer el informe del Ministerio de Fomento, cuando calificó al informe de la CIAF de válido y correcto a preguntas de un interviniente anterior. Claro, el ingeniero solo lo conoce como “informe de la CIAF”, pero si le preguntan por el “informe del Ministerio de Fomento” dice desconocerlo, como si la CIAF fuera un organismo del Ministerio de Agricultura. Demostró más astucia que el político. Y conoce a la perfección su trabajo como demuestra al salir airoso en relación con la interoperabilidad ligada a la seguridad, pero que la interoperabilidad no conlleva seguridad, y cuando se traspuso la directiva que obligaba a la seguridad, la obra ya estaba muy avanzada, y en virtud del artículo tal de la Ley Cual…¿alguien se va a molestar en verificar lo que dicen los artículos de las leyes nombradas por el compareciente?
PSOE exculpado porque la línea cumplía con la normativa en vigor, y PP también exculpado porque la desconexión del ERTMS no influyó lo más mínimo en el accidente.