Habían pasado dos años desde que el héroe de la nación Marcus Fénix junto con su antiguo Pelotón Delta y con la ayuda de tres jóvenes renegados de la CGO tuvo que volver a salvar a la humanidad de los locust otra vez. James Dominic Fenix intuyó que una parte del cuerpo de unos monstruos que atacaron el poblado en el que vivía, escondía más de lo que se veía a simple vista. Al llevarlo a que su padre lo viera para que realizase un análisis en profundidad con los conocimientos que ganó con su experiencia adquirida durante la Guerra Locust, el veterano soldado se temió lo peor. Y así fue, los locust nunca murieron, los cementerios en los que fueron enterrados ahora son su fuente de vida.
Dos años después de acabar con uno de los muchos cementerios que existían por toda Sera, la situación de la humanidad volvía a ser critica como lo fue cuando Richard Prescott llevó a lo que quedaba de CGO a la Isla de Vectes tras hundir Jacinto. Los ataques eran cada vez mayores en número, estaban mejor preparados y su intensidad se había multiplicado. Tras 25 años de calma el ejército de la CGO estaba integrado por soldados que jamás habían entrado en batalla real, por lo que no estaban entrenados para poder hacer frente a la amenaza que era El Enjambre.
Sin embargo gracias a la previsión del general Hoffman, los coroneles Sam Byrne y Augustus Cole y el empresario y científico Damon Baird la CGO disponía de algunos efectivos de élite que sí podían enfrentarse a los hijos de la Horda. Tras haber sido rechazada por la presidenta Jinn una propuesta de Hoffman para que los soldados del país tuvieran la obligación de someterse a un entrenamiento como el que el ejército usaba en los tiempos de Richard Prescott en plena Guerra Locust, el general de la armada de la CGO le habló de este plan a Cole y Sam, quienes inmediatamente pidieron formar parte de él y recomendaron hablar con Baird para que aportase la infraestructura que permitiera llevarlo a cabo.
Tras más de una década de preparativos y bajo el más estricto secreto entrenaron a los cinco soldados de cada asentamiento que mejores notas hubieran sacado en las pruebas de acceso del ejército de la CGO. Jinn no lo supo hasta que Hoffman la vio derrumbarse ante su incapacidad de hacer frente a la amenaza que aparecía monstruosamente ante sus ojos. Aquella civil no tenía ni puta idea de lo que eran los locust. En ese momento Hoffman le habló de su iniciativa y la presidenta, en vez de reprobarlo, dejó el orgullo tirado en un rincón y se lo agradeció lo más sinceramente que pudo.
Normalmente esos escuadrones de élite estaban formados por cinco soldados, cada uno de ellos con habilidades especiales. Todos juntos tenían los conocimientos necesarios para sobrevivir frente a todos los enemigos que contuviera cualquier cementerio de locust. La CGO los empleaba como primera línea defensiva en los asentamientos, nunca como ataque, ya que por ahora lo que Jinn quería era someter al resto de efectivos militares de todos los rangos al entrenamiento de Hoffman, por lo que si usaba a los pelotones de élite en atacar al enemigo los asentamientos quedarían desprotegidos y a merced de El Enjambre.
No pasó mucho tiempo hasta que estos militares de élite fueron popularmente conocidos como “Los Protectores”. Eran admirados por los habitantes de los asentamientos ya que la gente sabía que si seguían respirando era gracias a ellos. Su responsabilidad era máxima puesto que si fallaban en una misión, los ciudadanos que estaban tras ellos morirían.
La presidenta Jinn estaba pensando en ello cuando la pantalla de su ordenador se encendió. Era Damon Baird.
-“Jinn, ¡estamos en peligro!”
– “No sobreactúe Damon, lo estamos todos los días, ¿por qué le está dando ese toque de extrema urgencia a sus palabras?”
-“Porque lo que estoy viendo en las cámaras es que viene un ejército unas viente veces mayor que normalmente. Es como si todo un cementerio viniera hacia aquí. No son los 4 drones de siempre acompañados por un Scion.”
Jinn se llevó la mano derecha al pecho, a la altura de su corazón que ahora latía tan fuerte que sentía que se le iba a escapar. No supo qué palabra articular. Baird se adelantó y le dijo que había llamado a Hoffman. El general iba para allá junto con Cole y Sam. Los cinco minutos que tardaron en llegar se le hicieron eternos, no podía dejar de pensar en que el enemigo iba a llegar antes.
-“¡Por el amor de Risea Hoffman, cuánto ha tardado! Por un momento creí que…
-“He atropellado a varios civiles con mi silla de ruedas de camino Presidenta, si hubiera corrido un poco más hubiera entrado por la ventana en vez de por la puerta con varias multas que pagar, y la pensión de la condecoración que me dio no me alcanza ni para los pañales.”
-“¿Cómo puede estar tan tranquilo? ¡Viene un ejército veinte veces mayor que normalmente y lo que suele venir ya nos pone al límite!”
– “Porque tenemos un plan, recursos para ejecutarlo y tiempo para prepararlo” -respondió calmadamente Hoffman. Byrne, por favor explícaselo a la presienta.”
Sam se adelantó y comenzó a hablar. Le explicó que dentro de los escuadrones de élite no todos tenían el mismo nivel, existían cinco soldados que superaban al resto en todos los sentidos, física, intelectual y militarmente. Iban a crear un nuevo escuadrón con ellos para hacer frente a esta nueva amenaza y además iban a darles un nuevo fabricante creado por Damon Baird con el que podrían hacer maravillas como curar a cuatro integrantes a la vez o crear fortificaciones que quemarían a los enemigos que las tocasen. Jinn les invitó a poner en marcha el plan.
Hoffman encendió su comunicador para ponerse en contacto con el Comandante Lowe quién había estado recogiendo a los cinco mejores soldados de la CGO en sus asentamientos mientras Hoffman, Cole y Sam estaban reunidos con la presidenta Jinn. El general de los ejércitos de la CGO y, de facto, líder del ejecutivo que debería liderar la inexperta presidenta Jinn, ornedó a Lowe que llevase a los cinco soldados a las cercanías del lugar conocido como Impacto. Se encontrarían allí.
“-Venga con nosotros Jinn” -conminó Augustus Cole.
“-¿Yo? Si ni sé que voy a decir” -respondió ella.
“- Se quedará dentro del helicóptero con su mirada segura e imponente, así mantendrá su posición de autoridad civil por encima del poder militar, es una de las bases de la nueva CGO que usted misma ayudó a fundar ¿no?”
Jinn asintió y subió al tejado de la casa presidencial para subirse al Halcón que les llevaría hasta e lugar en el que estarían los cinco mejores soldados que tenía la CGO. Tras media hora de vuelo en el que la presidenta Jinn se dijo a sí misma que tenía que superar ese miedo a aquellos monstruos para volver a ser ella quién llevase la iniciativa en vez del General Hoffman, al que quería a su lado pero como asesor militar, no para que tomase las decisiones por ella.
“-Hemos llegado”, -avisó Sam interrumpiendo los pensamientos de superación de la presidenta.
Jinn, en base a esos pensamientos, decidió bajar del helicóptero y mostrarse segura ante sus soldados. Tenía la información necesaria, sabía cómo debía transmitirla y había reunido seguridad en sí misma. Se acercó con los tres altos mandos del ejército de la CGO a los cinco soldados de élite. Hoffman se adelantó para presentarlos sabiendo por la actitud de Jinn que ella les hablaría de la misión, algo que le alegró profundamente.
El general creía que el poder militar tenía que estar supeditado al civil y en la nueva sociedad que se estaba forjando no había ningún otro líder que cohesionase tanto a la sociedad como Jinn. Que ella, una excelente estratega económica y una eficiente gestora que había sabido conciliar una sociedad rota por los conflictos como las Guerras del Péndulo que habían sembrado profundas raíces de rencor y odio entre los supervivientes que siguieron respirando tras el fin de la Guerra Locust, no supiera cómo afrontar el ataque de los Scions y sus drones le preocupaba mucho. Si un militar tenía que asumir el mando no le quedaría más remedio que hacerlo mediante un golpe de estado, algo que dividiría a la sociedad y la debilitaría de cara a la lucha contra la nueva amenaza. Necesitaba que ella tomase las riendas y parecía que lo iba a intentar. “Por Risea, no la cague ahora presidenta” pensó Hoffman.
El general los presentó uno a uno.
Bell Mataki
Nombre: Bell Mataki.
Edad: 18 años.
Especialidad: Francotiradora.
Rango Militar: Sargento.
Asentamiento: 2.
Árbol genealógico: Su abuela, Bernadette Mataki destacó por ser el miembro del ejército de la CGO que mejor usaba el francotirador en todo el Planeta Sera, habilidad reconocida incluso por el presidente de la URI Miran Trescu. Bell había heredado el talento natural de su abuela, quién al comprobar sus innatas capacidades la entrenó desde muy joven, algo que sirvió para que ascendiera rápidamente en el organigrama del ejército de la CGO.
Vany Litvak
Nombre: Vany Litvak.
Edad: 37 años.
Especialidad: Exploradora.
Rango Militar: Teniente Coronel.
Asentamiento: 6.
Árbol Genealógico: La bisabuela de la exploradora Vany Litvak había sido la presidenta de la URI antes de las Guerras del Péndulo. Ella se mostraba muy orgullosa de ello y a día de hoy, con los restos de la URI integrados en la nueva CGO se seguía considerando independiente. Gracias a los acuerdos por los que la presidenta Jinn y los supervivientes de la Unión de Repúblicas Independientes firmaron hacía ya 20 años atrás, los cuadros militares de la URI entrarían en el ejército de la CGO con el rango que tenían en las fuerzas armadas de su anterior nación, pero no tendrían posibilidad de ascender, no así sus hijos, que sí podrían. Gracias a ese acuerdo Vany Litvak entró como Teniente Coronel de la CGO.
Gabriel Maynard
Nombre: Gabriel Maynard.
Edad: 30 años.
Especialidad: Soldado.
Rango Militar: Cabo.
Asentamiento: 4.
Árbol genealógico: Su abuelo había sido el asistente personal del presidente de la CGO Tomas Dalyell. Sin embargo la familia Maynard dilapidó el dinero incluso antes de que comenzase el Día de la Emergencia habiendo perdido de esa manera posiciones sociales. Hoy en día son campesinos que cultivan las tierras para abastecer de alimentos al Asentamiento 4 de la CGO.
Luna Scott
Nombre: Luna Scott.
Edad: 24 años.
Especialidad: Pesada.
Rango Militar: Comandante.
Asentamiento: 1.
Árbol genealógico: Luna Scott era hija de una madre soltera que tuvo que aceptar trabajar solo por comida y techo en la mansión de la familia Dalyell. Cosa que esa familia consideró un acto de compasión. Su madre sabía que la estaban explotando pero no podía hacer otra cosa que aguantar si quería que a Luna no le faltase nada. Su padre fue raptado por El Enjambre en un ataque que las dejó a ellas como únicas supervivientes de una aldea destrozada, por lo que su madre tuvo que ir con Luna al Asentamiento 1 a buscar trabajo. Al ser outsider el gobierno no las reconocías oficialmente, exigiendo para ello unos papeles cuyos trámites burocráticos se iban a demorar un año.
El hijo único de la familia Sammy Dalyell las trataba muy mal, peor incluso que el resto de la familia. Las humillaba delante de sus amigos y las usaba para cualquier capricho que tuviera. Cuando Luna maduró sexualmente Sammy se encaprichó de ella, pero la adolescente lo rechazó y lo acusó de acoso sexual y maltrato. Él lo negó todo y su familia lo apoyó dando a la madre de Luna la oportunidad de elegir, o se iban las dos o se iba su hija (16 años). La madre escogió a su hija quién entró en el ejército de la CGO para labrarse un futuro y poder mantener a su madre, destrozada por la explotación a la que la habían sometido.
Sammy Dalyell
Nombre: Sammy Dalyell.
Edad: 32 años.
Especialidad: Ingeniero.
Rango Militar: Teniente General.
Asentamiento: 1.
Árbol genealógico: La familia Dalyell había mantenido su estatus en la nueva GCO de la presidenta Jinn. Salvados dos veces por el presidente Richard Prescott -primero llevándolos a Azura para después alojarlos en la Isla de Vectes cuando lo que quedaba de la Inteligencia le alertó de la llegada de la Horda Locust al enclave científico-, eran la élite social de la nación gracias a los méritos de su ascendiente Tomas Dalyell, el único trabajador incansable que había tenido la familia en las últimas 10 generaciones.
Sammy vivía en el Asentamiento 1, lugar que fungía como la capital de la CGO al tener en su interior las instituciones que ejercían los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Es en ese asentamiento donde la institución educativa centenaria conocida como La Academia fundó su nueva sede después de que la primera hubiera sido destruida durante la Guerra Locust. Gracias a los fondos económicos de los que disponía su familia, Sammy había estudiado allí adquiriendo unos importantes conocimientos en ingeniería.
Esa sabiduría junto con su inteligencia le sirvieron para entrar en el ejército de la CGO como Teniente por haber sacado la mejor nota no solo de su generación, sino de la breve historia de la nueva Coalición, un resultado perfecto. Sin fallos. Era el mejor ingeniero de la CGO y uno de los pocos que militaba en su ejército, ya que la mayoría preferían trabajar para Damon Baird Industries, por lo que ascender en el organigrama militar le fue fácil.
Tras las presentaciones, la presidenta Jinn se acercó a ellos. Agradeció a Hoffman haber formado a ese escuadrón de élite y se dirigió a ellos.
“-Soldados de la nueva CGO. Sois la estructura que sostiene la nueva sociedad igualitaria que estamos construyendo. Sin vosotros, en estos tiempos en los que la paz es solo un sueño de los ingenuos, no existiríamos. Hoy estoy aquí porque os necesito más que nunca. Un ejército mucho más cuantioso que normalmente se dirige hacia el Asentamiento 1 para intentar asestarnos un golpe del que no podamos recuperarnos. Para llegar hasta allí tienen que pasar por este cuello de botella. Tendréis que acabar con todos ellos aquí.
Lo repito para que no haya malentendidos. ¡Con todos ellos! Sois la última defensa de la humanidad. Si los dejáis pasar el sueño de sobreponernos a la terrorífica invasión solo será eso, un sueño. Os necesito para que traigamos ese sueño a la realidad. Sé que será duro, pero resistid, apoyaos en vuestros compañeros, no dejéis a nadie atrás. Sin piedad.
¡Hermanos hasta el fin!”
Hoffman, Sam y Cole quedaron impresionados por el discurso de la presidenta. Con un aura que inspiraba respeto y la mayor de las confianzas subió al helicóptero. Hoffman y Sam la siguieron. El Halcón arrancó sus motores. Cole que seguía plantado delante de ellos sin decir nada, señaló el fabricante que les habían llevado a aquellos cinco futuros héroes.
“-Es especial. Ya lo descubriréis.”
Se dirigió hacia el Halcón que ya comenzaba a despegar y de un salto entró en él. Nada más hacerlo cerró los ojos deseando que aquellos soldados demostrasen que podían ser lo que Hoffman, Sam, Baird, Marcus y él querían que fueran y nunca le habían dicho, ni lo harían, a la presidenta Jinn.
Nada más quedarse solos, Sammy se acercó a Luna para darle un cariñoso abrazo. Ella, demasiado cándida, lo aceptó pensando que era un símbolo de que lo pasado, pasado está. Tras unos segundos en esa posición, Sammy acercó su boca a la oreja de la chica.
“-¿Cuántas pollas has tenido que chupar para llegar a ser oficial?”
Luna se quedó helada sin saber qué responder. No se lo esperaba. No creía que haberlo rechazado ocho años atrás y haber dicho la verdad sobre la situación pudiera seguir molestando al ingeniero de la CGO. Más aún cuando gracias a los contactos de su familia, él, quién fue el que agredió, quedó ante la opinión pública como la víctima de una chica interesada en sacarle lo que pudiera a la familia que tan caritativamente la había acogido en su seno como a una más. Intentó soltarse del abrazo sin gesticular mucho para no llamar la atención pero él la agarraba con fuerza.
Vany se acercó a ellos y comentó en tono de broma que ella también quería un abrazo así. Su comentario sirvió para que Sammy la soltase. Al ver la cara de Luna comprobó sus sospechas, algo no iba bien. Prefirió no decir nada y apartó la mirada de la escena rápidamente, pero no le quitaría ojo a ese tal Sammy Dalyell.
Bell agarró una de las asas del fabricante.
“-Vany, tú eres la exploradora ¿verdad? Tú dirás en qué lugar lo ponemos.”
“-Un sitio alto, con techo, pequeño y con coberturas. ¿Qué os parece cerca de ese francotirador que hay tirado en el sueño? -indicó señalando hacia arriba del lugar.”
Todos dieron su aprobación. Bell y Vany llevaron el fabricante al lugar señalado. Al colocarlo Vany comenzó a manipularlo, algo que molestó a Sammy.
“-Yo soy el ingeniero y tú una vulgar exploradora, deja de molestar en mi lugar de trabajo -expresó con seriedad.”
“-Tengo una habilidad por la cual cada vez que recojo la energía que cae de los enemigos al morir y la vuelco en el fabricante, se multiplica. Así tú tendrás más fondos para construir -respondió calmadamente Vany.”
Dalyell tuvo que cerrar la boca, algo que le molestó sobremanera. Estaba acostumbrado a que todos callasen después de que él hablase, tuviera o no razón. Pero aquellos cuatro que estaban allí no eran ni el servicio de su mansión, ni falsos amigos que le rieran las gracias para recibir migajas de su fortuna. Eran soldados con dignidad y amor propio.
Oleadas 1 – 10
Una vez el fabricante estuvo colocado, los soldados tomaron posiciones alrededor de él, cubriendo los dos únicos sitios por los que podían llegar los enemigos. Tras unos minutos de tensa espera se oyeron unos pasos. Era un escuadrón muy pequeño de enemigos. Gabriel contó siete. El soldado rompió filas y salió corriendo por la espalda de los enemigos.
“-¡Disparadles ya! -pidió por el intercomunicador.”
Todos lo hicieron. De esta forma llamaron la atención de los enemigos y Maynard los destrozó sin esfuerzo con su gnasher. Al regresar con el grupo las tres mujeres le llamaron la atención.
“-¡Estás loco! -recriminó Vany.”
“-Avisa cuando vayas a arriesgar la vida y a dejar al grupo con uno menos -se quejó Luna.”
“-Creía que te mataban… dijo con tristeza Bell.”
Sammy dejó escapar una falsa y sonora carcajada.
“-Tres mujeres con altos rangos militares y ha tenido que ser un hombre el que ha salvado la papeleta. ¡Cómo se nota quién tiene cojones!” -exclamó alzando la mano para que Gabriel se la chocase. Cosa que no hizo. El cabo pasó de él y se colocó en su cobertura en silencio.
Luna iba a responder a la bravuconada cuando le pareció oír más enemigos. Todos se quedaron en silencio. Gabriel comentó que por los pasos no serían más de 10. Expresó que cuando despachasen a algunos él volvería a hacer la jugada de antes. Todos asintieron. Una vez que el pelotón enemigo estuvo a la vista y confirmaron que eran 8, todos comenzaron a disparar. Gabriel contó tres bajas así que, tal y como había dicho, corrió a reventarlos por la retaguardia. Ya estaba muy cerca de ellos. Preparó su gnasher con una recarga activa. Todo iba bien, sus compañeros los estaban entreteniendo con sus disparos.
Estaba apuntando cuando unas balas impactaron detrás del primer drone que iba a despachar. Éste se volvió y le calzó un hostión en la boca a Gabriel, quién se recompuso y lo reventó de un tiro de Gnasher. Pero ya era tarde para el cabo, los otros 4 enemigos iban hacia él. Bell se subió a una cobertura y le voló la tapa de los sesos al que estaba más cerca de su compañero. Iba con la sierra del lancer encendida.
Vany y Luna se adelantaron con sus gnashers listas, iba a ser un combate cuerpo a cuerpo. Sus corazones latían con una fuerza que hasta ahora desconocían. Gabriel estaba yendo de cobertura en cobertura para evitar los tiros de los enemigos pero no podía darse la vuelta para disparar porque los enemigos no le iban a dar tiempo. Las dos mujeres ya habían llegado y comenzaron a disparar a los hijos bastardos de los locust por la espalda. Estaban demasiado lejos para que las gnashers pudieran suponer un problema para ellos pero su intención era quitárselos de encima a Maynard. Lo lograron con dos de ellos, quienes se volvieron hacia ellas. Una vez hecho les fue sencillo acabar con ellos gracias al entrenamiento de Hoffman.
Mientras tanto Gabriel seguía teniendo dos enemigos detrás y parecía que no iba a recibir más ayuda ya que la francotiradora no tenía ángulo y las otras dos camaradas estaban luchando con dos enemigos. Se paró en seco e inmediatamente dio un saltó hacia atrás. Al levantarse los sorprendidos miembros de El Enjambre aún estaban volviéndose hacia él. Reventó la cabeza de uno con la gnasher y se abalanzó al otro. Lo tiró al suelo y le soltó, uno tras otro, 21 puñetazos hasta que con el último le reventó la cabeza. El peligro había pasado.
El cabo se puso en pie, cogió la pistola de cañón corto de su cinturón y echó a correr hacia la base. Luna lo vio y temiéndose lo peor volvió a la base por su lado, ¡tenía que darse prisa! Gabriel vio a Sammy tumbado tranquilamente. “¡Está descansando el muy cabrón!” pensó. Se acercó hacia él, apuntó con la pistola y disparó. El tiro pasó rozando la frente del ingeniero. En el último momento Luna logró dar un manotazo al arma y evitar la muerte de quién la había humillado tanto durante tantos años.
“-Vaya, vaya vaya. Ya no tienes ese aura misteriosa de tipo rudo y solitario ¿eh Gabi?” -soltó Dalyell con mucha soberbia.
“-¡Joder! ¿Por qué lo has salvado? ¡Ha sido el que avisó a los drones para que me vieran y me matasen!” -exclamó un enfadadísimo Gabriel a Luna.
“-¿Yo? ¿Matar a un compañero? ¡Retira eso ahora mismo o los abogados de mi familia te devolverán al fango del que nunca debiste salir, campesino de mierda” -respondió Dalyell.
Maynard quiso darle un puñetazo pero Bell y Vany lo agarraron.
“-¡Cálmate! ¿No ves que solo quiere provocarte? Se divierte jodiendo la vida a los demás, no le des ese placer. Te he desviado el tiro para salvarte la vida a ti Gabriel, no a él. Su familia es muy poderosa, hubieran ido primero a por ti y luego a por tu familia y amigos. Como hicieron conmigo cuando lo denuncié por cerdo. Es intocable” -explicó Luna.
“-A mi siempre me decías que te gustaba” -interrumpió el ingeniero.
La comandante suspiró e hizo como si Dalyell no existiera. Él mantuvo una sonrisa pérfida queriendo dar a entender a los demás que la indiferencia de ella no le importaba pero la realidad es que le quemaba el estómago de la rabia. Ella era lo único que no había podido conseguir. Y él siempre conseguía lo que quería.
La tensión del momento se resquebrajó al oír a los enemigos. Todos tomaron posiciones. Sammy era el que estaba más retrasado, cubriendo las espaldas de los demás. No había habido tiempo para proponer un cambio en las posiciones. Los otros cuatro miembros del escuadrón no estaban cómodos. Comenzaron a disparar a los enemigos mientras miraban para atrás asustados esperando ver una traición por parte de Dalyell que se mostraba muy concentrado matando a los enemigos, ajeno a la situación solo en apariencia, ya que en su interior estaba disfrutando.
Gabriel no se movió del sitio en las cuatro siguientes oleadas. No había podido sacarse de la cabeza lo que le había dicho Luna unos momentos antes “es intocable”. Sammy tenía unas influencias tan importantes que podía poner en peligro la vida de un soldado de élite de la CGO gratuitamente y no pagar con ello aunque la broma terminase en muerte. “A saber lo que ha hecho ese pedazo de hijo de puta a civiles de clase social más baja que la suya” pensó Maynard.
Un disparo silbó cerquísima de su cabeza. “¡Atención soldado!” le reclamó suavemente Vany, quién comprendía la situación y estaba igual que él. Miró para atrás para comprobar qué estaba haciendo Dalyell, llevaba muy tranquilo cinco oleadas de enemigos. Cuando volvía la cabeza hacía el enemigo sintió un profundo dolor en la boca y un impulsó la hizo retroceder. Al mirar hacia adelante observó la punta de un cuchillo a escasos milímetros de su pecho. Cerró los ojos sin pensar en nada hasta que una masa de líquido caliente y espeso le cubrió la cara inmediatamente. Bell la había salvado con su francotirador en el último momento
“-¡Por Dios! ¡Casi te perdemos!” -exclamó Bell con una cara que expresaba sincera preocupación.
“-Seguid disparando” -animó Luna consciente de que no podían despistarse.
“-¡Un scion con Dropshot! Centrad los disparos en él!” -pidió Gabriel.
Tras despachar a los enemigos Luna quiso afrontar la situación.
“-No podemos continuar así o moriremos” -expresó mientras todos se acercaban a ella menos Sammy que seguía sentado de forma altanera en su cobertura. “-No estamos concentrados y tenemos que estar mirando para atrás por miedo a que Sammy haga otra locura” -añadió.
“-Me habéis cogido manía sin sentido solo por una broma” -se justificó él poniendo una cara de niño bueno que a Bell le molestó especialmente.
“-Una broma que podía haber terminado con la muerte de Gabriel” -reprochó la francotiradora.
Sammy comenzó a disparar con su pistola de cañón corto a escasos centímetros del lugar en el que se encontraban Luna y Gabriel. Apuntaba al espacio que los separaba.
“-No te acerques tanto a mi chica campesino. Puedo matarte cuando quiera y seguir comiendo los tomates que tus padres salarían con sus sucias lágrimas de pobres paletos” -espetó antes de besar el suelo por lo que en un primer momento pareció un terremoto. Pero no, junto a varios scions, drones con arcos, pouncers y DB’s hackeados por las púas de éstos, venía un Transporte.
Vany, observando lo nerviosos que se habían puesto todos, se decidió a plantear una estrategia.
“-Nuestro ingeniero se ha pasado las últimas dos horas tumbado tranquilamente, interrumpiendo su descanso para boikotearnos. No tenemos base, no hay ninguna fortificación, así que estamos vendidos. Sin embargo tiene una parte buena, no tenemos nada que proteger. Acabemos primero con los enemigos más pequeños para que podamos enfrentarnos al Transporte moviéndonos por todo el perímetro. Así no tendremos que estar pendientes de nada más.”
Sin esperar a que nadie diera por válida su estrategia, la independiente gritó un sonoro “¡Vamos!”. Todos se pusieron detrás de Sammy en un gesto que no estaba planeado, algo que molestó sobremanera al oficial militar, quién no lograba romper la unidad entre sus cuatro víctimas. Normalmente con hacer saber quién era ya bastaba para que algún idiota sin escrúpulos ni personalidad le siguiera como un perrito faldero por puro interés económico.
Luna cogió su lanzagranadas. “No pensé que tuviera que usarlo tan pronto” pensó para sí antes de hablar por el comunicador con sus compañeros.
“-Dejadme los scion a mi, ¡voy a usar el boom!”
“-Fantástico, nosotros centraremos el fuego en los drones y en los DB’s infectados.” -respondió Vany.
Por la izquierda se asomaron dos Scion, uno con bajonazo y otro con dropshot. Luna sabía que tenía que acabar con ellos antes de que comenzasen a disparar. Esas armas acabarían con ellos en segundos. Salió de su cobertura para tener ángulo de disparo lo que provocó que las balas de las hammerburst enemigas la hieran y desestabilizasen. Bell se percató de la situación y dirigió su rifle a los dos scion.
“-Bell, sigue apoyando a Vanny y a Gabriel, ¡si dejas de disparar avanzarán más de lo debido y no podemos retrasarnos más! -exclamó Scott antes de disparar.
El proyectil de su boom impactó en la cabeza del scion con el bajonazo, quién murió en el acto. La onda expansiva afectó al segundo pero no lo mató. Todavía estaba recargando su lanzagranadas cuando el dropshot rugió expresando muerte y disparó. La gear saltó hacia adelante, disparó un segundo proyectil y lanzó su boom hacia arriba. Su proyectil impactó en el pecho del enemigo, quién murió sin remedio. El lanzagranadas se interpuso en el camino de la bala del dropshot enemigo, explotando a una distancia segura de sus compañeros. Luna se hizo con el arma pesada del scion que acababa de matar. Quedaban seis proyectiles.
Tras recogerla, al levantarse, observó un Scion con mulcher delante de ella, a escasos centímetros. Era el último enemigo que quedaba además del transporte. Oyó cómo la ametralladora del enemigo comenzaba a rugir. De un salto se encaramó en uno de los hombros del monstruo, quién se reventó medio cuerpo con la mulcher ya que siguió a la mujer sin importarle nada más que acabar con ella. Pero no estaba muerto del todo. Luna cogió un proyectil del dropshot que acababa de recoger del suelo y lo agitó hasta que comenzó a calentarse, cuando estaba a punto de estallar lo dejó caer por las tripas abiertas del enemigo. Saltó y se puso a cubierto instantes antes de la mortal explosión.
“-¡Te necesitamos aquí Comandante!” -exclamó Gabriel.
Luna se apresuró a llegar hasta sus compañeros. Al llegar se encontró con que el transporte se encontraba entre ella y el resto del pelotón y además le estaba dando la espalda. La pesada sabía que tenía que clavar el dropshot en el pecho justo cuando soltase los proyectiles, para hacerle daño y, de paso, hacerlos estallar.
En ese momento el temible bicho abrió el pecho y soltó lo que el Pelotón Delta habría llamado nemacyst. Luna intentó disparar por encima de su cabeza pero la bala impactó en el suelo y no evitó que se destara el caos en el campo de batalla. Los seres vivos explosivos que soltaba el enemigo habían alcanzado a Bell y a Gabriel quienes se movían con lentitud mientras en sus caras se dibujaba un dolor espantoso.
Luna no se lo pensó dos veces. Se puso el dropshot en la espalda y sacó su cuchillo. Se abalanzó sobre la bestia y lo rajó con rabia en el mismo sitio tantas veces que ya podía meter su brazo hasta la altura del codo. El transporte chilló de dolor y se dio la vuelta violentamente. Abrió el pecho, la comandante esperó al momento apropiado, y disparó. Le causó muchísimo dolor. Ya estaba recargando cuando la colosal bestia empotró sus brazos contra el suelo, al evitarlo Luna encasquilló el arma. El Transporte abrió el pecho. Scott estaba perdida, cerró los ojos para recibir la muerte.
Pero Gabriel, adelantándose a la situación, metió por la herida que le había causado Luna su brazo con una gnasher recién recargada activamente y vació el cargador partiendo en dos al último enemigo de la décima oleada.
Continuará…
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