Capturan a varios terroristas en Nicaragua, entre ellos a “La Araña”
La Policía Nacional de Nicaragua ha vuelto a dar un duro golpe a los terroristas que sumieron a la nación centroamericana en la violencia, durante los meses que van desde abril hasta septiembre del presente año 2018. Tras cerca de tres meses del despliegue policial ordenado por Daniel Ortega, el golpismo fascista ha quedado totalmente desbaratado.
Las fuerzas de choque que EEUU había extendido por Nicaragua, con la dirección de Félix Maradiaga y el apoyo de la Iglesia Católica, no cuentan a día de hoy ni con los efectivos ni con los recursos para volver a desatar una nueva oleada de tranques. Los terroristas están huyendo de la justicia que pide la mayoría del pueblo nicaragüense.
En las últimas horas se han producido varias capturas de terroristas. Entre ellas destaca la del conocido como “La Araña“. Su nombre real es Steven José Espinoza Marín, y se hizo conocido por asesinar al policía Francisco Ramón Aráuz Pineda mientras el funcionario despejaba un tranque -estaba desarmado- con trabajadores del Ayuntamiento y varios habitantes de la zona. Sucedió en el Barrio 8 de Marzo de la capital del país, Managua. La Araña, tras asesinar al policía profanó su cuerpo y lo quemó mientras lo exhibía en la vía pública.
También ha sido capturado Allan Enrique Alemán Castillo, líder del tranque de Carazo. El pasado 20 de julio junto a otros terroristas, aprovecharon el tranque para secuestrar, torturar y robar a José Antonio Palacios Velásquez y a Fernando Baltodano, dos ciudadanos que tuvieron la mala suerte de conducir su moto por la calle trancada por los golpistas.
Los dos fascistas han sido puestos a disposición judicial. Tras varios meses de violencia incontrolada, alargados por la derecha en el Diálogo Nacional que usó para impedir la actuación del gobierno, con promesas que más adelante no fueron cumplidas, la calma está volviendo a Nicaragua gracias a las acciones tomadas por el presidente Daniel Ortega.
La masiva movilización popular de la izquierda en las calles de las principales ciudades, ha sido la que ha permitido al ejecutivo sandinista, desplegar las fuerzas de seguridad públicas, para después dejar actual al poder judicial, que está inmerso en un proceso para juzgar a los terroristas, una petición que ha provocado decenas de multitudinarias marchas en las que la ciudadanía clamaba justicia por los muertos, heridos y pérdidas materiales provocadas por el intento de golpe de estado.