Un Perico de los Palotes llamado Juan Guaidó
Con este título no quiero desacreditar la persona humana. No busco hacerle eco a nadie, mucho menos al imperialismo. Esta de demás decir que admiro al noble y glorioso pueblo de Venezuela, que durante los últimos 20 años ha sobrevivido y llevado a cuestas un proceso político inclusivo y liberador de los más pobres, pensado en Bolívar y nuestros padres latinoamericanos, e implementado por el Comandante Chávez nuestro, junto a su pueblo a lo largo de muchas victorias de urnas y de calle.
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Hay líderes de arena, de goma, de mentiras y de fábrica, de esos que se empaquetan al vivo estilo de los cartoons o dibujos animados, que se preparan en los laboratorios del Tío Sam por largos años, enfermándoles el cuerpo y el alma, haciéndoles creer que cual mesías del siglo XXI salvaran un país de lo que ellos llaman “dictadura”. Eso es Juan Guaidó, penúltimo parto del imperio para socavar la bravura del pueblo venezolano en revolución, y a la que se enfrenta ya en la falsa historieta de su vida y a la que lo han conminado por unos dólares más.
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Me atrevo a pensar que la misma derecha venezolana fue ignorada y excluida por el imperio, y ha sido superada por un Perico de los Palotes con quien ha quedado evidenciado que no importa de quien se trate cuando se busca esclavizar y humillar a los pueblos, por encima de sus derechos y libertades. No hay duda en la lucha de la Venezuela Indoamericana nos vemos cada ser, cada pueblo y cada patria. Por supuesto la patria grande.