Ecuador: Expreso convierte la privatización en “una moda” para conquistar a los millennials
La moda del momento es privatizar. Con esa base el Diario Expreso de Ecuador intentó justificar, afanosamente, la intención de hacer una concesión al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, a través de una nota publicada el 24 de enero, a la que titularon “La ‘moda’ de las concesiones llega a la Seguridad Social”.
Más allá de lo desconcertante que puede resultar un titular de esas características, por la ligereza con que intenta naturalizarse un tema tan delicado, se trata de un atentado al Estado de Derecho, que sufre un nuevo golpe, con cada nota de los grandes medios ecuatorianos con afán de defender la libertad de prensa y acallar la expresión popular que se manifiesta, constantemente, en las movilizaciones populares y multitudinarias que se convocan en el país desde la posesión de Lenín Moreno y su inmediata entrega a la banca y los sectores empresariales internos.
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Es que lo que para nosotros, los millennials, puede resultar una interesante propuesta, sumarse a la moda del momento, para el resto de la población, representa una amenaza que se creía enterrada en hace poco más de una década, y que resurge con la reestructuración del sistema tradicional de poder en el país.
Lo que Diario Expreso no dice –y posiblemente nunca lo haga-, es que más allá de una “novedosa tendencia mundial”, las privatizaciones representan la entrega, casi sin condiciones, de los bienes públicos a los sectores empresariales. Y, aún más, en el campo de la seguridad social, una medida de este tipo representa una violación infame a la Constitución del Ecuador por la que, ni los traidores, ni los transitorios, ni sus aliados han demostrado algo de respeto. Siendo, ésta, una expresión de la voluntad popular ratificada dos veces en las urnas.
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Aunque sí pareciera que el gobierno ecuatoriano basa sus decisiones en la moda, es importante recordar a sus operadores políticos que la Norma Suprema establece, que la seguridad social es un derecho irrenunciable de las y los ciudadanos y uno de los deberes primordiales del Estado. Tal y como lo asumió el gobierno de la Rafael Correa durante su gestión de una década.
Sin contrastación ni objetividad en la nota, no nos enteraremos que la cobertura del sistema pasó de 26,3% en 2007 a 44,18%, en 2015, lo que implica mayor número de ciudadanos accediendo al sistema de salud, a las pensiones jubilares y cobertura de enfermedades catastróficas, además de, acceso a créditos hipotecarios que, en la década pasada, benefició a más de 500.000 familias ecuatorianas con una vivienda propia.
Habría que conocer los verdaderos intereses tras la privatización de la seguridad social, sin embargo, el responsable del proceso de entrega de la administración de los bienes públicos, Santiago Cuesta consejero presidencial, ha manejado con extremo hermetismo el plan del régimen y sus asesores, blindándose con titulares que se cuidan mucho de no llamar las cosas por su nombre.
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Un medio responsable cuestionaría un proceso ilegal e ilegítimo e intentaría entregar a sus lectores una nota seria y contrastada que, cumpliendo los preceptos de información de interés o relevancia pública, investigue e informe el destino de los bienes públicos y, especialmente, del sistema de seguridad social. El Expreso insiste en que llueve, aunque ya sepamos la verdad.
¿Privatizar es una moda? ¿En serio?
El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. Simón Bolívar, Discurso de Angostura, 1819.