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Amor republicano: poema por el 14 de abril

PRÓLOGO

Mi abuela me dio la fuerza para pensar. Siempre me contaba cómo parte de su familia fue encarcelada por simplemente luchar por la justicia y la ética. Hoy día me miro al espejo, y veo una continuación de esa lucha que hace tiempo fue olvidada, a la vez que los medios de comunicación, la educación y la poca cultura general, tanto histórica como ideológica, hacen que sea en vano, pero yo y muchos en silencio luchamos por lo que un día se logró; el avance, el humanismo, la igualdad….

Fue hace ya 88 años, un 14 de abril, cuando se alzaba la ansiada Tricolor. ¡Quién pudiera volver al pasado y festejar aquel sueño cumplido junto a mis antepasados! ¡Quién pudiera disfrutar aquellos días en los que el país pasó de unos pocos a unos muchos! ¡Quién pudiera cantar y alzar el puño mientras ondea mi bandera y canta el himno a la humanidad!

Robada y desprestigiada, todos sabemos que fuiste el sueño de los despiertos, y sabiduría diste a nuestro pueblo.

Aunque no pude luchar por salvarte, solo puedo demostrar amarte con lo único que me ha dado la vida; te defenderé con lo más bonito que inventó el hombre, la palabra, yo pondré los versos y tú, amada República, me darás las rimas.

LOS TRES COLORES DE ABRIL

¿Qué siento cuando salgo?

¿Qué siento cuando pienso?

Solo oscuridad,

y rostros cabizbajos.

Un pueblo derrumbado,

por el recuerdo,

de lo que un día fue gloria

y hoy ha vuelto a ser olvidado.

Los viejos ya no piensan,

ya no sueñan,

pues la igualdad por la que lucharon;

hoy se la quitaron.

Luchar, qué bonito verbo,

a su vez que sangriento,

cuando un tiro al poeta

rompió sus versos.

Luchar por aquello a quienes

un día,

sus vidas dieron,

por las libertades que con el tiempo desistieron.

Luchar, alzar, amar;

que verbos tan distintos,

y a su vez tan similares,

cuando una bandera pasada añoramos.

¡Luchar! Dijo la mujer;

y de lo más profundo,

sacó valentía,

para vivir de pie.

¡Luchar! Dijo la mujer;

y de lo más profundo,

sacó valentía,

para no vivir de rodillas.

El poeta ya no romancea,

ya no canta a los gitanos,

ni podrá coger nunca

a su amado de la mano.

El poeta ya pudo

salir del campo,

y por sus ideas murió;

nunca sus poemas morirán entre hermanos.

La pasionaria volverá a enamorarnos;

volverá a liderarnos,

y con su voz,

volverá a levantarnos.

Pero,

¿Y si hurgamos en la memoria?

¿Y si nos levantamos?

Y como nuestros bisabuelos,

salimos , el pueblo,

y luchamos como antaño.

¡Levantaos!

color pasión,

color sol,

color cielo,

y te alzamos.

Como hiciste un catorce de abril,

con bandera en mano,

y la Internacional cantada,

con el puño en alto.