Van der Graaf Generator es una de las formaciones más apasionantes de rock progresivo. Sus obras de referencia se sitúan en una de las épocas de mayor auge del estilo, y ellos han sabido enriquecerlo con su particular visión musical, guiada principalmente por su líder Peter Hammill.
1967 es el año de nacimiento de Van der Graaf Generator, una banda que debe su nombre, precisamente, al generador electrostático creado por Robert Van de Graaff, aunque cambiando algunas de las letras. Curiosamente, el físico estadounidense de ascendencia neerlandesa, fallecería en el mismo 1967.
Manchester es la ciudad británica que los vio nacer, impulsados desde un inicio por el batería Chris Judge Smith, el teclista Nick Pearne y el multiinstrumentista Peter Hammill. Cuando los dos primeros abandonaron el proyecto, Hammill se hizo con el control del mismo.
Primeros pasos
Junto al teclista Hugh Banton, el bajista Keith Ellis y el batería Guy Evans, nace la primera aventura del grupo, aunque esta sería anecdótica. Se tuvieron que separar por problemas contractuales y, cuando los mismos músicos grabaron The Aerosol Grey Machine en 1969 como álbum solista de Hammill, finalmente contaron con el permiso para publicarlo bajo el nombre de Van der Graaf Generator.
Aquella primera entrega no era definitoria en su sonido, pues estaba bastante enfocada hacia la psicodelia y todavía no poseía los rasgos musicales más característicos, algo que sí ocurriría tras el fichaje por el sello Charisma y la incorporación del saxofonista Andy Jackson, movimientos vitales para el sonido de trabajos venideros. Además, Nic Potter reemplazaría a Keith Ellis.
Consagración y disolución
El segundo álbum, “The Least We Can Do Is Wave to Each Other” (1970), ya comenzaría a mostrar más inclinaciones progresivas, aunque sin dejar del todo los trazos psicodélicos y añadiendo cierto componente experimental. Así a todo, la culminación de la transformación sonora llegaría en “H to He, Who Am the Only One” (1970), en el que ya se vislumbraban pasajes sinfónicos y ejercicios vibrantes de jazz rock.
No obstante, su continuación “Pawn Hearts” (1971), y ya sin Nic Potter, se erigiría como la obra cumbre del grupo a principios de la década de los 70. La ambientación oscura, las reflexiones filosóficas, su épica y eclecticismo, convertirían a los británicos en una de las formaciones de culto más interesantes del momento, siendo estandartes del rock progresivo británico sin obtener apenas repercusión comercial, aunque sí mucho reconocimiento y respeto.
Justamente cuando la banda llega a tocar las nubes con los dedos, Hammill decide dar por finalizada la actividad de Van der Graaf Generator para centrarse en su carrera en solitario.
El torrente creativo de Hammill y el regreso de Van der Graaf Generator
El debut de Peter como solista había llegado meses antes de la publicación de “Pawn Hearts”, sin embargo, su productividad incrementó sin las ataduras de la banda, llegando a publicar cuatro álbumes más en tres años, con el último de ellos respaldado por sus antiguos compañeros en Van der Graaf Generator, lo que pudo propiciar la idea de reformar el grupo, tal y como sucedería.
Durante el mes de junio de 1975 se dedicarían a grabar lo que sería la reaparición de una formación imprescindible para la escena progresiva desde un punto de vista artístico. Sería en los Rockfield Studios de Gales. Ya en octubre del mismo año, se publicaría Godbluff.
La portada
La portada es francamente discreta, para nada llamativa, aunque lo importante estaría en el contenido musical.
“Godbluff” fue la nueva apuesta de Peter Hammill y los suyos, en el que mostrarían un torrente de melodías más sofisticadas, desarrollos instrumentales igualmente complejos, pero con un cierto orden en el que el punto de locura lo pondría la voz de Peter, a veces histriónica, a veces operística, y otras veces tan cariñosa, pero también unos músicos absolutamente inspirados en su cometido.
Contenido musical
El álbum alberga un total de cuatro composiciones, en el que la más corta es la inicial “The Undercover Man”, de casi ocho minutos de duración. El inicio del mismo es tan calmado como apasionante, con un Hammill susurrante que va marcando la intensidad con sus cuerdas vocales, mientras poco a poco, la base rítmica y el resto de instrumentos parecen ir calentando para lo que vendrá después. Los pasajes con flauta y saxo son extraordinarios.
“Scorched Earth” es quizá algo más agresiva, en el que los riffs son más marcados, los órganos parecen ser aporreados sin piedad, y la base rítmica sigue en su empeño de dejar alucinado al oyente, provocando una amalgama de sonidos que, junto a saxo y guitarras, optan por fusionar el rock progresivo con el jazz rock.
“Arrow” va en la línea de “Scorched Earth”, iniciándose con buenos aportes de batería y bajo, junto a un solo del saxofonista Andy Jackson. A medida que pasan los segundos, la intensidad va bajando para que Hammill entre y haga con su voz lo que le plazca. Eso sí, el clímax llega en los minutos finales, con todos los músicos completamenta desatados.
Para el final del disco tenemos a “The Sleepwalkers”, la composición más sinfónica del mismo y todo un ejemplo de grandes melodías. El inicio es apoteósico gracias a los fantásticos aportes del saxo y la flauta, coronándose en segundos venideros por las virtuosas cuerdas vocales de Hammill, que si bien puede no ser del agrado de todo el mundo, está considerado uno de los vocalistas más grandes y creativos del progresivo de los 70, sin olvidar su talento como compositor e instrumentista. Cuando uno piensa que la composición va a discurrir por unos cauces más o menos similares, se atreven con una breve parte instrumental de jazz latino y chachachá, para después reemprender la marcha hasta un final cargado de giros, nervio y ambición por parte de los músicos.
Su sitio en la historia
“Godbluff” está considerado como uno de los grandes discos de la banda, y es que prácticamente todo lo que han publicado desde 1970, con su segundo álbum, hasta el posterior “Still Life” de 1976, son joyas que han trascendido entre los seguidores expertos del rock progresivo.
El carácter experimental del álbum no le permitió entrar en ninguna lista de ventas, de hecho, Van der Graaf Generator casi nunca las ocuparon, pero tampoco lo han necesitado. Cojan un libro de grandes bandas de rock progresivo y allí los tendrán siempre, junto a los mejores nombres del estilo (Genesis, etc…), porque ellos, en términos cualitativos, también forman parte de ese pelotón de élite.
Lista de canciones y créditos del álbum
- Peter Hammill: voces, pianos y guitarras.
- Hugh Banton: bajo y órgano.
- David Jackson: saxo y flauta.
- Guy Evand: batería y percusión.
Grabado en los Rockfield Studios de Monmouthshire (Gales).
Producido por Van der Graaf Generator.