Las estrategias de PSOE y UP en la reunión postelectoral
Los dirigentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de Unidas Podemos (UP), Pedro Sánchez y Pablo Iglesias respectivamente, se reúnen hoy para explorar la posibilidad de llegar un acuerdo sobre el próximo Gobierno de España. Ambos acudirán defendiendo una posición favorable para los intereses de sus organizaciones políticas, con los ojos puestos en el futuro.
Por ese motivo ninguno de los dos líderes coinciden en la forma de alcanzar el acuerdo. Pedro Sánchez quiere conseguir un posible acuerdo en su investidura como presidente, para no tener que depender de Unidas Podemos a la hora de sacar adelante leyes de carácter neoliberal, y contar con los de Pablo Iglesias para remarcar su perfil de izquierdas, algo que le permitiría al PSOE asentarse definitivamente como la opción del centro-izquierda, una posibilidad que se convirtió en hecho en el pasado ciclo electoral.
Mientras tanto, Pablo Iglesias quiere entrar en el gobierno de Sánchez haciéndose cargo de ministerios con competencias sociales, para sostener en el medio y largo plazo que Unidas Podemos garantizó la protección social cuando el gobierno de Pedro Sánchez fue incapaz de revertir los recortes hechos desde la última década, o en el peor de los casos deba hacer más, a causa de la nueva crisis que está por venir según han alertado economistas de todas las escuelas.
A ninguno de los dos le conviene una nueva cita electoral, por que el PSOE, aunque seguiría siendo la fuerza vencedora en el campo progresista, ya no cuenta con el miedo a VOX, Ciudadanos sigue creciendo y el PP atisba una recuperación, hechos que podrían hacer que perdiera La Moncloa, y Unidas Podemos no ha encontrado todavía su suelo electoral, por lo que estaría abocada a jugar un papel menos que secundario.
Pablo Iglesias parece aferrarse al ejemplo de la izquierda en Islandia, que entró en un gobierno con la socialdemocracia, haciendo a su líder Katrín Jakobsdóttir Ministra de Educación, consiguiendo vencer en las elecciones siguientes, por lo que hoy la política del Movimiento de Izquierda-Verde es la Primera Ministra de ese país. Una excepción a la regla que confirma que la parte más fuerte del pacto es la que se queda con los efectos positivos de las medidas tomadas, aunque hayan sido gracias a la fuerza menor de la entente.
Pablo Iglesias considera que entrar en el gobierno del PSOE liderando algunas carteras sociales, le dará una mayor visibilidad, que él aprovechará para llevar a cabo medidas de corte social que impacten en la realidad cotidiana de la mayoría, y así cimentar su argumento de que es UP y no el PSOE la única opción política que garantiza políticas de izquierdas.
Sin embargo esa apuesta es arriesgada. Lo mismo quiso hacer en los Presupuestos Generales de 2019 y las elecciones demostraron que no sirvió para recuperar votantes perdidos. El PSOE cuenta con un gran apoyo mediático, mientras que UP no es que no cuente con ello, sino que los grandes medios de comunicación están en su contra. Si el gobierno en el que participa Pablo Iglesias lleva a cabo recortes, él formará parte del ejecutivo que los aplica, por lo que su permanencia en él puede ser un arma de doble filo.
Apoyar la investidura y pasar a la oposición, desde donde llegar acuerdos puntuales que no contradigan el programa electoral, sería una posición más cómoda para Unidas Podemos. Podría desgastar al PSOE e igualmente intentar vender como victorias las leyes que se aprueben tras una negociación entre ambos.