Aurora Fernández: “es necesario devolver la dignidad a los represaliados por el franquismo”
Entrevista a Aurora Fernández Fernández, natural de Cuevas del Valle (Ávila). Es coautora junto con Enrique Guerra López del libro “Cuevas del Valle 1936-1950“, fruto de años de investigación en el campo de la Recuperación de la Memoria Histórica, y que recoge la represión a la que ese pueblo fue sometido por el fraquismo entre esos años. Colaboradora del CSIC en cuanto a Memoria Histórica se refiere.
¿En qué consiste el trabajo que hay detrás del libro “Al sur de Gredos, Cuevas del Valle 1936-1950”?
Este libro es un trabajo que trata sobre un estudio histórico crítico sobre la violencia represiva en el pueblo del sur de Ávila llamado Cuevas del Valle, como consecuencia del golpe de estado militar y consiguiente Guerra Civil.
Para hacer ese trabajo hemos utilizado varias fuentes. El libro está, académicamente hablando, elaborado con rigor científico, lo exigido por las Ciencias Sociales. Hemos utilizado fuentes primarias encontradas en varios archivos: Archivo de la cárcel de Ávila, Portal de archivos españoles, Archivo Histórico Provincial de Ávila, Centro Documental de Historia de Salamanca, Archivo General Histórico de Defensa, Archivo Municipal de Cuevas del Valle, Boletín Oficial de la provincia de Ávila, la Hemeroteca Municipal de Madrid, Registro Civil de Cuevas del Valle, los Libros de Defunciones de Ávila en el Registro Civil y testimonios orales.
Hemos sacado también documentación de publicaciones de prestigio sobre la represión según autores clásicos como Brenan, o contemporáneos como Francisco Espinosa y Francisco Moreno.
También nos sirvió mi trabajo de genealogía de mi pueblo, Cuevas del Valle. Esto nos fue de gran ayuda para poner apellidos a los personajes, sobre todo, a los asesinados extrajudicialmente porque no están registrados en actas de defunción. En la actualidad, estamos trabajando todo el Valle del Tiétar, Ávila.
Hemos visto la necesidad de devolver la dignidad a los represaliados por el franquismo. Dignidad que fue arrebatada por el régimen impuesto por las armas. La necesidad de releer aquella guerra desde una óptica tranquila y distanciada, como un tratamiento que parta de valores democráticos y de respeto a los DDHH.
¿Cuántas familias puede haber afectadas por el expolio al que fueron sometidos los represaliados de esa zona?
Muchas, hay 116 represaliados. De estos, 47 asesinados extrajudicialmente, entre ellos 10 mujeres.
¿Cree que la represión a la que fueron sometidos por el bando sublevado ha tenido la luz que se merece?
No, y la que tiene es debido a familiares, asociaciones, foros por la Memoria Histórica y personas como nosotros, que trabajamos por la justicia, la verdad y la reparación.
¿Qué efecto demográfico-económico tuvo la represión sobre la población de Cuevas?
Tuvo mucha repercusión, porque muchos hombres fueron asesinados, llevados a la cárcel, y otros lucharon en la guerra. Muchos de ellos eran labradores y jornaleros, por lo que a sus familias no les llegaban ingresos. Y los que estuvieron trabajando, por ejemplo, en el Valle de los Caídos, no les llegaba a sus familiares lo poco que les pagaban, pues, incluso, el Ayuntamiento se quedaba con un tanto por ciento.
¿Crees que el papel de las mujeres en esta represión no tiene la visibilidad que debiera?
La labor de las mujeres no está reconocida, no solo estuvieron defendiendo el modelo de Estado electo, sino que ayudaron de cocineras y enfermeras.
¿Qué impacto emocional le ha supuesto participar en este trabajo de investigación sobre Memoria Histórica?
Tengo siete familiares asesinados. Se unió el hecho de que el juez Baltasar Garzón investigó los hechos, y mi padre comentó más cosas que yo no sabía, él quiso sacar a sus familiares, que aún están hoy en las cunetas. Aunque no solo porque yo tuviera familiares represaliados, sino por dignificar a estas personas.
Muchas no tuvieron nada que ver: estaban de concejales por sacar adelante al pueblo y se vieron envueltos en este alzamiento militar. Un alzamiento que no trajo nada bueno y que actualmente sigue sin traer nada bueno a la gente de este país.
¿Cree que aún existe miedo a buscar a los familiares?
Claro. Como ejemplo, mi madre nació en el 35 y no vivió en sí la Guerra Civil, se enteró por lo que le contaron después: el día que presentamos el libro en Cuevas, estaba aterrada, más que nada por si me pasaba algo a mí.
El miedo es una de las cosas que yo creo que sigue patente, y creo que yo lo he conseguido apartar, ya que con miedo no se consigue nada. El mejor método es que llegue, mediante la educación, a las nuevas generaciones.
Se barajan muchas cifras sobre las desapariciones forzosas en este país: 114.000, 120.000, 140.000. ¿Cómo podríamos obtener una cifra exacta sobre ello?
Curiosamente, a los archivos de la Guardia Civil no tenemos acceso. Pero gracias a la correspondencia que llega a la alcaldía de Cuevas del Valle, encontramos un documento de la Guardia Civil de Mombeltrán en el que se pedía números de fusilados, asesinados, batallones de trabajo… Por lo que si este documento llega a todos los rincones de este país, cabe la posibilidad de que los franquistas sepan cuántos fueron los asesinados.
Otra posibilidad es la unión entre foros y personas individuales para esclarecer los datos de España entera. Apuntar también que aún queda mucha gente por identificar, que se consigue saber su identidad gracias al testimonio de otras personas.
¿Cómo es posible que en un país democrático, todavía existan tantos represaliados en las cunetas?
Eso habría que preguntárselo a quienes nos gobiernan, y a quienes les votan, que son quienes deben dignificar a los represaliados. Ya ves las últimas noticias con lo que opinan los jueces sobre sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos, y su reconocimiento como Jefe de Estado el 1 de octubre de 1936.
Todo es retraso, obstáculos y muros. Si los políticos que están en el poder no hacen nada para que esto cambie, no va a haber avance. Me queda la esperanza de que actúe el pueblo. Con la presión se cambian cosas.
¿Quieres añadir algo más?
Añadiría que, pese a tener aval de la Universidad Complutense de Madrid (Mirta Nuñez Díaz-Balart), ser colaboradora del CSIC y, supuestamente, estar avalada por la Ley de Memoria Histórica, en algunos casos no he tenido las puertas abiertas para investigar.
También me gustaría resaltar la importancia de los archivos municipales como puntos de información, deberíamos cuidarlos más. Para terminar, añadir que nuestro libro ya está en la Casa de Historia de Europa, en Bruselas.