10 grandes discos de glam rock
El glam rock apareció en escena en la primera mitad de los 70. Esta fusión de diferentes sonidos, junto a cierto impacto visual, exportó un buen puñado de artistas y obras que han trascendido al gran público.
El glam rock aparece a principios de la década de los 70 en el Reino Unido. Este estilo de música rock se caracteriza por acompañarse de cierto impacto visual, donde se incluyen diferentes peinados, maquillajes, atuendos con brillos y plataformas, además de cierta imagen andrógina.
Musicalmente, el glam rock nace de la fusión de diferentes elementos del rock and roll, cabaret, bubblegum pop, art rock, hard rock y rock psicodélico, entre otros. A lo largo de la historia, ha ido expandiendo su carácter a otras vertientes como el metal o el rock progresivo. También abrazó al hard rock ochentero, también conocido como hair metal o glam metal, a los nuevos románticos, el punk rock, rock gótico, britpop, cantautores y mucho más.
Hay artistas como Queen o Alice Cooper que también han abanderado el glam, pero desde una perspectiva diferente a la que esta vez queremos abordar, puesto que en sus mejores obras de los 70, ambos añadían tales ingredientes a una vertiente musical más encuadrada en los parámetros del hard rock de la época, algo que se señalará cuando abordemos este subgénero musical.
Así pues, la idea principal de este artículo es la de señalar obras de glam rock en su concepción más pura, en la forma en la que popularmente se dio a conocer. Por ello, queremos recomendar la escucha de diez grandes discos del estilo, con una ámplia mayoría publicada en su época dorada.
Sentaos, dejaos impregnar de maquillaje y, por supuesto, de buena música.
Sweet – Sweet Fanny Adams (RCA; 1974)
Banda formada a finales de los 60 en el Reino Unido, con mayor relevancia durante la primera mitad de los 70. Sweet Fanny Adams es el segundo álbum de estudio y el primero en obtener repercusión en las listas de diferentes países. Su sonido es una fusión de glam rock y hard rock de cierta influencia para formaciones posteriores, tanto dentro como fuera de los parámetros del glam. El álbum fue producido por Phil Wainman, y podría decirse que es el más importante de la discografía de los británicos. Contiene clásicos como “Set Me Free” y “Sweet F.A.”, apoyados por otros títulos como “Heartbreak Today”, de indudable valía. Ya habían triunfado con el sencillo “The Ballroom Blitz”, pero aquí materializaron lo que apuntaban.
Canciones destacadas: “Set Me Free”, “Heartbreak Today”, “Sweet F.A.” y “In To The Night”.
Mott The Hoople – ‘The Hoople’ (CBS; 1974)
Mott The Hoople estuvieron a punto de desaparecer antes de despuntar en la música. Fue entonces cuando David Bowie les cedió su canción “All The Young Dudes” y lograron trascender al gran público. A partir de aquel hito, los británicos consiguieron el empujón necesario para sostenerse durante unos cuantos años más, sin duda los mejores de su historia. Uno de esos flamantes álbumes a recomendar es este ‘The Hoople’, en el cual Ian Hunter, vocalista, guitarrista y principal compositor, fue capaz de sacarse de la chistera títulos como “The Golden Age Of Rock N’ Roll”, “Marionette” y “Roll Away The Stone”. El disco escaló hasta el puesto número 11 en los charts británicos y obtuvo el certificado de oro a los pocos días de aparecer en el mercado.
Canciones destacadas: “The Golden Age Of Rock N’ Roll”, “Marionette”, “Alice” y “Roll Away The Stone”.
New York Dolls – New York Dolls (Mercury; 1973)
Los estadounidenses New York Dolls podrían definirse como una versión más salvaje y travestida de The Rolling Stones. Fue uno de los primeros grupos en utilizar elementos después establecidos plenamente en el punk rock, el cual no tardaría mucho tiempo en aparecer. Los neoyorquinos estuvieron tremendamente entregados a la causa del glam rock, pero con una dosis de proto-punk que los hace realmente especiales. David Johansen y Johnny Thunders son los líderes compositivos en este debut, si bien es cierto que Sylvain Sylvain y Arthur Kane también aportan su granito de arena. “Personality Crisis” es sin duda el himno del álbum junto con “Trash”, aunque el primero ha conseguido trascender al gran público del rock. La primera etapa de la banda terminó en 1976. Después tuvieron otra en la década del 2000.
Canciones destacadas: “Personality Crisis”, “Looking For A Kiss”, “Trash” y “Jet Boy”.
Roxy Music – For Your Pleasure (Island Records; 1973)
Los Roxy Music de primera mitad de los 70 fueron una banda carismática, creativa y puntera del glam rock y el art rock. Su primer álbum homónimo ya había trascendido en su Reino Unido natal con un top 10 en las listas de álbumes. Sin embargo, el sucesor For Your Pleasure fue más allá en términos creativos, los cuales se convirtieron en una recepción todavía más efusiva por parte de la crítica especializada y el público. A pesar de los resultados y de la calidad mostrada, las tensiones entre Bryan Ferry y Brian Eno eran absolutamente palpables, y eso se nota en la música. Las mismas sirvieron para plasmar la sensación de inquietud en varias de las composiciones que resultaron ser especiales. A pesar del crecimiento evidente, tuvieron que sufrir la partida de Brian.
Canciones destacadas: “Do The Strand”, Editions of You”, “In Every Dream Home a Heartache” y “The Bogus Man”.
Cockney Rebel – The Psychomodo (EMI; 1974)
Antes de que Steve Harley y sus Cockney Rebel lograran un éxito masivo con el sencillo “Make Me Smile (Come Up and See Me)”, publicaron un par de sólidos álbumes de mayor interés que el que incluía aquel radiable single. De esos dos primeros trabajos en los que Harley todavía no había impuesto su nombre, The Psychomodo es, quizá, el más interesante. También fue el primero en obtener un top 10 en el Reino Unido, y hay que destacar que por aquel entonces no triunfaba cualquiera. El álbum es verdaderamente histriónico, y también se deja caer por senderos surrealistas, pero lo hace desde una perspectiva que alimenta la propuesta de la banda. El tema más popular del mismo es “Mr. Soft”, el cual sirve de ejemplo para definir la música de esta llamativa banda.
Canciones destacadas: “Psychomodo”, “Mr. Soft”, “Ritz” y “Sling It!”.
Lou Reed – Transformer (RCA; 1972)
A Lou Reed le costó emprender su aventura en solitario. Tras convertirse en un músico influyente, más reconocido con el paso del tiempo, gracias a su labor en The Velvet Underground, su primer trabajo en solitario fue un fracaso. Sin embargo, Lou tenía un amigo dispuesto a ayudarle. Ese amigo era ni más ni menos que David Bowie, quien trajo consigo a Mick Ronson para entre ambos producir el disco. No solo se limitarían a esa labor, si no que también harían de músicos. El sonido tejido para Transformer demostró ser el ideal. Hay momentos en los que las guitarras son las protagonistas, pero los arreglos de Mick en las composiciones más reposadas, le dieron un halo especial al contenido global de la obra. Reed sacó lo mejor que tenía y salió victorioso. Fue su mayor logro dentro de una discografía llena de altibajos.
Canciones destacadas: “Vicious”, “Perfect Day”, “Walk On The Wild Side” y “Satellite of Love”.
Sparks – Kimono My House (Island; 1974)
La trayectoria de los Sparks en la primera mitad de los 70 es digna de aplauso. Liderados por el teclista Ron Mael y el vocalista Russell Mael, ambos hermanos, lo cierto es que a lo largo de toda su historia han ido mutando su sonido principal. En su época clásica, se arrimaron al glam rock y al pop pomposo con grandes dosis de exprimentación y textos ingeniosos. De su retahila de aclamadas obras, Kimono My House es, probablemente, su mayor logro junto a Propaganda (1975). El arranque del álbum ya te vuela la cabeza. “This Town Ain’t Big Enough for Both of Us” es hilarante y extraordinaria, con un duelo principal entre voz, teclados y guitarras, realmente brillante. Todo casa a la perfección. Tampoco se le puede negar la grandeza a “Amateur Hour” o a la breve “Here in Heaven”.
Canciones destacadas: “This Town Ain’t Big Enough for Both of Us”, “Amateur Hour”, “Here in Heaven” y “Thank God It’s Not Christmas”.
David Bowie – The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars (RCA; 1972)
Obra maestra de la música. Todo lo que rodea a este disco es fantástico: pasos para la creación, concepto, sonido, etc. David Bowie creó un personaje y en base a él moldeó a su antojo una obra conceptual que rezuma glam rock y pop de alta escuela por cada una de sus notas musicales. Acompañado por The Spiders From Mars, es decir, Mick Ronson, Trevor Bolder y Mick Woodmansey, fue capaz de crear una serie de composiciones con clara vocación de himnos. Una especie de ópera rock cuya temática se basa en un extraterrestre andrógino que, para salvar nuestro planeta, se convierte en una estrella de rock. Sin embargo, terminaría engullido por su propio éxito. Así, con estos ingredientes, tenemos composiciones imperecederas de la talla de “Starman”, “Ziggy Stardust”, “Suffragette City” o “Moonage Daydream”.
Canciones destacadas: “Moonage Daydream”, “Starman”, “Ziggy Stardust” y “Suffragette City”.
Suede – Coming Up (Nude; 1996)
Hubo un tiempo en el que los Suede fueron la banda más prometedora del Reino Unido. Sin tener un disco en circulación, ya llamaban la atención de la gente. Explotaron artísticamente gracias a sus tres primeras obras, las cuales poseen suficientes diferencias entre ellas como para no caer en la más pura repetición. De esas tres obras, la que más tiene que ver con el glam es Coming Up. Si una de las mayores influencias de la banda es David Bowie, en este tercer álbum ni siquiera se esfuerzan en esconderlo. ¿Para qué? Tiene grandes canciones, optan por una propuesta más melódica y directa que sus antecesores, y es disfrutable de principio a fin. Eso sí, títulos como “Trash” o “Beautiful Ones” son quizás las encargadas de abanderar una obra brillante y exitosa.
Canciones destacadas: “Trash”, “Lazy”, “Beautiful Ones” y “Saturday Night”.
T. Rex – Electric Warrior (Fly Records; 1971)
No se puede negar que Bowie impulsó el glam rock hacia terrenos populares, sin embargo, Marc Bolan fue uno de los creadores de esta etiqueta. Curiosamente, ambos eran amigos, aunque tenían ciertas tiranteces porque uno quería ser mejor que el otro. La gran baza de Bolan y sus T. Rex fue Electric Warrior, aunque no fue la única. En este disco se pueden encontrar los ingredientes que hicieron de Bolan un referente: riffs efectivos, grandes melodías, ritmos machacones, etc. Su problema es que no supo evolucionar a partir del éxito. Y si tenía pensado hacerlo, nos quedamos sin saberlo, ya que falleció en un accidente de tráfico en 1977. Claro, en ese momento, Bowie ya había pasado por diferentes etapas sonoras. Esa fue la mayor diferencia entre ambos.
Canciones destacadas: “Mambo Sun”, “Cosmic Dancer”, “Jeepster” y “Ban A Gong (Get It On)”.