El término hegemonía no es nuevo, se trata de conseguir que unas ideas se construyan con sentido común y por ende, sean aceptadas por el resto de la sociedad como propias. Funciona como un elemento legitimador que permite crear consensos y acuerdos en torno a ideas particulares.
Antonio Gramsci entendía la hegemonía como la imposición o el dominio, del sistema de valores, creencias e ideologías de una clase social sobre otra. Generalmente, de la clase burguesa sobre la clase obrera. Esta definición podría aplicarse también para explicar la hegemonía política.
Últimos resultados
Las elecciones del pasado mayo, dejaron claro que en Euskadi la hegemonía política está en disputa entre el PNV y EH Bildu, así lo demuestran los seis de cada diez votos que van a parar a estas dos formaciones políticas. El PNV aumentó su correlación de fuerzas, imponiéndose por primera vez desde 1983 -antes de su escisión- en las tres capitales vascas, además de en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba.
En la disputa por la hegemonía electoral, el PNV salió reforzado, recuperando algunas localidades y consolidándose en la Margen Izquierda -la cual la solía obtener el PSE-. Respecto a EH Bildu -representación política de la izquierda abertzale- mejoró sus resultados, con 25.000 votos más, llegando a obtener un total de 279.622 sufragios. En el panorama municipal la coalición consiguió 931 ediles -37 más que hace cuatro año -.
Expectativas: PNV contra EH Bildu
El PNV y EH Bildu aspiran a conseguir la hegemonía electoral. La burguesía vasca, representada por los jeltzales, salvo excepciones, siempre ha ganado a la formación abertzale. Las razones han sido diversas, los diferentes escenarios vividos en Euskal Herria y en los diferente puntos del Estado, han sido los que de una u otra manera, han decantado la balanza a favor de la derecha vasca.
El contexto con el que llegan a esta futura cita electoral es diferente al que existía en las pasadas elecciones. El punto que de alguna forma podría poner en riesgo la hegemonía de la derecha vasca, sería el anuncio que hace pocos días hicieron diversos partidos nacionalistas. En él falta del PNV. El campo conservador vasco brilló por su ausencia, algo que fue muy criticado y poco entendido desde diversos ámbitos de la sociedad.
PNV
El PNV explicó su desmarque, diciendo que no era el momento y que el documento presentado por los firmantes -partidos gallegos, vascos, catalanes, valencianos y de Baleares– carece de “espíritu constructivo“. Este podría ser un punto débil de la formación burguesa, ya que gran parte de su electorado es favorable a la independencia, o por lo menos, partidario de que se realice una consulta popular.
La mayoría de la sociedad, considera que al igual que pasó con la corrupción del PNV -el Caso De Miguel, por ejemplo-, el tema de las pensiones, su mala gestión en los servicios públicos, las huelgas que los trabajadores de diversos gremios han -y están- realizando, y el poco interés que muestra por algo que recuerda todos los “Aberri Eguna“, no le pasará factura.
EH Bildu
En cuanto a los puntos débiles de Bildu, se resumen en las mismas críticas que han acompañado las anteriores elecciones. Parte de los simpatizantes de la izquierda abertzale, han criticado duramente a la coalición por algunas decisiones políticas tomadas en el pasado. Éstas han sido descrito como traición a los principios que la formación defiende. Le achacan haberse convertido en un partido socialdemócrata que hace tratos con el PSOE, traicionando así a todas las víctimas que ni siquiera han sido reconocidas.
Estas mismas voces se muestran contrarias a participar en el juego de un país que no les representa, lo que en pasadas elecciones se plasmó en una campaña de abstención. También están los que no se sienten del todo representados por el camino que ha tomado la formación abertzale y, o bien buscan otro partido al que votar, o bien deciden no hacerlo. También hay un tercer sector electoral dentro de lo que critican a EH Bildu, los que aunque no les gusten ciertas declaraciones o decisiones, los apoyarán porque no quieren ceder ni un milímetro fente al fascismo, aunque eso signifique votar en una institución en la que no creen.
¿Qué dicen los datos?
Según las estimaciones de votos del CIS, el PNV -con un 1,5% de la estimación de voto- igualaría los resultados del 28A -obtuvo un 1,51%-, pudiendo conseguir un séptimo diputado, de modo que lo tiene todo a favor para mantener su actual grupo parlamentario. Mientras que EH Bildu también aumentaría, pasando de el 0.99% obtenido el 28A, hasta un 1,2% de los votos, con la opción de conseguir hasta cinco diputados.
Estos datos también revelan que el PNV volvería a ganar en Euskadi en las próximas elecciones generales con un 18,9% de los votos, seguido de EH Bildu, que lograría un 16,2% y pasaría de cuarto lugar a tercero.
A poco más de una semana para la cita electoral, estas son las expectativas. Basadas en datos, supuestos e interpretaciones. Resultados positivos para ambas formaciones y una probable ganancia en la disputa por la hegemonía electoral para el PNV.