Por cuarta vez desde 2015 y, tras la última investidura fallida, los ciudadanos asistimos a una nueva convocatoria electoral con síntomas de cansancio y desasosiego.
Para los partidos políticos, afrontar un nuevo proceso electoral como consecuencia de su fracaso en la negociación de pactos de gobierno supone también un desgaste que puede afectarles en los resultados del próximo 10 de noviembre.
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En este contexto, ¿cómo afrontan los líderes políticos estas nuevas elecciones generales? ¿Han cambiado sus discursos respecto a convocatorias anteriores? ¿Se han adaptado al nuevo escenario o repiten los mismos mensajes?
A continuación, vamos a analizar los puntos clave del discurso electoral de Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, y los principales aciertos en su interpretación de esta nueva cita con las urnas.
Política social frente a la polarización provocada por el “Procés”
Ante un escenario político polarizado y centrado en la sentencia del “Procés”, Pablo Iglesias ha intentado desviar el foco de atención de Cataluña y centrarlo en temas sociales.
Según todos los expertos, se avecina una nueva crisis económica; una crisis que Unidas Podemos propone paliar a través de un refuerzo de las políticas sociales recogidas en la Constitución española.
Frente al resto de partidos políticos, que usan la Constitución como arma arrojadiza, Unidas Podemos rescata el texto constitucional para garantizar políticas sociales, lo que supone un valor diferencial frente a los representantes del régimen del 78. Así, Pablo Iglesias no duda en hablar del artículo 128, que subordina al interés general la riqueza del país, reconociendo la iniciativa pública en la actividad económica; del artículo 31, que habla de la progresividad del sistema tributario; o del artículo 50, garante de un sistema de pensiones adecuadas y debidamente actualizadas para permitir la suficiencia económica de los jubilados.
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En definitiva: mientras la Constitución española es utilizada por el resto de partidos como herramienta de confrontación política, sobre todo en Cataluña, Unidas Podemos pretende usarla como garantía de políticas sociales y como salvaguardia del Estado del Bienestar.
Discurso de clase y lucha contra los poderosos
Para combatir la anunciada crisis económica, Pablo Iglesias propone no solo profundizar en políticas sociales sino también aplicar los recortes a “los de arriba” y no a “los de abajo”.
El líder de UP recupera, en este sentido, su discurso de clase – difuminado o perdido en anteriores citas electorales – frente al patriotismo rancio de pulsera y bandera de sus oponentes electorales.
Iglesias propone un país basado en su gente: apuesta por una educación y sanidad públicas de calidad, derogación de la reforma laboral, regulación de los precios del alquiler, eliminación de casas de apuestas, blindaje de las pensiones o una reforma fiscal que beneficie a la clase obrera.
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En paralelo, y como complemento a esta defensa de la clase trabajadora, encontramos un mensaje de lucha contra el capitalismo a través de su punta de lanza: los grandes empresarios y el Ibex 35. Iglesias arremete directamente contra las puertas giratorias, contra actuaciones concretas de empresarios como Amancio Ortega y Florentino Pérez o contra el poder de las grandes corporaciones que no solo hacen negocios, sino que compran voluntades políticas. Y vuelven a prometer algo a lo que ya se comprometieron en las pasadas elecciones: no dejarse comprar por nadie.
¿Gran coalición?
Por último, y tras la fallida investidura de hace unos meses, Pablo Iglesias se hace fuerte solicitando a Pedro Sánchez que aclare cuál es su prioridad en los futuros pactos de gobierno. Tendiendo la mano de forma reiterada al PSOE – estrategia que no convence a todos los votantes de UP – Iglesias advierte de la preferencia de Sánchez por pactar con la derecha antes que mirar a su izquierda. Una advertencia que no parece banal tras las reiteradas llamadas de Sánchez a la abstención de PP y Ciudadanos para conseguir formar gobierno.
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La última baza de Pablo Iglesias para conservar y atraer a nuevos votantes consiste, por tanto, en presentar a Unidas Podemos como única garantía para formar un gobierno de izquierdas. Centralizar y atraer el voto del votante progresista para evitar un pacto PSOE – PP se convierte en el gran objetivo de Iglesias, que se presenta ante los electores como la única opción que defiende a los trabajadores y como garante de un gobierno de izquierdas que aleje la amenaza de una gran coalición.