Aunque a día de hoy son venerados, lo cierto es que a Love les costó encontrar su lugar en la segunda mitad de la década de los 60. Su obra capital, Forever Changes, aparece cuando en San Francisco tenía lugar el llamado Verano del Amor. Ellos eran angelinos, pero se convirtieron en baluartes del movimiento hippie.
Los estadounidenses Love se formaron en Los Ángeles (Estados Unidos), en mitad de la década de los 60. Sus inicios fueron protagonizados por el enigmático Arthur Lee (voces y guitarras), Bryan MacLean (guitarras y coros), Johnny Echols (guitarras), Ken Forssi (bajo) y Alban Pfisterer (batería). Con esta alineación publicaron el debut homónimo, de grandes aspiraciones, enormes críticas y poca trascendencia comercial. La receta se basaba en rock garajero, psicodelia, proto-punk y buen folk.
Su sucesor fue aún mejor. Da Capo (1966) sentaba las bases de una formación que crecía en talento, pero también en el consumo de drogas. Para este álbum, Alban Pfisterer dejaría la batería a Michael Stuart, mientras él se ocuparía de los teclados. Da Capo incidiría todavía más en los aires psicodélicos del momento, algo que les sentó muy bien, aunque uno de los cortes más interesantes sería un retazo punk en toda regla. Hablamos del clásico “Seven & Seven Is”.
Gestación caótica de Forever Changes
Las influencias de la formación liderada por Lee, procedían de multitud de sonidos, por eso eran capaces de plasmar rabia punk, dejarse llevar por la psicodelia, y recrearse en elementos pop, rock y folk. Aún así, no le hacían ascos a otras vertientes musicales más lejanas para ellos, por eso Forever Changes (1967) muestra ciertas guitarras deudoras del flamenco.
Ahora bien, las sesiones de grabación del álbum, en las que ya no estaba Alban, fueron de todo menos tranquilas. Por aquel entonces, la organización en Love era inexistente. Eso, y que la utilización de diferentes tipos de sustancias, práctica habitual en expresiones artísticas de todo tipo por aquel entonces -aunque a ellos se les había ido la mano-, los había dejado en un estado general paupérrimo.
Debido a esto, el productor Bruce Botnick decidió contar con músicos de sesión para apoyar a MacLean y a Lee, sin embargo, la banda logró reunirse para acabar firmando una de las obras maestras de finales de los 60.
Tardaron meses en grabar todo el álbum, pero el resultado fue realmente sorprendente. habían sido capaces de tocar rock ácido y psicodélico con las guitarras acústicas dominando a las eléctricas. Había barrocos arreglos de cuerda, instrumentos de viento, un tono oscuro en las letras, y la sensación de que aquel trabajo fue plasmado de milagro.
Las canciones
A pesar de que Arthur Lee era el indiscutible líder de los angelinos, el talento de Bryan MacLean era también abrumador. Esto es algo que se hace notar en el primer corte del álbum. Y es que “Alone Again Or” se convirtió en uno de los mejores ejercicios musicales de Love, y en un himno de culto por aquel entonces. Las estupendas guitarras acústicas y los arreglos orquestales le aportan cierto toque de distinción, si bien las líneas vocales también rayan a gran altura, por trabajadas y pegadizas.
“A House Is Not Motel” es un tema más acelerado. Comienza de forma contenida, pero termina arrasando con todo gracias a un solo de guitarra demoledor. Nuevamente, las líneas vocales de Lee son excelentes. En perfecto contraste, aparece “Andmoreagain”, una balada de poco más de tres minutos. De gran intensidad, estupendas guitarras acústicas y buenos arreglos orquestales.
“The Daily Planet” nos devuelve a la banda en su faceta más psicodélica, nuevamente con un gran ejercicio de guitarras, pero con un notable desempeño en la base rítmica. Los cambios de ritmo son mayores, y las atmósferas aumentan el grado de inquietud general. “Old Man”, aunque estupenda en sus melodías, palidece entre tanta genialidad.
Si hace un momento hablábamos de inquietud, los niveles aumentan con las misteriosas letras de Lee en “The Red Telephone”. El músico explicó posteriormente que, en aquel momento, creía que iba a morir. Leyendo los textos desde ese enfoque, todo cobra mayor sentido. Además, hablamos de uno de los cortes más destacados de Forever Changes. Si tenemos en cuenta las primeras ediciones en vinilo, aquí terminaría, magistralmente, la primera cara del mismo.
La segunda parte comienza con la curiosa “Maybe the People Would Be the Times or Between Clark and Hilldale”, ya no solo por el título en sí, si no también por lo estrictamente musical. Personalmente, es de mis favoritas. Su ejecución instrumental y sus melodías vocales son irresistibles. De las mejores del álbum. “Live and Let Live” es una de las canciones más rockeras. Escuchándola, se entiende que The Doors haya tenido a Love como una de sus mayores influencias. Y eso que eran coincidentes en el tiempo, aunque, pensándolo bien, en aquel momento era habitual, ya que todo iba muy rápido, se grababan varios discos por año, y parecía haber grandes conexiones entre músicos. Al menos, sí un interés más acusado por saber qué hacían unos y otros.
“The Good Humor Man He Sees Everything Like This” mantiene el nivel del álbum. Incide en los elementos más habituales del mismo, es decir, folk, rock y pop rock psicodélico. Lo que me llama la atención de este tema es, sin duda, el atropellado final. No es la única sorpresa, pues “Bummer In The Summer” tiene unos fraseos casi rapeados por parte del genial Arthur. No es precisamente la mejor composición del disco pero, dada su corta duración, y que está precedida por un temazo como “You Set the Scene”, casi puede pasar como una mera anécdota. De hecho, este último es la guinda del pastel de un Forever Changes icónico y fabuloso, puesto que contiene todas las grandes virtudes del mismo, y las canaliza de tal forma que, convierte el final en un momento emocionante y apoteósico.
Legado
Forever Changes no fue, desde luego, un disco superventas. Tampoco obtuvo una gran repercusión en las listas británicas y estadounidenses, pero es de esos títulos que perduran en el tiempo, hasta convertirse en todo un icono de su época. Love fue un grupo referente para The Doors y para muchos otros grupos, el problema es que, a partir este álbum, la maquinaria comenzó a resentirse, y las publicaciones posteriores fueron bajando en notoriedad y calidad.
Su líder, Arthur Lee, falleció en 2006 a la edad de 61 años, a causa de las complicaciones generadas por una leucemia.
Tracklist y créditos del álbum
- Alone Again Or (Bryan MacLean)
- House Is Not a Motel (Arthur Lee)
- Andmoreagain (Arthur Lee)
- The Daily Planet (Arthur Lee)
- Old Man (Bryan MaLean)
- The Red Telephone
- Maybe the People Would Be the Times or Between Clark and Hilldale
- Live and Let Live (Arthur Lee)
- The Good Humor Man He Sees Everything Like This (Arthur Lee)
- Bummer in the Summer (Arthur Lee)
- You Set the Scene (Arthur Lee)
- Arthur Lee: voces principales y guitarras.
- Bryan MacLean: guitarras, voces principales y coros.
- Johnny Echols: guitarras.
- Ken Forssi: bajo.
- Michael Stuart: batería.
Músicos adicionales
- David Angel: arreglos orquestales.
- Robert Barene, Arnold Belnick, James Getzoff, Marshall Sosson y Darrel Terwilliger: violín.
- Norman Botnick: viola.
- Jesse Ehrlich: chelo.
- Chuck Berghofer: contrabajo.
- Bud Brisbois, Roy Caton y Ollie Mitchell: trompeta.
- Richard Leith: trombón.
Grabado en los Sunset Town Recorders de Hollywood (California).
Producido por Bruce Botnick y Arthur Lee.