El presidente constitucional de Bolivia ya lo ha expresado en más de una ocasión, va a volver al país. Pero no ha dicho en qué momento. Una estrategia acertada que aprende de la experiencia del expresidente de Honduras José Manuel Zelaya, que vio frustrado su regreso tal y como lo había planeado, porque los golpistas liderados en ese momento por Roberto Micheletti Bain, se enteraron de la llegada a causa de las filtraciones y bloquearon el aterrizaje.
Actualmente en Bolivia hay un empate técnico al que se ha llegado tras el avance de las posiciones de los demócratas en detrimento de las de los golpistas. En un primer momento el fascismo boliviano avanzó muy rápidamente, dando una sensación de victoria que no ha podido culminar, porque se ha producido un levantamiento popular masivo, que abarca los frentes social, político y sindical.
>>El golpismo boliviano usa la sedición para detener a quién proteste contra él<<
La represión del golpismo, al que le urge convocar elecciones y necesita una imagen democrática para ello, no está sirviendo para parar a los cientos de miles que están en las calles de las principales ciudades de manera ininterrumpida.
La presión social ha comenzado a resquebrajar el apoyo militar al golpismo y ha puesto a la dictadura dirigida por Jeanine Áñez en una posición defensiva por la que solo puede responder con un aumento de la represión, lo que la sitúa en una coyuntura complicada: a mayor represión, peor imagen internacional que la aleja del fundamental reconocimiento del resultado de las elecciones, ya que es la única forma con la que la dictadura puede limpiar la imagen del golpismo.
>>La fractura del ejército boliviano pone en riesgo el asentamiento del golpe en Bolivia<<
Una posible llegada del líder de los manifestantes Evo Morales supondría una ruptura en favor de los demócratas, no solo por su peso social que provocaría un desbordamiento de la movilización y complicaría la justificación de la represión, sino porque su llegada al Palacio Legislativo, donde su partido cuenta con mayoría, implicaría su regreso al poder ganado democrática y limpiamente -según los informes electorales de los observadores internacionales-.
La dictadura lo sabe, por lo que está impulsando la convocatoria electoral y, a la vez, un juicio político a Evo Morales, para impedir que pueda regresar y liderar la masiva respuesta antifascista al golpe de estado.