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40 grandes discos de rock progresivo (60s y 70s; 1ª pt)

Desde ElEstado.net, queremos hacer un gran artículo sobre obras de rock progresivo en su período de mayor esplendor. Hablamos de finales de los 60 y toda la década de los 70. Para ello, hemos decidido elegir nada más y nada menos que 40 álbumes. Estarán repartidos en cuatro bloques de 10.

El rock progresivo, un subgénero musical que a día de hoy sigue muy vigente, nace a finales de la década de los 60, principalmente en el Reino Unido. Es una forma musical impulsada por las bandas que buscaban aumentar el nivel de elaboración. Principalmente deriva del rock psicodélico, pero en él se integran habitualmente elementos de la música clásica, jazz o folk.

Otra de las características en su sonido es que, habitualmente, huyen del formato de canción habitual. Sobre todo al principio, cuando surgió, eran más habituales las improvisaciones, aunque con el tiempo han surgido bandas más esquemáticas y matemáticas. La extensión de pasajes y diferentes partes musicales, hacen que sea habitual un minutaje extenso en las composiciones.

En cuanto a la instrumentación, suele ser muy rica y diversa. No suelen limitarse a voces, guitarras, bajos y baterías, puesto que la paleta sonora se amplía con los teclados y sintetizadores, y en ocasiones con flauta, violín, violonchelo, y aún más.

En cuanto al aspecto rítmico, si tenemos en cuenta que tiene elementos procedentes del rock psicodélico, la música clásica o el jazz, uno puede intuir que no van a utilizar los más habituales. Es uno de los subgéneros menos enconrsetados y con mayor libertad, siendo habitual en sus composiciones la utilización de diferentes patrones rítmicos, incluso en una misma composición.

Más allá de los desarrollos instrumentales, hay que decir que es habitual encontrarse con obras conceptuales. Es decir, álbumes enteros tratando sobre una historia o tema en concreto, como si de un audiolibro o película se tratase.

Aún así, conviene decir que el rock progresivo es tan extenso y libre, que su definición exacta se antoja complicada. Es más, dentro del prog hay diferentes subgéneros y escenas que enriquecen aún más la propuesta musical.

En ElEstado.net nos hemos lanzado a la piscina y queremos ofrecer un artículo que constará de cuatro partes, dentro de los cuales reflejaremos diez obras musicales de rock progresivo en cada una de ellas. Esto hará un total de cuarenta álbumes, algunos de ellos tremendamente conocidos, otros no tanto. La idea es que todo el mundo pueda disfrutar de la lectura, pero también de la música por medio de los enlaces a Spotify que iremos dejando en los títulos de las composiciones citadas. Lo dicho, a disfrutar.

Colosseum – Valentyne Suite (1969; Vertigo)

Formación londinense que tiene en Valentyne Suite su gran obra de referencia. Cuando apareció, el término rock progresivo todavía no existía, pero cuando se le dio nombre al sonido que reunía ciertas características, a los Colosseum se los incluyó como uno de los pioneros. El álbum fusiona el progresivo con el jazz rock, sobre todo en la suite final que da nombre al álbum, y que está formada por varios movimientos como “January’s Search/February’s Valentyne/The Grass is Always Greener”. Es en ella donde sale a relucir todo el torrente creativo de la banda. También hay que agradecerles la inclusión de cortes más directos como el pelotazo titulado “The Kettle”, o el más juguetón, “Elegy”. Una de las obras más grandes del progressivo británico.

Formación: James Litherland (voces, guitarras), Dave Greensdale (órgano Hammond, vibráfono, coros), Dick Heckstall-Smith (saxofón, flauta), Tony Reeves (bajo, coproducción) y John Hiseman (batería, percusión).
Colabora Neil Ardley (dirección y arreglos en cuarteto de cuerda). Producido por Gerry Brown y Tony Reeves.

Supertramp – Crime of the Century (1974; A&M Records)

La popular banda británica tiene cierta tendencia a los sonidos pop sofisticados y a la exploración de terrenos más propios como el art rock. Sin embargo, también es cierto que se han adentrado en el rock progresivo en álbumes como Crime of the Century. A su vez, esta obra supuso la explosión comercial que los alejó del anonimato. Con él entraron por primera vez en las listas británicas y alcanzaron el puesto número 4. También triunfaron en el mercado alemán y canadiense, mientras en Estados Unidos escalaron en popularidad. No era para menos, puesto que composiciones como la inicial “School”, “Bloody Well Right”, la preciosa “Hide In Your Shell”, la conocida “Dreamer”, o la extraordinaria “Crime of the Century”, no habrían merecido el ostracismo.

Formación: Rick Davies (voces, teclados, armónica), Roger Hodgson (voces, guitarras, piano), Dougie Thomson (bajo), John Anthony Helliwell (saxofón, clarinete, coros) y Bob Siebenberg (batería, percusión).
Colaboran Christine Helliwell, Scott Gorham y Vicky Siebenberg haciendo coros en “Hide In Your Shell”.
Producido por Supertramp y Ken Scott.

Renaissance – Scheherazade and Other Stories (1975; BTM Records)

La década de los 70 fue muy prolífica para los británicos Renaissance. Fue formada por Keth Relf y Jim McCarty tras la disolución de The Yardbirds, aunque solo permanecieron en la nueva banda durante un par de años. Después, con una alineación absolutamente reformada, prosiguieron el camino enfocado hacia el rock sinfónico-progresivo, el folk y la música clásica. Además del álbum debut homónimo, sus obras más carismáticas son Ashes Are Burning (1973), Turn of the Cards (1974) y Scheherazade and Other StoriesPrecisamente, es este último el que he elegido para reflejar en la lista. Consta de cuatro composiciones, una de ellas, una flamante suite de más de 24 minutos titulada “Song of Scheherazade”. Posteriormente, concretamente en los 80, perdieron el norte musical.

Formación: Annie Haslam (voces, coros), Michael Dunford (guitarras acústicas, coros), Jon Camp (bajo, voces, coros), Terence Sullivan (batería, percusión, coros) y John Tout (teclados, coros).
Colabora Tony Cox (arreglos orquestales). Producido por David Hitchcock.

Gentle Giant – Octopus (1972; Vertigo)

Decir que Gentle Giant es una banda británica no debería ser una sorpresa, ya que la mayoría de bandas progresivas de los 60 y los 70, procedían del Reino Unido. A pesar de que prácticamente todas las composiciones son cortas, algo inusual en el subgénero, hay que decir que no son precisamente fáciles de escuchar. Se caracteriza por emplear todos los elementos del progresivo, pero llevándolos a temas cortos. Es decir, encontramos mucha técnica, cambios de ritmo y cierta densidad. No es el único trabajo destacable de esta entrañable formación, aunque sí el más trascendente. A destacar la inicial “The Adventure of Panurge”, la más directa “A Cry of Everyone” y, por supuesto, la extraordinaria “The Boys in the Band”. Hace unos años apareció una edición remasterizada por el gran Steven Wilson.

Formación: Derek Shulman (voces, saxofón), Gary Green (guitarra eléctrica, percusión), Raymond Shulman (bajo, violín, violín eléctrico, viola, guitarra acústica, percusión, coros), Philip Shulman (saxofón, trompeta, melófono, voces, coros), Kerry Minnear (teclado, piano, clavinet, mellotron, clavecín, regal, vibráfono, percusión, violonchelo, voces, coros) y John Weathers (batería, xilófono, bongós).
Producido por Gentle Giant.

King Crimson – In The Court Of The Crimson King (1969; Island)

King Crimson es una de las piezas angulares del rock progresivo. Ellos han ayudado a dar forma a este subgénero de gran amplitud musical. Debutaron con In The Court Of The Crimson King, y este ha resultado ser uno de los trabajos diferenciales de su trayectoria musical, pero también de la historia de la música en general. Con clara vocación vanguardista, ha tenido diferentes formaciones y etapas artísticas, aunque en todas ellas ha sido capaz de dejar su huella.

En este primer trabajo, entran con fuerza en “21st Century Schizoid Man”, uno de sus grandes himnos, para después pisar el freno y regalarnos imponentes composiciones como “Epitaph”, “In The Court Of The Crimson King”, o la preciosa “I Talk to the Wind”. En el plano instrumental, siempre han sido impresionantes. El único que ha permanecido en la banda hasta la actualidad es su líder Robert Fripp, pero por ella siempre han pasado músicos formidables.

Formación: Greg Lake (voces, bajo), Robert Fripp (guitarras), Michael Giles (batería, percusión, coros), Ian McDonald (saxofón, flauta, clarinete, teclados, mellotron, vibráfono, coros) y Peter Sinfield (letrista).
Producido por King Crimson.

Strawbs – Grave New World (1972; A&M Records)

Puede que los Strawbs sean algo desconocidos, no solo para el gran público, sino también para personas que consumen algo de rock progresivo. Sin embargo, hay que decir que su trayectoria es brillante, y que por sus filas han pasado músicos de la talla de Rick Wakeman. Precisamente, Grave New Worldes el primer trabajo publicado tras la marcha de Wakeman, y el cuarto en la discografía de estos británicos liderados por Dave Cousins y Tony Hooper. En este trabajo dan rienda suelta a un rock progresivo aderezado con elementos folk, algo que fue habitual en ellos. Aún así, hay que decir que todavía siguen en activo. Rozaron el Top 10 en el Reino Unido, lo que les llevó a ser algo más populares. Destacan temas como “Benedictus”, “Heavy Disguise”, “New World” y “Tomorrow”.

Formación: Dave Cousins (voces, coros, guitarras, dulcimer), Tony Hooper (voces, coros, guitarras acústicas, autoarpa, pandereta), John Ford (bajo, voces, coros, guitarras acústicas), Blue Weaver (órgano, piano, mellotron, clavioline) y Richard Hudson (batería, sitar, tabla, coros).
Producido por Strawbs.

Pink Floyd – Wish You Were Here (1975; Harvest)

Comenzaron como un gran grupo de rock psicodélico, mientras fueron liderados por un Syd Barrett que poco después saldría de la formación. Con la llegada de Gilmour, poco a poco variaron su propuesta hacia el rock progresivo y el art rock. Ese cambio comenzó a producirse en Atom Heart Mother (1970)para posteriormente afianzarlo en Meddle (1971), con puntuales encargos para bandas sonoras. Esto llevó al grupo a realizar una serie de obras conceptuales como el legendario The Dark Side of the Moon (1973) y, posteriormente, Wish You Were Here, quizá sus lanzamientos más aclamados.

Mi inclinación hacia este álbum reside en su estructura, en que hay menos rellenos y es más fluido que el anterior, aunque esto es algo meramente personal, ya que ambos son trabajos mastodónticos. Todas las partes (1-5 y 6-9) de “Shine On You Crazy Diamond” y, por supuesto, la propia “Wish You Were Here”, proporcionan melodías espectaculares e inolvidables.

Formación: Roger Waters (voces, bajo, guitarra eléctrica, sintetizadores, copas, efectos), David Gilmour (voces, guitarras, sintetizadores, efectos, copas, bajos adicionales), Richard Wright (órgano Hammond, sintetizadores, minimoog, clavinet, teclados, copas, coros) y Nick Mason (batería, percusión, efectos).
Colaboran Dick Parry (saxofón), Roy Harper (voces), Venetta Fields (coros) y Carlena Williams (coros). Producido por Pink Floyd.

Nektar – A Tab in the Ocean (1972; Bacillus Records, Bellacord)

Formación originaria de Hamburgo (Alemania), aunque sus músicos fundadores son británicos. Como es normal en este tipo de bandas surgidas al calor del prog, su época dorada se ubica en la década de los 70. A Tab in the Ocean es el segundo disco, y forma parte del grupo de cuatro que conforma su pico de creatividad. Además de su querencia hacia el progresivo, incluyen elementos del space rock y la psicodelia. El álbum es bastante corto, pues no dura más que 35 minutos, los cuales se reparten entre cuatro magníficas composiciones. De todas ellas, quizá la más importante es la suite inicial homónima, de algo más de 16 minutos. La ejecución instrumental es brillante, hay diversos cambios de ritmo y han sido capaces de crear melodías de ensueño. Decir que el ingeniero de sonido fue Dieter Dierks, el mismo que produjo a los Scorpions.

Formación: Roye Albrighton (voces, guitarras), Derek Moore (bajo, coros) Alan Freeman (teclados, mellotron, coros) y Ron Howden (batería, percusión, coros).
Producido por Nektar y Peter Hauke.

Emerson, Lake & Palmer – Emerson, Lake & Palmer (1970; Island Records)

Afamada banda británica compuesta por los magníficos Keith Emerson, Greg Lake y Carl Palmer, quienes se unieron tras dejar sus respectivas bandas, The Nice, King Crimson y Atomic Rooster, por lo que podemos considerarlo un supergrupo. El más reacio fue, en principio, Palmer, ya que no quería dejar a los Atomic Rooster. Sin embargo, lo reconsideró y la historia le ha dado la razón, puesto que Emerson, Lake & Palmer fueron capaces de llegar a mucho más público, aún con una visión compleja de la música. Curiosamente, habiendo cortes de gran técnica como “The Barbarian” o “Take A Pebble”, la que trascendió fue la contenida “Lucky Man”. Tras este álbum, que llegó hasta el puesto 4 de las listas británicas, aparecieron grandes y exitosas obras como Tarkus (1971), Trilogy (1972) y Brain Salad Surgery (1973), aunque a partir de estos, la trayectoria de la formación comenzó a caer en picado.

Formación: Greg Lake (voces, bajo, guitarras), Keith Emerson (órgano Hammond, piano, clavinet, sintetizadores) y Carl Palmer (batería, percusión).
Producido por Greg Lake y Eddy Offord.

Camel – Mirage (1974; Deram, Gama)

Sin duda, uno de los grupos más afamados y queridos del rock progresivo británico. Y con razón, porque su trayectoria es, a grandes rasgos, brillante. Además, no solo destacan por su destreza en los instrumentos, si no también por la creación de formidables melodías. Tras un álbum debut que, aunque notable, no trascendió ni lo más mínimo, Mirage apareció para darle mayor notoriedad a la banda. Tampoco es que haya conseguido grandes resultados en las listas de ventas, pero es considerado por muchos como su obra cumbre, junto a los geniales The Snow Goose (1975) y Moonmadness (1976). Aunque toda la obra es magistral, sobresalen composiciones como “Freefall”, “Nimrodel/The Procession/The White Rider” y, sobre todo, la extraordinaria “Lady Fantasy”. Si no has escuchado Camel, estás tardando.

Formación: Andrew Latimer (voces, guitarras, flauta), Doug Ferguson (bajo, voces), Peter Bardens (órgano, piano, minimoog, mellotron, voces, teclados) y Andy Ward (batería, percusión).
Producido por David Hitchcock.