Siguiendo las palabras de Immanuel Wallerstein expuestas en su libro “La decadencia del Imperio. Estados Unidos en un mundo caótico” podemos describir la situación actual de Colombia de la siguiente manera, existe “una enorme lucha política entre dos grandes grupos: el grupo de todos aquellos que desean conservar los privilegios del inequitativo sistema existente, si bien bajo formas diferentes, acaso sumamente distintas; y el grupo de todos aquellos que querrían ver la creación de un nuevo sistema histórico que sea notoriamente más democrático y más igualitario“.
Colombia forma parte del sistema-mundo, un estado más secuestrado por la burguesía local donde se invade y violenta su soberanía a través de Tratados de Libre Comercio y bases militares estadounidenses. El gobierno, en el sistema-mundo capitalista cumple al función de vender la soberanía del pueblo a grandes empresas que se encargaran de mantener la pobreza y el racismo sistemático. Esto se ve a través de variables como:
- El Sueldo: viendo esto como un instrumento para mantener la probreza, el gran capital a través del tiempo ha mantenido a la clase baja con sueldos paupérrimos, que permiten crear un estado de acumulación por los grandes grupos.
- Más trabajo menos redistribución: empresarios y burgueses obteniendo más capital, invierten menos en la sociedad, solo lo necesario para que el obrero pueda mantenerse en condiciones bajas de vida. Esto viene acompañado de una sistemática represión con la finalidad de seguir manteniendo al margen las luchas sociales.
Ahora bien, esto explica a rasgos generales cómo se comporta el sistema-mundo en los países capitalistas; siguiendo con el Estado colombiano se podría decir que es una estructura con capacidad para acumular capital y hacer posible los cuasimonopolios.
Colombia, según el Banco Mundial (2017), es el segundo país de Latinoamérica más desigual y a nivel Mundial el séptimo de ciento noventa y cuatro países; la distribución de la riqueza no es lo que caracteriza el sistema político colombiano, existe una brecha entre ricos y pobres desde el siglo XIX; ya a finales los ’90 el 20% de la población percibió el 65,5% de la riqueza producida en Colombia , mientras que el 40% solo recibía el 9,9%.
Así al llegar el siglo XXI el Estado colombiano formaba parte de los Tratados de Libre Comercio, y los pequeños comerciantes vieron reducida su participación en el mercado, ya en el 2000 estos estuvieron apartados del crédito privado y asimismo de los subsidios, dejando el negocio agrícola en manos de empresas privadas.
A pesar de que la distribución equitativa del crecimiento económico es tarea del Estado, en Colombia se ha creado una pobreza estructural, originada por una distribución que no responde a las necesidades de la población. Si bien a existido un desarrollo macroeconómico la pobreza en la República sigue en un auge que no da paso a una mejor calidad de vida.
Las demandas colombianas a través del tiempo no han sido canalizadas ni atendidas, las políticas de bienestar son inexistentes; lo que se ha ejecutado con eficacia es la sistemática persecución y eliminación de líderes sociales, exguerrileros y defensores del medio ambiente; personajes que se han manifestado en contra de las injusticias.
Esta vez es diferente, no son solo las zonas Rurales, es la población en general que ha hecho saber a el gobierno su descontento hacia sus políticas de asesinato y represión. La lucha no es solo de un sector que clama educación, o que requiere paz, en estas manifestaciones se unió el pueblo colombiano para hacer del reclamo un grito de auxilio. El paquetazo propuesto por el Presidente Iván Duque le quita aún más a los pobres y permite aún más la acumulación por parte de las grandes empresas. Entre los reclamos que son diversos se destacan:
- El tarifazo. En la Reforma Fiscal que realizó Duque a la llamada ley de Financiamiento incluyo el aumento a un 35% de la tarifa en Electricidad a los extractos 4, 5 y 6 con la finalidad de salvar Electrocaribe, una empresa española.
- Sueldos. Los Sindicatos reclaman que el sueldo mínimo vigente de 828.116 pesos (240 dólares) no alcanza para cubrir la canasta básico familiar, por lo que se ven en la necesidad de hacer otros tipos de actividades que les permita subsistir.
- Reforma de las pensiones. El gobierno colombiano propone eliminar el fondo de pensiones, Colpensiones, para dejarlos en manos del sector privado; que ya probo su fracaso en Chile.
- Reforma Tributaria. Se propone rebajar los impuestos a multinacionales y empresas mientras se los suben a las clases medias y trabajadores.
- Privatización. Según los sindicatos, el gobierno tiene la intencion de privatizar las empresas del estado, dónde esté posee el 50% de las acciones y tiene participación directa, un ejemplo de ello es EcoPetrol.
- Reforma Laboral. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) , denuncia que el 49% de los trabajadores gana menos que el salió mínimo estipulado. Además de 8.5 millones de Colombiano que cotizan mensualmente, solo 3 millones logran adquirir una jubilación.
- Desempleo. Los jóvenes son los más afectados con el tema del desempleo; sin embargo el estado colombiano ha propuesto que sean remunerados solo con el 75% del salario Mínimo como solución al problema en cuestión.
- Educacion. A pesar de llegar un acuerdo el sector educativo y el gobierno, elevando el presupuesto de la educación pública a 1.2 billones de pesos en los próximos 4 años, tanto los profesores como los estudiantes reclaman el incumplimiento del acuerdo por parte del estado Colombiano. A pesar de manifestarse de manera pacífica lo que han conseguido es represión por parte del estado.
- Los acuerdos de Paz. Un gobierno Bélico. En el 2019 más de 400 líderes sociales, exguerrileros, activistas y defensores del ambiente fueron asesinados por parte del estado Paramilitar que mantiene Álvaro Uribe junto con Iván duque; además de saberse los falsos positivos que intentaron incubrir la muerte de varios menores de edad, en dónde pretendían hacerlos pasar como guerrilleros.
Así el Estado colombiano no solo se ha convertido en protector de los intereses de las empresas y las multinacionales, sino que se ha hecho de un brazo armado que pretende dejar sin líderes al pueblo de Colombia.
Las protestas en el fondo no son solo contra Iván Duque, sino contra el aparato del estado que secuestrado ha pretendido por largos años arrebatar derechos, e imponer el orden por el que los grupos más poderosos sean los benefactores. No es Duque, es el modelo de asesinatos sistemáticos que representa, porque él es uno más de los que pretenden mantener este estado bélico; la pobreza va acompañada de la violencia. Al manifestarse cientos de colombianos han sido reprimidos.
A su vez la pobreza es una necesidad, así lo condicionan las grandes empresas, mantener los salarios en lo más mínimo significaría un estado de ganancia superior; así un desarrollo macro económico no implicaría que la sociedad sea benefactora de su propio trabajo.