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Radiografía musical: Marillion

Marillion es una formación británica que, en gran medida, es responsable del bautizo de un subgénero como el neo-prog, con el cual el rock progresivo se volvió a revitalizar en la década de los 80. No contentos con ello, se han erigido como una de las mejores formaciones del prog.

Los británicos Marillion se formaron en la localidad de Aylesbury (Reino Unido) a finales de la década de los 70, concretamente en el 79. Al menos sí de una forma oficial. Sin embargo, su primera alineación no fue para nada definitiva, ya que de Doug Irvine (voces y bajo), Steve Rothery (guitarras), Brian Jelliman (teclados) y Mick Pointer (batería)tan solo Steve y Mick permanecieron en la misma cuando comenzó la primera actividad en el estudio. Si ocurrieron esos movimientos fue porque al grupo llegaron Derek William Dick “Fish” (voces), Pete Trewavas (bajo) y Mark Kelly (teclados). El propio Trewavas había sucedido a Diz Minnitt en el bajo.

Lo curioso de los comienzos de la banda reside en que a base de trabajo y conciertos, antes de publicar material de manera oficial ya comenzaron a ser conocidos en el entorno de su localidad. Este hecho hizo que EMI apostase por ellos. Su debut con el sello llegó en forma de single con “Market Square Heroes” en 1982, el cual se convirtió en un serio aviso de lo que llegaría poco después.

El inicio, Mark Wilkinson y el bufón

El primer larga duración de la banda llamó mucho la atención. Y es que Script for a Jester’s Tear (1983) impactó desde la misma portada de Mark Wilkinson. El contenido musical era notable, pero es que además contaron con la refinada pluma de Fishmucho más que un vocalista formal. Este gigantón escocés de voz similar a la de Peter Gabriel, llama la atención por su carisma y entrega en directo. El álbum alcanzó el puesto 7 en las listas del país.

Uno de los puntos débiles de la banda, el batería y miembro fundador Mick Pointerabandona el grupo y es reemplazado por Ian Mosley, mucho más hábil con las baquetas, lo que proporciona un extra a la hora de la composición y posterior ejecución, tanto en estudio como en directo. Tras el cambio aparece Fugazi (1984) en el mercado. Nuevamente con una portada llamativa y unos ingredientes musicales similares. Sin embargo, la producción está más lograda, a pesar de que no todo el álbum está a la altura de su predecesor.

Punto de inflexión e inesperado éxito

A pesar de la valía de los británicos, el sello EMI quería resultados, por lo que presionaba a los músicos para ser algo más accesibles. Sin embargo, la idea de los mismos fue la de hacer un álbum conceptual. Esto en el año 1985 era algo difícil, ya que el mercado apostaba por trabajos más directos y había olvidados los álbumes temáticos. EMI se opuso en un principio, pero la banda aseguró que también habría singles. Es entonces cuando aparece Misplaced Childhood (1985) encabezado por temas como “Kayleigh” y “Lavender”. Esos dos cortes auparon el álbum al número 1 del Reino Unido. Un tortazo a la discográfica que no quería publicar el álbum tal y como fue concebido.

Sin embargo, lo complicado era seguir el camino del triunfo. Las tensiones en el seno de la banda comenzaron a aflorar y las sesiones de grabación del siguiente trabajo fueron mucho menos distendidas. Los problemas, sin embargo, no se notaron el el resultado final. Clutching at Straws (1987) se acercó al nivel de Misplaced Childhood. La temática era dura y oscura, pero aún así llegó hasta el número 2. Nuevamente, una obra conceptual salía exitosa. El problema es que las relaciones internas comenzaban a ser insoportables.

Bienvenida a Steve Hogarth

Cuando la banda comenzó a trabajar en el nuevo álbum, Fish y el resto de músicos tomaron diferentes caminosMarillion perdía a un escritor magnífico, pero la música siempre había sido cosa del resto. Por lo tanto, la esencia se mantenía. Sin embargo, necesitaban un reemplazo solvente.

Finalmente, con el puesto se hizo Steve Hogarthvocalista y compositor que tenía como misión ayudar a dar un nuevo enfoque a la música de los británicos. Lo cierto es que podían haberse limitado a buscar un mero imitador de Fish, pero hicieron lo correcto y se llenaron de honestidad. Aquel gigantón escocés ya no estaba, pero tocaba dar un paso al frente.

El nuevo trabajo de la banda, Seasons End (1989), había sido escrito para Fish, por lo que al grupo le tocó volver a reelaborar las ideas ya avanzadas para adaptarlas a Steve. Por lo tanto, se puede decir que este trabajo todavía tiene muchas partes de la etapa anterior, aunque Hogarth aportó las ideas de “Easter” y “The Space”. A pesar de los cambios, la ayuda de Helmer a la hora de reconfigurar las canciones, y del productor Nick Davis, fue vital para que la transición no fuese tortuosa. A nivel comercial el álbum funcionó bastante bien.

Hogarth se erige como una pieza clave

El siguiente movimiento discográfico de Marillion ya sería el primero en que las composiciones partirían desde un principio con la nueva formación. El problema es que EMI volvió a exigir canciones que pudiesen ser radiables. El grupo respondió con Holidays in Eden (1991)en el que se notan las ganas por llegar a un público más amplio. La esencia progresiva se mantiene en algunos temas, pero también se incluyen gemas pop como “Cover My Eyes (Pain and Heaven)”, “No One Can” o “Dry Land”. Sí, hay buenas canciones, pero entre el público progresivo resultó ser decepcionante.

Una de las virtudes de la formación británica también reside en la capacidad para responder y dar un golpe sobre la mesa cuando las cosas vienen mal dadas. De hecho, con Brave (1994) se sacaron la espina del anterior álbum. Un nuevo trabajo conceptual que brilla por sus composiciones y por una producción exquisita. Desde ese momento se convirtió en uno de los discos más apreciados. Curiosamente, en materia comercial se alejó de los primeros puestos de las listas. Obviamente, Brave no estaba concebido para la fácil asimilación. Su minuciosa elaboración requería de paciencia y de oídos más exigentes.

Tan solo un año más tarde, publicaron el notable Afraid of Sunlight (1995)En él conviven composiciones elaboradas con otras de vertiente más pop. Ese equilibrio fue aplaudido por crítica y público. Sin embargo, las alabanzas cesarían por unos cuantos años.

El bache creativo

Coincidiendo con su salida de EMI, la segunda mitad de la década de los 90 se caracterizó por el bache creativo que mostró Marillion. Curiosamente, y a pesar de buscar ampliar ciertos horizontes sonoros, las obras no cuajaron de ninguna manera. Ya sea en terrenos progresivos o fuera de ellos. Simplemente no hubo inspiración. Un decente This Strange Engine (1997) no era suficiente para la categoría de la banda. Menos aún el mediocre Radiation (1998)álbum en el que miran de reojo a formaciones como Radiohead, pero sin los ingredientes necesarios como para acercarse con garantías a esos sonidos. Peor aún fue la producción. No se salva ni con la nueva mezcla de 2013.

La situación mejoró ligeramente con Marillion.com (1999)aunque tampoco fue suficiente. Ni sació el hambre del público ni convenció a la crítica. Sin embargo, la relación entre seguidores y grupo era mucho más estrecha. A la formación británica le estaba costando sobrevivir en el mundo de la música, pero sus fieles no estaban por la labor de dejar que el barco se hundiese. De hecho, los propios músicos aprovecharon las virtudes de internet para intentar realizar giras por los Estados Unidos y recibir donaciones voluntarias para la grabación de futuros trabajos. Adelantos por medio de crowdfunding que sirvieron para la realización de álbumes como Anoraknophobia (2001). Casualmente, este trabajo supuso una ligera mejoría en relación a los tres álbumes anteriores.

Marillion golpea de nuevo

Aunque Marillion ya no necesitaba tanta ayuda, su fiel base de seguidores seguía comprando los discos antes de salir al mercado. Ese pre-order se vio absolutamente recompensado con un trabajo de una magnitud que en ese momento era totalmente impensable. Marbles (2004) apareció en escena como un torbellino. Este disco doble se convirtió de la noche a la mañana en uno de los mejores de toda su carrera. Y eso, desde luego, no es moco de pavo. Una lujosa producción hizo que brillasen aún más composiciones realizadas con mucho gusto, tanto en las melodías vocales como en la propia instrumentación.

Desde ese formidable 2004 hasta el día de hoy, la veterana formación tan solo ha tropezado en Somewhere Else (2007)ya que se trata de uno de los peores discos de toda la carrera de los neoprogresivos. Lo que vino después sí ha estado a la altura, puesto que el doble álbum Happiness is the Road (2007), Sounds That Can’t Be Made (2012) y F*** Everyone and Run (2016) son trabajos que, lejos de ser autocomplacientes, ofrecen una versión estable de la música del grupo.

Habrá que ver qué próximos movimientos realizan en un futuro, puesto que la actividad de esta gente, aunque está siendo bastante espaciada en el tiempo en lo que se refiere a discos de estudio, no paran de publicar directos, acústicos y material extra de cierta calidad.

Influencia

No se concibe un resurgir del rock progresivo de la década de los 80 sin MarillionGracias a ellos, otros nombres como IQ, Pallas, Arena o Pendragon, han tenido también una cierta relevancia que animó a bandas de diferentes puntos del planeta a seguir estirando las virtudes del prog. Los dinosaurios del estilo, surgidos principalmente en los 70, encontraron en estos británicos una fabulosa respuesta, la cual mantuvo viva la llama de la vertiente rockera del prog, algo que desembocó a su vez en otras formas defendidas por grupos como Porcupine Tree. Por cierto, el líder de esta última formación, Steven Wilsonha colaborado con Marillion para hacer remasterizaciones y nuevas mezclas de obras clásicas de la banda. Sirva como ejemplo el trabajo que realizó con Misplaced Childhood Brave en algunas ediciones especiales.

Discografía seleccionada (Top 5)
5. Script for a Jester’s Tear (1983; EMI)

El álbum debut de Marillion completaba la receta musical mostrada en el single “Market Square Heroes”, el cual no entró a formar parte de Script for a Jerter’s TearA pesar de que el sonido no está demasiado pulido, las composiciones y sus textos se antojan magistrales. La propia portada creada por Mark Wilkinson muestra parte del contenido lírico del álbum, ya sea de forma esplícita o metafórica. En él se abordan temas como el fracaso, las drogas, acontecimientos sociales y políticos, pero siempre con la magistral pluma de Fish. El dramatismo que aportan las voces crean una atmósfera única, mientras las guitarras de Rothery se muestran notables en algunos cortes del disco. Sobresalen principalmente la composición homónima, la marcada “He Knows, You Know” y el final protagonizado por “Forgotten Sons”. Lástima de producción.

Canciones destacadas: “Script for a Jester’s Tear”, “He Knows, You Know”, “Garden Party” y “Forgotten Sons”.

4. Brave (1994; EMI)

Álbum conceptual basado en una dramática noticia que provocó un gran impacto en Steve Hogarth. Una chica había sido encontrada en el puente Severn sin saber quién era y de dónde procedía. También se negaba a hablar a pesar de la insistencia de la policía. Esta es la base de la temática de Brave, a la cual Hogarth añadió posibles causas por las que esa chica podría haber aparecido allí. Aquí encontramos algunos de los mejores textos de la carrera de la banda, mientras que en el plano instrumental el nivel tampoco decae en ningún momento. Además, la producción es absolutamente brillante y ayuda a conformar uno de los mejores trabajos de la carrera de los británicos. En obras conceptuales es un poco injusto destacar composiciones de una manera independiente, pero como ejemplo puedo decir que gran parte de la intensidad de la obra se concentra en la magistral “The Great Escape”.

Canciones destacadas: “Living With the Big Lie”, “Alone Again in the Lap of Luxury”, “The Great Escape” y “Made Again”.

3. Clutching at Straws (1987; EMI)

El disco encargado de hacer sombra a Misplaced Childhood tendría que estar al nivel del mismo para refrendar la posición del grupo en la cultura prog. A pesar de las tensiones internas, la banda se esforzó para ofrecer un trabajo de altura que, para muchos, está entre lo mejor de la discografía de Marillion. Incluso hay voces que lo sitúan por encima de su predecesor. Independientemente de todo esto, encontramos una colección de composiciones que quita el hipo. Desde el marchoso single titulado “Incommunicado”, hasta otros cortes inspiradísimos como “Warm Wet Circles”, “White Russian” o la impresionante “Sugar Mice”. Por desgracia, este sería el último disco con Fish como vocalista, ya que las diferencias fueron absolutamente insalvables. Como despedida del escocés no se puede pedir mucho más.

Canciones destacadas: “Warm Wet Circles”, “White Russian”, “Sugar Mice” y “The Last Straw”.

2. Marbles (2004; Intact Records)

Cuando nadie esperaba una versión inspirada de Marillion tras un enorme bache creativo, aparecen en escena en 2004 con un doble álbum de la talla de MarblesEn él se dan la mano una gran colección de composiciones, las cuales están coronadas por formidables textos y un tratamiento del sonido espectacular. Hay composiciones de todo tipo, desde largas suites progresivas como “The Invisible Man”, “Ocean Cloud” y “Neverland”, hasta singles directos como “You’re Gone” y “Don’t Hurt Yourself”. No hay ni un solo minuto, ni una sola nota que sobre en el álbum. Quizá el aura de clásico de Misplaced Childhood impida que este trabajo esté considerado como el más grande de los británicos. Escucharlo es sumergirte en un universo de texturas de diferentes tipos. Hay buenos colchones de teclado, guitarras elegantes, interpretaciones vocales sorprendentes y una base rítmica que se luce en los momentos adecuados. Curiosamente, apareció también una edición con un solo disco.

Canciones destacadas: “The Invisible Man”, “Fantastic Place”, “Ocean Cloud” y “Neverland”.

1. Misplaced Childhood (1985; EMI)

La explosión comercial de Marillion no llegó por el camino más fácil. Y es que hacer una obra conceptual en pleno 1985 no era el mejor plan para trascender al gran público. Sin embargo, supieron insertar piezas para llamar la atención. “Kayleigh” y “Lavender” sobresalen y fueron editadas como singles. Tuvieron una gran repercusión, sobre todo la primera de ellas. Además, como disco en conjunto funciona a las mil maravillas. Su duración es de poco más de 40 minutos, pero la fluidez y el dinamismo hacen que para el oyente el tiempo transcurra mucho más rápido. La temática gira en torno a la pérdida de la niñez y a los amores perdidos, siendo en muchos casos autobiográfico. Así al menos se ha encargado de confirmarlo el propio Fish. Por ejemplo, la propia “Kayleigh” hace referencia a una antigua novia del vocalista cuyo nombre era el de Kay Lee. Las guitarras de Rothery son maravillosas, aunque toda la banda se muestra inspiradísima.

Canciones destacadas: “Kayleigh”, “Lavender”, “Bitter Suite” y “Blind Curve”.