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UP en silencio frente al fascismo por la política de apaciguamiento del PSOE

Se está repitiendo la historia, ya como farsa. La política de apaciguamiento con el fascismo solo lleva al envalentonamiento y el matonismo de sus dirigentes y bases.

La primera ocasión la sufrimos en España cuando las dos potencias fascistas colaboraron con los criminales militares africanistas para destrozar la II República mientras las dos potencias democráticas le negaron su derecho a la defensa de las libertades.

Siguieron con su política de apaciguamiento con sucesivos desmanes del hitlerismo. Esa política condujo a las matanzas de la II Guerra Mundial, cuya peor parte se la llevó el glorioso pueblo soviético.

Antes de ayer, en el Congreso, ha habido sesión de control al Gobierno. Al discurso desafiante del presidente del PP, el presidente del Gobierno ha respondido con palabras mesuradas, sin entrar al trapo, con “espíritu de pacto” por decirlo como el vocero del PP. Apaciguador el señor presidente del Gobierno.

Pero en el PP saben que no pueden llevar al PSOE a la destrucción, es la falsa pata izquierda del Régimen del 78. El discurso demoledor y criminal se lo reservan a Unidas Podemos, y en particular, al vicepresidente segundo del Gobierno. Es la pieza a cobrarse en esta cacería contra la única izquierda con posibilidad de gobierno en España.

El interviniente del PP le suelta sin miramiento alguno que “…es usted responsable de todo lo que está pasando…”, “…usted empujaba a la gente a manifestarse el 8M…”, “…mayor tasa de muertos del mundo…”, “…¿qué responsabilidad va a asumir el vicepresidente?”.

Toda la responsabilidad porque en el Consejo de Ministros hay una responsabilidad colegiada…”, le contesta nada más comenzar su intervención el vicepresidente, pero no argumenta en contra de las patrañas vertidas.

En su réplica, el señor del PP que porta la corbata negra más como uniforme impersonal que por luto, vierte ignominiosas frases contra el vicepresidente: “…como vicepresidente será recordado por poner la ideología por encima de la salud de los españoles…”, “…le recomendaría una película (en alusión a un tweet del ministro de Consumo, deben seguir creyendo que los dirigentes nunca deben apagar la luz y dedicar un minuto a su solaz, como su Caudillo en El Pardo): un gobierno comunista manda a la gente a luchar sin protección frente a un enemigo invisible; a base de mentiras, tapan su incompetencia y causan miles de muertos sin que nadie pueda despedirse de ellos…”, “…conmovido por Excálibur, el perro del ébola, pero ni un solo gesto de luto por más de dieciocho mil personas muertas en España…”.

El vicepresidente, como el presidente, no pierde la compostura ante semejantes ataques personales, sabe que es su cabeza la que piden sin cesar desde antes de formarse la coalición de gobierno, y en vez de rebatir todas las falsas acusaciones, sigue con el tono conciliador: “…le invito a reflexionar sobre el papel que está jugando su partido…”, “…la oposición política en otros países…”, “…un mínimo común denominador que es la Constitución…”, y al final un consejo de buen padre “…dejen de competir con Vox a ver quién dice la mayor barbaridad”.

Tal vez más digno estuvo el vicepresidente al casi ignorar la intervención de la vocera de Vox, centrada en denunciar que el único objetivo de UP es implantar el comunismo a la venezolana.

Sumando las dos intervenciones le dedica poco más de un minuto; en la primera le pide seriedad y respeto a la Cámara y los sanitarios que se están jugando la vida, y en la réplica le recrimina que dedique su tiempo para controlar al Gobierno a hablar de Venezuela y La Sexta en estos tiempos difíciles.

Pero tampoco responde como debiera a los furibundos ataques de la representante del retrógrado partido neoliberal xenófobo y racista.

La política de apaciguamiento dictada por el presidente del Gobierno tiene el objetivo de alcanzar un pacto con todas las fuerzas políticas y sociales ante la catástrofe económica que se vislumbra en el horizonte más cercano.

Pero las miras de la oposición del trifachito van por otros derroteros menos patrióticos, va por el interés de la CEOE y multinacionales, la salida de UP del Gobierno. Difícil compatibilizar ambos asuntos, pero el lado débil es UP, que tal vez está errando la táctica de, si al menos no condescendencia, sí de renuncia al ataque del discurso fascista.

Puede que el plazo de respuesta categórica a todos los insultos y mentiras sea corto; todo depende de la respuesta del PP al ofrecimiento continuo al pacto.

No han faltado voces del trifachito que le aconsejan que se ande con cuidado, España es un estado en el que las competencias sanitarias llevan más de treinta años transferidas a las comunidades autónomas, lo que comporta responsabilidad en la gestión de hospitales, personal, compra de material.

Y no nos olvidemos que también tienen plenas competencias en las residencias de ancianos. Si no pactan se arriesgarán a que los corderos pactistas se conviertan en feroces lobos devoradores. Esperemos que ya no sea demasiado tarde y UP no sea arrastrado al ostracismo por el error de participar en el apaciguamiento de quienes solo merecen el más férreo marcaje político.

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