Unidas Podemos (UP) lleva varios meses en el gobierno. Lo que ha supuesto varias acciones positivas para la mayoría social, cuyo efecto para la formación de izquierda que las ha puesto en marcha ha sido negativo, en el sentido de que no han sido ellos los identificados por la población como los responsables de llevarlas a cabo.
Durante las negociaciones entre ambas formaciones, una variable que se tuvo muy en cuenta fue la de la disputa por el relato que tendrían ambas durante el gobierno de coalición. Se trata de quién aparece ante la población como el responsable de las medidas positivas, lo sea o no.
Se valoró que sería el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por diferentes cuestiones. La primera de ellas es que es la parte mayoritaria del ejecutivo, y por lo tanto responsable última de las acciones tomadas, siendo el presidente Pedro Sánchez el principal portavoz de ellas.
La segunda es que el apoyo mediático con el que cuenta el PSOE es mucho mayor del que dispone UP, por lo que los socialistas pueden imponer en el imaginario colectivo que medidas como el “Escudo Social“, son responsabilidad de ellos sin tener que señalarlo de manera constante ni directa. Basta con referirse a ellas en las ruedas de prensa y en las alocuciones en el Congreso en primera persona del plural, -porque la primera persona hace referencia al PSOE, organización de la que suelen ser los portavoces-, diluyendo en el conjunto del gobierno el liderazgo que Pablo Iglesias y los ministros de UP quieren conseguir.
Las encuestas confirman la hipótesis. Unidas Podemos, en el mejor de los casos, se mantiene a duras penas por encima del 10% de apoyo electoral, siendo la cuarta fuerza tras VOX. El PSOE se mantiene en primera posición con leves repuntes. Los aciertos del gobierno se comparten.
Hay otras consideraciones que se deben tener en cuenta para explicar la actual situación. Las posturas de la oposición (Partido Popular y VOX) han creado un ambiente de crispación social que lo está polarizando todo. No es solo que hayan comenzado a emplear el lawfare para deponer al gobierno, es que la retórica bélica plantea un escenario golpista.
Ello lleva al campo progresista a un cierre de filas con el gobierno. Siendo Pedro Sánchez el principal representante de ese ejecutivo atacado de manera agresiva e injustificada por la derecha, las filas se cierran en torno a él, y consecuentemente, con su organización. Sucede de esta manera porque previamente la concepción social responsabiliza al PSOE como garantía de políticas de izquierdas que benefician a la mayoría. Gracias también a la participación de UP, que reviste con su credibilidad de izquierdas a los de Pedro Sánchez.
Unidas Podemos está manteniendo una posición en la que no confronta ninguna de las críticas que recibe. Por un lado asume los errores cometidos por el PSOE como propios, al ser parte de una coalición, y comparte sus éxitos con los de Pedro Sánchez por el mismo motivo. Pero además, si su líder Pablo Iglesias recibe ataques, o sus ministros Yolanda Díaz o Alberto Garzón críticas por no haber realizado alguna acción, los de izquierdas o se quedan en silencio o responden llamando a la calma. Pero no articulan una respuesta firme ante peticiones golpistas, ni explican que los ministros no han tocado un determinado tema porque no está entre sus competencias.
Esto provoca no solo una frustración entre sus bases, si no el establecimiento profundo en el imaginario colectivo de uno de los principales argumentos de la oposición: que UP lo está haciendo muy mal. Lo que abre la puerta a argumentos como que “España camina al desastre“, que “el gobierno cercena libertades” y otros con los que finalmente se pretende justificar un cambio de gobierno como sea cuanto antes.
El Gobierno de España ha respondido a la última crisis -o más bien al comienzo de la nueva crisis- de una manera mucho más social que en el anterior precedente (2008), gracias a las medidas y las presiones de Unidas Podemos. Una circunstancia que los de Pablo Iglesias no han podido hacer valer social ni culturalmente.
Tras el fin de la pandemia, serán necesarias nuevas medidas para evitar recortes. Si UP vuelve a conseguir suavizar el impacto en la mayoría social, deberá completar el paso con una necesaria campaña mediática que logre posicionar quién es el responsable directo de ello, si el objetivo de los de Iglesias y Garzón sigue siendo el gobierno de España, y no mantenerse como socio menor del PSOE.