Ecuador está doblemente afectado por la pandemia, por la altísima gravedad de la crisis social, y por la corrupción que cuenta con unos niveles desoladores, y cuya presencia está en todas las instituciones.
Con dicho panorama, el desvergonzado gobierno de Lenín Moreno juega una vez más a la sucia política, tratando de culpar de todo al anterior gobierno de Rafael Correa, al cual tratan de inhabilitar civil, política y jurídicamente, pero la sociedad ecuatoriana ya abrió los ojos volviendo a recordar tiempos pasados que no quiere repetir ni por asomo.
El próximo febrero de 2021 se han de realizar elecciones para cambiar el gobierno, y desde hace semanas se avizoran movimientos de varios partidos políticos: el gobierno trata de dejar fuera de la contienda a Rafael Correa y a su nueva formación política Compromiso Social lista 5. Lo tienen difícil legalmente pero como en Ecuador ya no hay respeto a ley alguna, lo intentarán.
Parece ser que el vicepresidente Otto sería el elegido para representar a los que por varias veces quebraron la patria, y otros candidatos de la derecha se animan a lanzarse como candidatos, pues creen que si Rafael Correa no participa esta vez sí ganarían su anhelado premio, la presidencia, para seguir con el saqueo constante.
Ante esta disyuntiva solo queda una alternativa que debe ser obligado compromiso para todas las formaciones progresistas, salvar la patria o, para ser sincero, lo que quede de ella. Todas las formaciones políticas y plataformas ciudadanas deben luchar por ese objetivo. Nunca hubo una derecha decente en Ecuador, y no parece que vaya a haber cambios en ese aspecto.
Trataran de desestabilizar y romper la unión de progresistas. Ya se sabe además que la izquierda es más enemiga de la izquierda que de la derecha tradicionalmente. Así que todos los que deseen salvar la patria deben plantearse como objetivo la unidad contra el neoliberalismo, y saber que tendrán infiltrados desestabilizadores del gobierno en contra, además de los medios de comunicación ignorándolos, y las instancias internacionales mirando a otro lado o instigando un golpe de estado como en Bolivia.
La opción es continuar el saqueo de la patria o un compromiso sólido de los actores progresistas sin fisuras para devolver la democracia y la institucionalidad al Ecuador. No sera fácil pero es posible porque en democracia vale lo mismo el voto de Lenín Moreno que el de un humilde campesino. Es difícil sí, pero posible. Estén atentos a que no les roben lo único que que les queda: el voto.
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