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No es independentismo, es solidaridad

Ya hace tiempo debatí con un camarada sobre mi defensa sobre Catalunya, él afirmaba que la entrada de las fuerzas de seguridad del Estado no era una invasión, cuando empecé a rebatirle comento si eso de la invasión se lo achacaba también a los inmigrantes.

Bueno, este es el nivel de algunos pseudo marxistas, buscarte las cosillas para provocarte con el objetivo de que salgas de la disciplina comunista. Honestamente debo decir que me toca bastante las narices, que al no ser anti hegemónica la lucha de Catalunya por su derecho a la autodeterminación muchos ya se han tirado de los pelos por las claras excusas que llevo escuchando desde hace años contra Siria, Venezuela Bolivariana, la República Islámica de Irán, etc.

Aunque hubo una que escuché muy interesante, que estas contradicciones que surgen en la solidaridad con la República Catalana son en realidad una colaboración de la burguesía catalana con las propias leyes del régimen del 1978 post franquista.

Antes de profundizar debo resaltar que esto es falso, la derecha catalana, con toda la mierda anglosionista que tiene frente a la clase obrera, así como el movimiento estudiantil se han pronunciado en contra del fascismo y el franquismo al igual que el PNV.

Claramente tienen un negocio de recortes y corrupción que ha sido amparado desde Madrid (cosas que pasan en el libre mercado y en los representantes de los grandes bancos y monopolios del capitalismo), pero de allí a tacharlos de franquistas sólo demuestra la bilis que hay que eliminar en la izquierda española.

A ver, esto (por más que les duela a los españolistas reconocerlo) pasaba igual que con los países que habían sufrido el colonialismo y les surgía un movimiento de liberación nacional, por una parte burgués y colaboracionista, y por la otra estaban los socialistas. Entre los rifirrafes había sólo paulatinas alianzas con la burguesía nacional en aras de la liberación nacional y anticolonialista.

A muchos no les parece correcto comparar las experiencias revolucionarias, aunque tengan claras evidencias y parecidos tácticos (que obviamente tienen unas singularidades que Catalunya por suerte no pasó durante el tardío siglo XIX). ¿Por qué no les parece correcto que algunos nos fijemos en estos paralelismos tan claros? Porque son españolistas, así de fácil.

Bajo un paraguas de profunda crítica hacia las posiciones de ERC/PDCat y sus posiciones a favor de los graves recortes en sanidad, educación, pensiones, no hay una imagen de solidaridad con la clase trabajadora catalana, sino un blanquamiento del anticatalanismo.

Sin tener en cuenta el gran beneficio que supone aprovechar el estallido de las revueltas de Catalunya en octubre de 2019 para reventar contradicciones, combatir no desde la colaboración sino desde el cara a cara la burguesía catalana, la unidad del movimiento antifascista.

El centralismo democrático que abanderamos los marxistas-leninistas no es contradictorio a la defensa de la multiculturalidad y multinacionalidad de los pueblos históricos de España en la península ibérica.

Algo que estoy sacando en clave leyendo “Historia de España contemporanea. 1808-1923“, es que España como un solo pueblo (con su multiculturalidad y multinacionalidad) es viable en el socialismo, estoy plenamente de acuerdo en que las independencias de sus territorios no benefician necesariamente a los intereses del proletariado mundial, teniendo en cuenta la solución (paulatinamente acertada) hace 300 años con la guerra de independencia de España, el 14 de Abril de 1931, la guerra nacional revolucionaria contra el fascismo (1936-1939) y incluso la actual constitución de 1978.

¿Pero eso acaso nos hace convertirnos en unos reaccionarios cuando hay una violencia gratuita a gente que ejerce un derecho democrático básico, o cuando se encierran o exilian a otros países europeos representantes legales elegidos en las urnas?

¿No les parece correcto que colaboremos con la burguesía hegemonista de Catalunya? Pero pueden amparar la de Madrid que gobierna cómoda en el post franquismo del PP o la izquierda progre del PSOE/UP. Insisto, no es un problema de clase, sino de españolismo supremacista.

Antes de que nadie se me lance al cuello, yo apoyo al gobierno de España en su lucha contra la reforma laboral, la entrada de los ERTES, la nacionalización de los sectores estratégicos, llevar a la justicia a los responsables de las condiciones de semi esclavitud que sufren los jornaleros en Andalucía.

Critico también muchas cosas que lleva de manera regular, el ataque contra Catalunya, arrastrar al PCE a los intereses de los Clynton, posiciones internacionales otanistas. Al PSOE no lo voy a mencionar por el interés de clase que tiene.

En mi humilde opinión, la mejor forma de ser antiespañol, es rebajar al nivel de regionalismo al catalán, galego, vasco, andaluz, leonés, aragonés. En este sentido, para finalizar, cito la propia constitución de 1978, parte 3 del artículo 3: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”.

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