¡Lo que nos espera a los jugadores el 23 de julio! ¡Mañana! Microsoft va a terminar por fin de establecerse tras la llegada de Phil Spencer a la dirección de la división de Xbox del gigante de Redmond.
Primero trabajó en la potencia (Xbox One X y ahora Series X -por cierto, la atención se ha centrado tanto en los juegos que parece que nadie se acuerda de la posibilidad de Lockhart o Series S-), después los servicios, y ahora parece que le toca el turno a los juegos.
El imponente equipo de estudios internos tiene mucho que mostrar. Se nota que esto no es un E3 porque no hemos visto, por suerte, listas de insiders desvelando días antes todo el contenido de la conferencia.
Sabemos que Halo Infinite estará. Senua’s Saga: Hellblade 2 también, y Everwild. ¡Ah! y Age Of Empires y Gears Tactics y Battletoads harán acto de presencia. Pero a partir de ahí son todo elucubraciones: ¿The Iniciative presentará su proyecto? ¿Playground Games acudirá con su juego de rol y éste será un reboot de Fable o Fable IV? ¿Habrá un nuevo Killer Instinct? ¿Se va a perder Forza Motorsport el lanzamiento de Xbox Series X? Entre muchas otras.
Pero yo he venido aquí a hablar de mis sueños. Todos imposibles, pero por alguna extraña razón no soy capaz de perder la esperanza, y acudo a cada E3 -antes- y ahora al Xbox Games Showcase esperando ver cumplido alguno. Voy por orden de deseo.
Ninety Nine Nights 3
Sí. De verdad. En serio. La primera parte me encantó, y la segunda me costó llegar a su corazón, pero durante el intento la secuela conquistó el mío.
El 100% de logros que conseguí en ambas partes dan muestra de lo mucho que disfruté con ellas. La historia contada desde diferentes puntos de vista, personajes tan bien diferenciados narrativa y jugablemente, progresión, exploración, habilidades pasivas, magias y un multijugador en la segunda parte que, con un constante añadido de contenidos, podría haber dado para mucho más, ya que el plantamiento cooperativo a dos funcionaba a la perfección.
Ahora que Microsoft necesita mostrar juegos japoneses, no estaría mal el anuncio de la adquisición de un estudio nipón -o dos- y la recuperación de esta saga, con escenarios más abiertos, una mayor progresión de los personajes, un crafteo más cuidado y un multijugador más profundo con cooperativo a cuatro.
Manteniendo la jugabilidad frenética, los combos de cuatro cifras, los golpes encadenados, las habilidades especiales, la exploración, la cantidad absurda de habilidades pasivas y activas, la narración compartida y el halo lúgubre y siniestro que embargaba al título, podría ser un bombazo.
Ryse 2
¡Molaría! Pese a los palos que se llevó por el odio nacido de la pésima presentación de Don Mattrick en el E3 de 2013, Ryse: Son Of Rome es un buen juego. Sienta unas acertadas bases para una segunda entrega en la que se produzca el más y mejor que hemos visto en muchas ocasiones.
La jugabilidad era satisfactoria -combos, foco, ejecuciones-, los escenarios preciosos, los enemigos bien medidos, la narrativa excelsa, el personaje principal –Marius Tito– de los que se recuerda y admiran, el multijugador una pasada en su modo horda, el uso de los escenarios para acabar con los enemigos supone un puntazo, y su historia da para muchas ambientaciones.
Un anuncio de que Microsoft se ha hecho con la IP -las ventas dan para que la inversión no sea una mala idea- y un gameplay que muestre un profundo desarrollo de las fortalezas de la primera entrega, la inclusión de un cooperativo a dos en la historia y el aumento a cuatro en el multijugador con nuevos modos, podría ser un notición.
Dragon’s Dogma 2
Tal y como dijimos antes, Xbox necesita potenciar su marca en Japón, ¿no sería una buena manera conseguir con Capcom una exclusividad temporal para la secuela del genial ARPG que salió en la Séptima Generación de consolas (Xbox 360 y PS3).
El juego de rol con combates de pura acción lo tenía todo, desde un lore impresionante, hasta un crafteo profundo y bien medido, una intuitiva gestión de inventario, una enorme y variada progresión del personaje, pasando por habilidades combinadas, el sistema de peones, un mapa enorme y vivo, ciclo día y noche y… dragones, los mejores que he visto hasta la llegada años más tarde del impresionante Dragon Age Inquisition.
¡Qué regrese el Arisen! Y con un cooperativo a cuatro, que siga la senda marcada por la impresionante expansión Dark Arisen. Y con una mejor gestión de los peones, nuevas habilidades, nuevas clases que puedan combinarse, más enemigos, un mapa más grande, con una narrativa igual de profunda y con la posibilidad de trepar hasta el lomo de un enemigo para descargar nuestro golpe más poderoso en plena batalla.
Tengo más sueños pero permanecen en el campo abstracto que alberga lo que carece de lógica -más aún-, así que paro por ahora.
¡Nos vemos mañana, jueves 23 de julio, en el Xbox Games Showcase!
Nos vamos a divertir.