Las implicaciones sociales de la ayuda con las tareas domésticas
El 22 de julio se conmemoró el “Día Internacional del trabajo doméstico no remunerado”, el cual tiene su génesis en la evidencia de la sobrecarga de trabajo que tienen las mujeres en el hogar, reflejado este en la crianza de los hijos, quehaceres de la casa, entre otros.
Basta con ver dentro de nuestros hogares para darnos cuenta de que seguimos viviendo en una sociedad machista que necesita cambiar. La normalización del machismo comienza desde el hogar, donde muchas veces los hombres no realizan actividades de limpieza, y si llegan hacerlo, creen que están “ayudando”.
Son incontables los actos machistas que se normalizan diariamente en el mundo como, por ejemplo, cuando la madre no exige a los hijos desde pequeños que ayuden en los quehaceres de la casa y les inculca la idea que sólo las mujeres son las encargadas de realizarlas.
Desde hace años existe la idea de que las mujeres son las encargadas de las actividades domésticas y de la maternidad, y que el hombre es el encargado de la parte económica. Sin embargo, después de años de lucha las mujeres pueden trabajar. Es aquí donde llega el nuevo problema, la carga laboral aunado a las tareas del hogar que deben ser asumidas a diario por las mujeres.
La situación de confinamiento por la pandemia ocasionada por el COVID-19 ha creado una sobrecarga en las actividades para la mujer. Además del teletrabajo, existen las labores de hogar “exclusivas” de la mujer.
Se reafirma de este modo los estereotipos impuestos por los medios de comunicación, los cuales se nutren de la cultura machista históricamente establecida. Crecemos viendo roles masculinos en la televisión, en donde la mayoría de las comerciales sobre limpieza y mantenimiento del hogar, las actrices principales son las madres y sus hijas.
Según cifras del INEC sobre “trabajo no remunerado (TRN)”, en el periodo de 2007-2017, por cada 100 horas de TNR, las mujeres realizaron 77. Asimismo, establece que las mujeres aportan más al TNR con un 14,5% frente al 4,6% de los hombres. De igual manera, según estadísticas emitidas por la misma institución, en el cuidado de niños y niñas la mujer está a cargo del 84,6% frente al 15,4% de los hombres.
A partir de la implementación de la “Ley Orgánica para la Justicia Laboral y Reconocimiento del Trabajo en el Hogar” emitida en el 2015, las personas encargadas del TNR pueden afiliarse bajo está actividad en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Si bien este es un avance en los derechos de las mujeres que realizan este tipo de actividades, en el 2017 se registraron 211.899 personas afiliadas a este seguro, de las cuales el 99,8% eran mujeres.
A pesar de los derechos que se han ido garantizando a las mujeres con el paso del tiempo, todavía existen grandes brechas para consolidación de una verdadera equidad de género. Por tal motivo, es imprescindible luchar con un carácter emancipador para asegurar este equilibrio, no sólo normativamente, sino también en la concepción social que incluye a las mismas mujeres.
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