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Batalla electoral en Venezuela (I): las contradicciones de la oposición

El contexto político en Venezuela es de gran interés tanto para sus habitantes como para el resto del mundo. Tal interés mundial ha propiciado que diversos países se hayan propuesto a interferir en los problemas internos del país caribeño, por encima de sus propios espacios de acción y de gobierno.

Haciendo un recuento del contexto político venezolano, cabe destacar que desde 1.998 tras la llega al poder Hugo Chávez, sus adversarios comenzaron a crear matrices de desconfianza contra las instituciones del Estado. Conforme pasaba el tiempo tal posicionamiento mediático fue intensificándose.

A pocos meses de haber asumido el poder, Hugo Chávez convoca un referendo para elegir una Asamblea Nacional Constituyente y reformar la Constitución de ese país. Dicha Asamblea fue aprobada con el 87,75%, lo que dio paso a la redacción de una nueva Carta Magna que nuevamente fue a consulta pública, aprobándose en diciembre de 1.999 con el 71,78% del padrón electoral.

Desde ese momento el pueblo venezolano acude a las mesas electorales una o dos veces por año para ser consultado por su destino político, sea mediante la elección de gobernadores, alcaldes, diputados nacionales, a los consejos legislativos, municipales, referendos revocatorios, etc.

Unas elecciones que han sido claves en Venezuela fueron las realizadas en agosto de 2004, cuando se efectúa un referendo revocatorio al mandato del Presidente Hugo Chávez Frías, el cual culminó en victoria para éste con una diferencia del 18,46%, de la opción del NO, obteniendo el 59,1% frente a la del SÍ: 40,64%. Estos números son completamente significantes puesto que desde ese momento se configuran dos bloques con porcentajes importantes que determinarán la vida del país suramericano.

En noviembre de 2005 uno de los partidos tradicionales, Acción Democrática (AD), decidió retirarse de la contienda electoral alegando “falta de confianza en el Consejo Nacional Electoral y faltas de garantías para el voto secreto”. Posteriormente se ​sumaron al retiro de la contienda COPEI, Primero Justicia (PJ) y Proyecto Venezuela (PV). De este modo se ausentaron 558 candidaturas de la oposición de las 5.516 presentadas en general.

Todo ello originó que el oficialismo ganara los 167 diputados, de los cuales 114 eran del Movimiento V República (MVR), partido creado por Chávez. Desde ese momento comienza una campaña de descrédito contra el Consejo Nacional Electoral (CNE). Cabe acotar que este argumento históricamente es utilizado cuando los resultados no son favorecedores a la oposición venezolana.

El oficialismo ha perdido en dos (02) de las veinticinco (25) contiendas electorales efectuadas en veintidós años. Una en el 2007 tras el intento de reforma a la Constitución Nacional que fue ganado por la oposición con una diferencia del 1,75% de la masa electoral.

La segunda elección que ha culminado en victoria para la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), movimiento que agrupa a los partidos de oposición a nivel nacional. Fueron las elecciones parlamentarias del 2015 la que tendrían un periodo de vigencia desde el 2016 hasta el 2021, donde la oposición se hizo acreedora de 112 de los 167 diputados de la Asamblea Nacional con un total de 56,2% de los votos. Cabe hacerse una pregunta ¿el mismo CNE de las diferentes elecciones anteriores, esta vez no era fraudulento?

La MUD, consideró un pacto interno donde la directiva de la Asamblea Nacional (AN), fuera presidida cada año por uno de los partidos que integran su unión. AD en el 2016, liderada por Henry Ramos Allup, es quien inaugura este convenio. Posteriormente Julio Borges de Primero Justicia (2017), Omar Barboza de Un Nuevo Tiempo (2018) y Juan Guaidó de Voluntad Popular (2019).

El 05 de enero de 2020, cuando tocaba volver a elegir al Presidente de la AN, se desató una una “película” televisiva con empujones, saltos de rejas y una rebelión a lo interno de la oposición, donde un grupo importante de parlamentarios no estaba de acuerdo con que Juan Guaidó siguiera en la presidencia de esta instancia, ya que tocaba decidir quién sería el nuevo sucesor.

Guaidó (diputado suplente por el estado de la Guaira) no estaba dispuesto a dejar el único cargo real que tenía y buscó apoyo en el lobby norteamericano para que llamaran a los parlamentarios y les solicitara, por vía de amenazas, apoyo a su reelección como Presidente de la Asamblea Nacional.

De esta manera se escribió una película tragicómica digna de ser trasmitida por las pantallas de cine, la cual fue acompañada por gritos, empujones, entradas y salidas del hemiciclo de los partidarios de la oposición, quienes después de presenciar y acompañar la rebelión de los diputados del interior país, resultó electo Luis Parra por Primero Justicia como Presidente del parlamento. Asimismo, Franklin Duarte quedó electo como Primer Vicepresidente (COPEI) y José Gregorio Noriega como Segundo Vicepresidente (Voluntad Popular). Por otra parte, los diputados afectos a Guaidó se trasladaron al Este de Caracas para realizar un acto de instalación improvisada de otra Asamblea Nacional paralela que fuera presidida por éste.

El presente análisis del contexto electoral venezolano será profundizado en una próxima entrega, en la cual se describirá el dilema político de la partición electoral opositora en el marco de las venideras elecciones de la Asamblea Nacional que se llevarán a cabo en el 2020.

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