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Fran Pérez: “Leopoldo López nunca fue un político progresista, sino de ultraderecha”

Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España en coalición con Unidas Podemos (UP, unión de Podemos e Izquierda Unida), recibió al político venezolano fugado Leopoldo López, una imagen que recibió aplausos de la derecha española (PP, VOX y Ciudadanos), silencio de Podemos y rechazo de la izquierda (IU, PCE).

Uno de los líderes de las fuerzas que forman parte del ejecutivo español, Fran Pérez, expresa sobre la reunión que “no vi al presidente del Gobierno español reunido con Leopoldo López, vi al Secretario General del PSOE reunido con Leopoldo López, un dirigente opositor del chavismo“, apuntando que la influencia de UP logró que el encuentro no se produjera en La Moncloa (palacio presidencial). Pérez considera que ese hecho “es significativo y tiene gran importancia“.

El dirigente progresista considera que “lamentablemente” sobre el líder venezolano de la organización fascista Voluntad Popular (VP), en el ámbito de la izquierda europea “hay mucha confusión” provocada por “la campaña internacional y la guerra mediática dirigida desde EEUU e impulsada por los grandes medios de comunicación capitalistas“.

De esta manera, según Fran Pérez, “se presenta a Leopoldo López como víctima para construir un lider virtual, el que nunca fue en la realidad y la historia de Venezuela, donde su partido, Voluntad Popular, no obtenía más que el 2% de los votos“.

Fran Pérez insiste en que “la dura realidad” para los que consideran a Leopoldo López una figura cercana a personalidades históricas como Nelson Mandela, “es que López nunca fue un político progresista, sino un político de ultraderecha y golpista, vinculado a operaciones anticonstitucionales desde hace casi veinte años“.

El de IU enumera, “entre sus antecedentes, y durante el golpe de estado de 2002 contra Hugo Chávez, López participó en el arresto público e ilegal al entonces ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín. En 2008 fue inhabilitado por seis años por la Contraloría venezolana al probársele un caso de corrupción: desvío de fondos públicos cuando era alcalde del municipio de Chacao“.

Presentan a Leopoldo López como una víctima para construir un lider virtual, el que nunca fue en la realidad como muestra la historia de Venezuela, en la que su partido, Voluntad Popular, no obtenía más que el 2% de los votos. La dura realidad es que López nunca fue un político progresista, sino un político de ultraderecha y golpista, vinculado a operaciones anticonstitucionales desde hace casi veinte años. Fran Pérez.

Por otro lado, “López nunca fue tampoco un preso político” expone Fran Pérez, que continúa expresando que es “más bien un político preso por hacer un llamamiento a un alzamiento antidemocrático y violento en la calle en 2014 en una operación que se llamó ‘La salida’, llamada así porque pretendía sacar a Maduro del gobierno violentamente“.

Para ello se “promovieron disturbios, ‘la guarimba callejera’. Un golpe cívico militar que fracasó. Como consecuencia de ese llamamiento, se produjeron disturbios y una tremenda violencia de ultraderecha. Resultaron muertas 43 personas y más de 800 heridos. La justicia venezolana le hizo responsable y hay que decir que en ese momento él se entregó a la justicia asumiendo su responsabilidad“.

Sin embargo, “cuando se le concede el arresto domiciliario“, muestra que no existe arrepentimiento alguno, ya que “se fuga para encabezar de nuevo, al lado de Juan Guaidó, un nuevo golpe de estado cívico militar el 30 de abril de 2019, intentando levantar el cuartel de La Carlota ante muchos medios de comunicación. Nuevamente fracasaron, y López se refugió entonces, como huésped, en la embajada española“.

Con semejante historial, es muy difícil entender cómo, mientras toda la izquierda latinomericana está de acuerdo en que López es un líder de ultraderecha y golpista que cometió graves delitos de terrorismo, en Europa el PSOE y otros partidos socialdemócratas europeos, lo consideren -y lo reciben- como si fuera un demócrata“, asevera Pérez.

Pero es problema y decisión de esos partidos con quiénes tienen relaciones y por qué“, zanja.