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Doble vuelta o doble rasero: caso Colombia

La doble vuelta es un mecanismo que tiende a proteger el equilibrio de las democracias burguesas. Colombia atraviesa este peligro.

En el escenario político de Colombia, aparece una de las figuras más críticas y generadoras de contradicciones y sin sabores dentro de los procesos eleccionarios, es la herramienta conocida como la doble vuelta (DV) o balotaje; término empleado para referirse según Martínez y Martínez: “al procedimiento en una elección presidencial que establece: (i) un umbral mínimo de votos alcanzado por el candidato ganador y (ii) un mecanismo alternativo en caso de que ningún candidato supere este umbral”.
En un principio pudiéramos asumir esta herramienta como un elemento que profundiza los procesos democráticos. A simple vista pudiéramos entenderlo como el acicate que sirve para que una gran mayoría de la gente se acerque a los procesos eleccionarios; como en el caso colombiano, es lo que buscan precisamente todos los candidatos en campaña. Eso como primera aproximación.
Sin embargo, el caso de Colombia también es emblemático para darnos cuenta del doble rasero que significa participar en un proceso eleccionario en el que el balotaje es por excelencia el instrumento que se emplea para tal fin.
Caso Colombia
Podemos ver por ejemplo como Petro en ésta primera vuelta, gana por encima del candidato inmediato con casi tres millones de votos. Sin embargo, a pesar de ser abismal la diferencia desde el punto de vista del voto humano, incluso estadístico; debe ir a una segunda vuelta.
Una de las primeras grandes desventajas que nos conseguimos con este método es lo que algunos autores conocen como la mayoría artificial. Vamos a entender esta mayoría artificial como una mayoría que no necesariamente tiene un respaldo en el voto uno por uno; es decir, una persona un voto.
Al contrario, vamos a ver cómo estos procesos en algún punto desaceleran la participación de la gente; porque la gente se desanima, porque la gente deja de creer en el sistema, porque la gente inclusive va a votar desde el voto castigo.
Los escenarios
Las primeras grandes desventajas o dificultades que encontramos en este método se asoman en los siguientes escenarios, planteados por Martínez y Martínez:
1. El fortalecimiento del presidente electo en ese momento.
2. Evitar la victoria de un presidente con un escaso respaldo electoral.
3. Facilitar la articulación de una estructura de sistema de partidos multipolar y multipartidista.
4. Encontrarnos con bajo estímulo a la existencia o construcción de nuevas coaliciones electorales.
La segunda cita en el proceso eleccionario de Colombia es el 19 de junio del año en curso, y nuevamente Gustavo Petro por el Pacto Histórico se verá a la cara con Rodolfo Hernández, un hombre profundamente ignorante que representa en sí mismo todas las debilidades o tragedias que trae consigo la derecha colombiana.
El peligro
Rodolfo Hernández contrincante de Petro luego de los resultados del balotaje en Colombia, es un hombre que representa a una clase pudiente, blanqueada, racista, latifundista, uribista, además de ser misógino y visiblemente violento.
De ganar esta figura proteica de la política conservadora colombiana, vamos a ver lamentablemente imágenes comunes en los resultados de la doble vuelta.
Una de las grandes desventajas que trae precisamente esta herramienta es la absoluta incomprensión de los resultados en la mayoría de los casos, ya que por lo general, lo que trae como resultado es la sostenibilidad del estado de las cosas, el sostenimiento del status quo.
Una de las grandes apuestas que tenía la izquierda en Colombia era precisamente ganar en una primera vuelta, ganar el  29 de mayo significaba no tener que atravesar por este trago amargo que implica el balotaje.
El 19 de junio se verán los resultados que esperemos sean óptimos para el Pacto Histórico, para Gustavo Petro, para Francia Márquez, para toda la gente en Colombia que creyó, cree y piensa que el cambio es posible.
El triunfo de un hombre como Rodolfo Hernández, sería la declaración de un país que decide no seguir adelante. Desde aquí creemos que esa no es la realidad colombiana. Es por ello que la segunda vuelta es un momento en el que debemos fijar la mirada el análisis y la acción en los venideros días.