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Hiroshima, el tiempo detenido

La conmemoración comienza cada año con un minuto de silencio. A las 8:15 de cada seis de agosto, en Hiroshima, miles de personas en un silencio que grita paz, recuerdan y miran al futuro con esperanza.

Hiroshima, 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945. Por un segundo, el pulso del planeta entero se detuvo. “Little Boy” haría entrada en la historia de la humanidad, como el artefacto creado por el hombre que sería capaz de acabar, en un segundo, con siglos de creación, sueños y anhelos.

La bomba atómica, desarrollada a la sombra del llamado “Proyecto Manhattan”, irrumpiría no solo en la vida, cultura, sentimentalidad e imaginario de los habitantes de esa populosa e importante ciudad japonesa, la cual sobreviviría (conocidos en Japón como los “Hibakusha”) a la gigantesca explosión en forma de hongo venenoso; también instauraría en el horizonte de sentido humano un antes y un después cargado de temores y resignificación del concepto de poder.

El ataque norteamericano, dado en respuesta al combate desarrollado en Pearl Harbor, pondría punto y final a una guerra ya casi terminada en Europa, con la rendición alemana que había mudado sus objetivos tácticos y estratégicos a territorio asiático.

La explosión, en el primer momento, se llevó consigo a 66.000 personas e hirió a otras 69.000. La humanidad jamás había presenciado hasta ese momento un nivel tan terrible y desolador de destrucción casi instantánea.

Las imágenes 

Los testigos inmediatos -siempre ha de quedar alguien para contarlo- resultaron ser los mismos soldados del Enola Gay, avión desde donde se lanzó la bomba, que con cámara en mano lograron hacerse con las terribles primeras imágenes.

La ciudad se convertiría rápidamente en una nube amarilla de escombros y lamentos. Sin embargo, Japón no había salido aún de su asombro cuando tres días después, el 9 de agosto, una segunda bomba “Fat Man”, con una capacidad de destrucción aún mayor, detonaría a 550 metros del suelo de Nagasaki, dejando a Japón con la única posibilidad de la rendición total.

Este 6 de agosto de 2022, se conmemoran los 76 años del ataque norteamericano a territorio japonés.  Los pocos “Hibakusha” que aún sobreviven, cada año levantan su voz con un poderoso mensaje: dejar a un lado el uso de armas nucleares.

Hiroshima hoy

La conmemoración comienza cada año con un minuto de silencio. A las 8:15 de cada seis de agosto en Hiroshima, miles de personas en un silencio que grita paz, recuerdan y miran al futuro con esperanza. Miles de farolillos con mensajes de futuro se mueven como un río en su cauce, con la sola idea de estar juntos y sanos.

La nueva  geopolítica  

El punto de quiebre que significó el ataque nuclear, cambió la geometría del mundo. Este cambio generó una arquitectura que se mantuvo hasta hace poco. Un mundo que dio un giro y mantuvo su nueva composición hasta nuestros días.

Son momentos complejos los que vivimos hoy, de nuevo la tierra cruje y vuelven a sentirse sobre la piel del planeta los vaivenes de la humanidad que somos. Ojalá hayamos aprendido algo.