Sandinismo rompe realidad mediática con un 60% de apoyo en elecciones municipales
El año pasado Nicaragua vivió un violento intento de golpe de estado. Fue acompañado de una intensa agenda mediática que asentó en el imaginario colectivo ciertos argumentos contra el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), dirigido por Daniel Ortega.
Uno de ellos consistió en mostrar aislada socialmente a la izquierda nicaragüense. Al no poner en contexto a los receptores de esa información, el argumento caló. Sin embargo, poco tiempo antes de la aventura golpista, se habían celebrado elecciones municipales y generales en las que el FSLN había arrasado, siendo las jornadas electorales vigiladas por la Comunidad Internacional, que las avaló como libres de fraude.
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Ese dato, capital para entender el ataque estadounidense contra Nicaragua, fue robado de la información que se ofrecía sobre el tema, al igual que la visibilidad de los resultados de las elecciones municipales celebradas ayer en la Costa Caribe del país. El Frente Sandinista de Liberación Nacional ha arrasado con más de un 60% de los votos.
Una situación que contradice las informaciones de los medios de comunicación que se plegaron al golpe de estado. La oposición de Nicaragua, parte importante del intento de subvertir la democracia del país centroamericano, ha participado en las elecciones, consiguiendo un resultado desastroso.
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La principal fuerza de la oposición, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), ha obtenido un 12,67% de los votos, lo que supone un castigo por apoyar los tranques que provocaron la muerte de varias decenas de nicaragüenses, además de ser usados por los terroristas como centro de operaciones desde donde iban a dar palizas, quemar viviendas y secuestrar a ciudadanos de izquierdas.
El FSLN ha sabido cómo vencer el golpe de estado, y a la vez usarlo para movilizar a sus bases, eliminando el cansancio que las erosionaba por doce años de gobierno consecutivo. Las elecciones en la Costa Caribe han mostrado un apoyo mayoritario en favor de la izquierda nicaragüense hoy liderada por Daniel Ortega, frente a una oposición en plena travesía por el desierto.