Frente a la abrumadora desinformación que existe sobre Haití, tanto en los medios de comunicación convencionales, como por parte de los organismos e instituciones internacionales, encontramos el crudo relato de Kevin Pina, periodista, productor y documentalista experto en Haití.
Sobre Kevin Pina debe destacarse su cobertura sobre la muerte de Ricardo Ortega Fernández, periodista español asesinado en 2004 en Haití por el ejercito estadounidense durante el golpe de estado. Tampoco pueden olvidarse sus dos documentales sobre Haití: ‘Haiti: Harvest of Hope‘ y ‘Haiti: We Must Kill the Bandits‘. Actualmente se le puede seguir a través de la radio Flashpoint y en el Haiti Information Project.
Según su testimonio, “las raíces de la crisis actual en Haití se remontan al golpe de estado de 2004“, no obstante el estallido de la actual situación se encuentra en “la ocupación militar de la ONU y las elecciones fraudulentas de 2011 y 2015“.
En 2004, hasta el golpe de estado, en el poder se encontraba Jean-Bertrand Aristide, quién fue presidente del país caribeño entre 1995 -1996 y posteriormente durante el período 2001 – 2004. Según Kevin Pina “el golpe de estado de 2004 fue una gran mentira, se alegó que Artistide había perdido el apoyo del pueblo, pero finalmente salió a la luz que el verdadero poder detrás del golpe era un traficante de drogas y un blanqueaor de dinero, se trataba del coronel Guy Philippe“, quién fue detenido en 2017, y “ahora está entre rejas en los Estados Unidos, después de traicionar a sus amos admitiendo su papel” en el golpe de estado.
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“Según el mandato del Capítulo VII de la ONU -expone Pina– se otorga a los soldados extranjeros el derecho de disparar a los haitianos con impunidad“, y es que en este capítulo se muestra cómo se “podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas“.
A partir de dicho mandato se creó “lo que se conoce como el CORE GROUP“. El ‘CORE GROUP‘, integrado por representantes de Haití de la ONU y miembros de varios países, está “liderado por Estados Unidos“. Este ente supra-estatal actúa como un comité de administradores que “dictan y dan forma al paisaje político de Haití“, hasta el punto en el que “si tienes su apoyo no hay problema, puedes liderar y ganar, de lo contrario, puedes esperar que los perros que han entrenado en la policía de Haití vayan a por ti, te disparen y te maten“. El CORE GROUP “trabaja en estrecha colaboración con la élite adinerada depredadora de Haití. El 1% de la población que controla más del 80% de la economía“.
Además, reitera Pina, “a esto hay que agregar las elecciones fraudulentas que llevaron que llevaron a Martelly al poder después de una intervención directa de la secretaria de los Estados Unidos, Hilary Clinton“. Y posteriormente “las elecciones fraudulentas de 2015 que llevaron al poder a Jovenel Moise“, así, aclara Pina “uno puede comenzar a entender porqué se produjo una situación tan explosiva“.
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Para aclarar la conexión del gobierno de Martelly con los Estados Unidos debe ponerse en el foco en el terremoto de 2010, entonces “Obama permitió a los Clinton dirigir Haití a través de la Clinton Fundation“. En este contexto se perpetró “el expolió de dinero destinado al pueblo haitiano, que fue robado por ONGs extranjeras, iglesias y cualquier persona que recaudara fondos para ayudar, pero se pusiera el dinero en sus propios bolsillos“.
Dentro de este contexto, Kevin Pina, lanza una cuestión esclarecedora sobre los hechos que acontecen en Haití y es que “¿es de extrañar que dada la animadversión de los Estados Unidos hacia Venezuela, la administración Obama y la Fundación Clinton hicieran la vista gorda cuando Martelly y Lamothe comenzaron a robar los fondos del préstamo Petrocaribe destinados a la inversión en infraestructuras para mejorar la vida del pueblo haitiano? La corrupción desatada tenía la intención de destruir el programa de PetroCaribe en Haití“, esto posteriormente “continuó con el gobierno de Jovenel Moise“.
En cuanto a Jovenel Moise cabe destacar que “está protegido por la administración Trump en lo que muchos consideran un quid pro quo“. La traición de Moise a Venezuela se consagró cuando “reconoció a Juan Guiadó, elegido por los yankees“, pero sobretodo cuando posteriormente “haría lo que muchos haitianos consideraban imperdonable, a saber, votar para invocar el Tratado de Río a través de la OEA para abrir la puerta a la intervención militar estadounidense en Venezuela“.
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Actualmente “miles de haitianos están hartos del legado y las mentiras del golpe de 2004, están hartos de monopolios de la élite depredadora, están hartos de la corrupción y la represión de la policía, están hartos de que las potencias extranjera dicten y controlen su futuro y el de sus hijos. Quieren recuperar su independencia y ya no quieren compromisos que mantengan el status quo“.
Es importante destacar que “según el sistema actual la mayoría de haitianos sienten que no importa quién sea el presidente o el primer ministro, ya que el verdadero poder recae en los extranjeros, en el CORE GROUP establecido después del golpe de estado de 2004“.
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En las calles, no ya desde estas últimas ocho semanas, sino desde hace años “los haitianos están tratando de construir su futuro. Luchan -como Kevin Pina ha comentado anteriormente- contra las potencias extranjeras, pero al mismo tiempo luchan contra los oportunistas internos, que intentan negociar por ellos y que en realidad solo están interesados en llegar a un acuerdo con Washington que los beneficie. Otros se han unido a la causa para protegerse de los crímenes que han cometido en el pasado. Sin embargo, es una lucha larga y, al final, se revela la verdad. Se expone a los oportunistas y mentirosos. Este es el camino del cambio. Este es el camino de la historia“.