La transición española es vendida en los medios, y es para muchos de nuestros líderes políticos, como una época de consenso idílico. Sin embargo de ser así hubiese pasado a los anales de la historia y de la ciencia política, pero el tiempo inexorable nos demuestra que no fue así.
Durante estos años y los últimos de vida del dictador, la violencia en las calles era palpable. La violencia de ETA y de los GRAPO se sumaba a los actos de grupos como el Batallón Vasco Español y militantes de extrema derecha llegados en su mayoría de Argentina, -tenían relación con la Tripe A (Alianza Anticomunista Argentina)- y de Italia provenientes de MSI (Movimiento Social Italiano) o de Ordine Nuovo.
Con este caldo de cultivo y en este contexto, en mayo del 76 apenas unos meses después de la muerte del dictador nos encontramos que el día 9 se producen los sucesos de Montejurra, con un saldo de dos fallecidos y varios heridos por arma de fuego.
Montejurra es un monte Navarro donde desde mediados del siglo XX se produce una reunión anual del Partido Carlista, y es denominado como el monte sagrado de la tradición por los miembros del partido. En ese emplazamiento se desarrollaron importantes batallas enmarcadas en las guerras carlistas.
Pero hay que poner en contexto lo ocurrido en esas fechas con el partido Carlista. Éste ya no era el partido que ayudó a los franquistas a vencer en la Guerra Civil, el partido liderado en ese momento por Carlos Hugo Borbón-Parma, viró la ideología del partido hacia posiciones socialistas, el “Dios, Patria y Rey” que antaño fue su lema, dio paso al “Socialismo, federalismo y autogestión”.
Previamente a la reunión anual en el pueblo de Estella aparecieron pintadas en las que se amenazaba a los “rojos” con que no podrían subir a la cumbre, en este ambiente caldeado por el momento político y estas amenazas veladas, el día 9 llegó y a la concentración se estima que acudieron 10000 personas, las cuales comenzaron la ascensión.
En la cima los primeros en llegar fueron recibidos con el fuego de al menos una ametralladora, causando la muerte de Ricardo García Pellejero, joven simpatizante del partido Carlista. Los que aún no habían comenzado la ascensión fueron sorprendidos por el oficial del ejército jubilado José Luis Marín Garcia-Verde, que abrió fuego de pistola causando la muerte de Aniano Jiménez Santos militante de HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica).
Los terroristas defendían al hermano menor de Carlos Hugo, Sixto de Borbón-Parma así como querían un giro al tradicionalismo dentro del partido, pero los atacantes no solo eran carlistas, sino que contaban con numerosos militantes de ultraderecha tanto nacionales como extranjeros, sobre todo Argentinos e Italianos, como el recientemente fallecido Stefano Delle Chiaie con un amplio recorrido de colaboración en grupos neofascistas a lo largo del mundo, desde Chile a Portugal, pasando por España, Argentina y Bolivia.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta es la falta de efectividad del despliegue de la guardia civil y de la policía armada, que no evitó los hechos y no actuaron para evitarlos, según relataron a los medios testigos de lo acontecido, finalmente los servicios de seguridad realizaron el servicio de escolta para Sixto Borbon-Parma hasta la frontera de Francia, en lugar de ser detenido. Los únicos tres detenidos por los sucesos, fueron puestos finalmente en libertad debido a la ley de amnistía del 1977 con Manuel Fraga como ministro de Gobernación, actual cartera de interior.
Pero uno de los grandes enigmas de estos acontecimientos y posteriores tanto o más sangrientos, es: ¿quién suministra las armas? ¿Qué hacen miembros de la ultraderecha de varios países armados en España? Según la obra de Diego Carcedo, estas armas, materiales de comunicación y logística partieron de instancias oficiales, en la cual se señala al General Campano, director en aquel momento de la Guardia Civil, que ofreció a Márquez de Prado, uno de los organizadores del atentado, armas de guerra, munición y equipos de comunicación, así como el hallazgo de una caja de munición del ejército español en el lugar. Que las reservas de hoteles de Sixto de Borbón-Parma y su séquito, se hicieran desde instancias oficiales apoyan esta teoría.
Pero ¿Quién fue el nombrado Stefano Delle Chiae? Se trata de un criminal neofascista que colaboró con las dictaduras latinoamericanas en los años 70 como pueden ser las de Pinochet en Chile o la de Videla en Argentina.
Buscado en Italia por planificar un golpe de estado junto con Borghese, conocido como el Príncipe negro por su origen familiar y las camisas negras de los fascistas, en Italia en 1970, que se abortó a última hora. Así como el atentado de Piazza Fontana en 1969 con un saldo de 17 muertos, y el atentado en Bolonia que se saldó con 85 muertos. En su paso por España se comenta que tuvo línea directa con Carrero Blanco para llegar al mismísimo Franco, quién autorizó las actividades políticas de los italianos en España.
Se cuenta que el día después del golpe de estado de Pinochet, se reunió con Carrero Blanco acompañado de Borghese, en esta reunión se comprometían a colaborar con los Servicios Centrales de Documentación (SECED) que les proporcionó protección e infraestructura. A este apoyo se sumaría el PENS (Partido Nacional Socialista Español) creado a finales de 1969 bajo el auspicio de Carrero Blanco y dirigido por Conesa y su mano derecha Antonio González Pacheco alias, Billy el niño.
Como vimos antes, la primera evidencia de su participación en actos terroristas en España fueron las imágenes de Montejurra, a raíz de este suceso, la actual directora de El País Soledad Gallego-Díaz y el periodista José Luís Martinez siguieron su pista en primer lugar en Navarra, y después dando con la pizzería L´appuntamento situada en Plaza de España en Madrid.
Tras la investigación de los periodistas se confirmó la presencia en nuestro país de un circulo de neofascistas fugados de la justicia italiana, y quedó al descubierto que el local se trataba del centro de reunión de este círculo, donde una de sus funciones era la de lavar dinero procedente del tráfico de armas entre otras actividades delictivas. Como consecuencia de la publicación de esta información, el local cerró al día siguiente para no volver a abrir nunca y la policía otorgó protección a los periodistas ante una amenaza cierta a su seguridad.
Entre los personajes que se situaban dentro del local podemos encontrar documentada, a parte de los ciudadanos del país alpino, la presencia de Conesa, de Billy el niño, Isidro y José Luis ambos abogados de Fuerza Nueva, y al líder de los “Guerrilleros de Cristo Rey” Mariano Sanchez-Covisa. En este ambiente, Delle Chiae se comporta como el capo de esta suerte de internacional negra, denominada en aquel momento Internacional Fascista.
En 1987, Chiae señalaba en una entrevista a El País que sectores de la policía postfranquista instigaron la matanza de los abogados de Atocha, y se rumorea que Carlos Cicuttini perteneciente al círculo del propio Delle Chiae se tratase del cuarto tirador, se conoce su participación de hecho por un informe policial de 1990.
En esa misma entrevista se le pregunta por el asesinato del juez Ocorssio con una pistola Ingram perteneciente a la policía española, entregada a los fascistas italianos. Por la fisonomía y la capacidad podría ser el mismo tipo de arma utilizado en la matanza de Atocha, sobre estos extremos, no se abrió investigación alguna por parte de las autoridades españolas.
Los contactos internacionales del fascista quedaron demostrados cuando posteriormente del funeral de Franco se produjo un encuentro en el hotel Ritz con el dictador Chileno Pinochet, según Vincenzo Vinciguerra miembro de Avanguardia Nazionale, escisión del MSI creada por el mismo Delle Chiae. Este encuentro se produjo con un abrazo del dictador, que le dijo las siguientes palabras “el viejo no se nos quiso morir” en referencia a Bernardo Leighton, opositor al régimen pinochetista y militante del Partido Demócrata Cristiano que fue ametrallado en Roma.
Todas estas cuestiones nos llevan a preguntarnos, ¿hasta qué punto estuvo en connivencia el sector más ultra del gobierno en esos momentos con los movimientos neofascistas internacionales? ¿Existe lo que se podría denominar Internacional Fascista?
Por lo que tenemos en la mesa actualmente podemos decir que existía un plan de desestabilización de la política española después de la muerte del dictador, y evitar un giro a la izquierda de la sociedad, en la que las armas corrían en esas fechas y la violencia desatada estaba a la orden del día.
Todo parece enmarcado en un plan mayor para evitar el viraje ideológico hacia posiciones cercanas a la izquierda de diversos países y que abandonen la influencia soviética, el mismo fondo de lo que pasó en Chile, pero con otros medios… Lo que allí fue Condor, aquí es ¿Gladio?