El fallecimiento de Marie Fredriksson supone un vacío importante dentro del pop rock de toda la vida. En un mundo musical en el que la industria está apostando por lo efímero, mientras la sociedad utiliza la mala costumbre del "usar y tirar", la ausencia de Roxette va a ser dolorosa.
Trágicamente, el nombre de Roxette dejará de estar encima de los escenarios. Marie Fredriksson nos ha dejado demasiado pronto, y lo ha hecho por culpa de la misma enfermedad que la incomodó durante un tiempo y a pesar de una aparente recuperación posterior. No nos gustan las reivindicaciones póstumas, ya que no hay que esperar al fallecimiento de nadie para poner en valor todos sus méritos. Sin embargo, ciertas noticias nos hacen despertar sentimientos hacia bandas que teníamos escondidos.
Origen del dúo
Para hablar de los orígenes de esta banda sueca hay que remontarse a un episodio previo, cuando Per Gessle formaba parte del grupo Gyllene Tider. Ingresó en ella en 1978, en la localidad de Halmstad, mientras Marie, por su parte, daba sus primeros pasos en Strut & MaMas Barn. Coincidieron en los escenarios y la vocalista colaboró con ellos como vocalista de apoyo, tanto en gira como posteriormente en estudio.
La llegada del primer trabajo en solitario de Marie Fredriksson, con colaboraciones de Gessle, no impidió una nueva contribución de esta en Gyllene Tider, hasta que Capitol sugirió que en el desembarco de los suecos en Estados Unidos, con el álbum The Heartland Café, la banda cambiase el nombre por uno con más impacto. Lo hicieron y se llamaron Roxette, en honor a una de las canciones más importantes de la banda británica Dr. Feelgood.
Curiosamente, aquel álbum resultó ser lo último realizado en aquel momento con algo que tuviera que ver con los Tider. Aprovechando el cambio de nombre, Gessle decidió que Marie Fredriksson sería por fin su compañera musical de ahí en adelante.
La unión hace la fuerza
Lo primero que llegó al mercado, ya como dúo oficial, fue el single “Neverending Love”, el cual formaría parte posteriormente de Pearl of Passion (1986), primer larga duración de la pareja sueca. El single fue número 3 en Suecia, y el álbum mejoró hasta el puesto 2 en las listas locales. Como primera puesta de largo, al menos en el país escandinavo, Roxette sí comenzaba a tener presencia, aunque hay que decir que Gessle, que ya había comenzado su carrera en solitario, había obtenido cierta fama con Gyllene Tider, por lo que el camino podría haber sido más llano debido a ello.
Roxette grabó desde sus primeros pasos en inglés con la intención de conquistar el mercado angosajón, pero en un primer intento, aquello no trascendió más allá de su país de origen.
El segundo esfuerzo llegó con Look Sharp! en 1988, un álbum más elaborado que irrumpió con fuerza en Suecia, pero que inicialmente no tuvo repercusión en los Estados Unidos. Inicialmente porque sucedió la magia de la música. Al parecer, un estudiante estadounidense que había vivido en Suecia, regresó con una copia del álbum y lo ofreció a un trabajador de una emisora local. Lo pinchó en la estación de radio y a partir de ahí, el interés fue en aumento hacia ellos. Porque claro, si das oportunidades, puede suceder esto. Si no las das y ofreces más de lo mismo todos los días, tal y como sucede en nuestro tiempo, la gente que vive pegada a la radio no va a descubrir nada, como sí sucedía en décadas posteriores.
¿Qué sucedió? Pues que Capitol decidió sacar una edición para el público estadounidense y, como consecuencia de ello, el single “The Look” fue número 1 en el Billboard. Repitieron puesto con el relanzamiento del single “It Must Have Been Love”, una maniobra para aprovechar el tirón del momento. Todo esto permitió el éxito de Roxette al otro lado del charco, y ya solo les quedaba intentarlo con la parte europea que todavía no les había prestado atención. El viento ya soplaba a su favor y lo consiguieron casi al instante. Ya eran populares en medio mundo.
Aprovechando la fama
Tres años más tarde del lanzamiento inicial de Look Sharp!, publican el álbum que los confirmaba como estrellas pop del momento: Joyride (1991). Parecía imposible igualar la trascendencia de su antecesor, pero a la larga lo mejoraron. El éxito ya fue rotundo en Suecia y Estados Unidos, pero también en toda Europa ya desde los primeros días de su publicación. El single homónimo “Joyride” consiguió ser número 1 en importantes mercados, mientras “Fading Like A Flower (Every Time You Live)” se quedaba a las puertas de repetir hazaña.
Con una gira mundial de importancia, el grupo fue componiendo más canciones en sus momentos libres. En hoteles, medios de transporte y demás. Gracias a esto y a varias tomas de directo, conformaron el álbum Tourism (1992). En Suecia todo lo que publicaban era número 1, por lo que aquí también repetirían. Sin embargo, y a pesar de que en buena parte de Europa el concepto del álbum funcionó, en Estados Unidos la recepción fue mucho más fría. Lo sería aún más en Crash! Boom! Bang! (1994), que ni siquiera entraría en las listas del Billboard, sin embargo, Europa seguía rendida a los pies de los suecos. Además, el single “Sleeping In My Car” se convertiría en un nuevo clásico de su repertorio.
Tras este lanzamiento y la publicación del recopilatorio Baladas en español (1996), con una adaptación de los textos francamente nefasta por parte de la persona encargada, a la cual no quiero señalar, se tomaron un merecido descanso.
Regreso triunfal y malas noticias
Tras un breve parón, con una receta musical basada en un pop rock guitarrero que se alterna con sutiles baladas, la aparición de Have A Nice Day (1999) mostró una modificación en los ingredientes. El álbum es mucho más pop y muestra leves incursiones electrónicas. Sin embargo, este detalle no hizo que la calidad se viese mermada. De hecho, puede compararse con otros trabajos del pasado. En cuanto al aspecto comercial, aún con ventas inferiores, aguantan el tirón de las nuevas tendencias.
No se puede decir lo mismo del posterior Room Service (2001), en el que las ideas parecen agotadas. A pesar de un nuevo número 1 en Suecia, el recibimiento en el exterior no fue tan abrumador. Para colmo, durante la gira del mismo, a Marie Fredriksson le diagnosticaron un tumor cerebral, por lo que la actividad musical se canceló de forma abrupta.
Recuperación y vuelta a la actividad
Tras el fuerte varapalo, Marie se centró en descansar y en la propia recuperación. Las buenas noticias llegaron cuando reanudó la actividad musical. Lo hizo con grabaciones en solitario, al igual que Per Gessle con su propia carrera y la reunión de los Gyllene Tider.
Ya en 2009, Roxette anunció su vuelta a los escenarios, evento que se plasmó en un discreto álbum titulado Charm School (2011). Sin embargo, lo importante era poder ver a Marie con ánimo. Esta vuelta al ruedo se coronó con números 1 en Alemania y Suiza, pero no así en Suecia, algo que no sucedía desde el debut Pearls of Passion.
Un año más tarde sale al mercado lo que iba a conocerse como Tourism 2, aunque finalmente se tituló Travelling (2012). Repitieron la estrategia de aunar en un mismo trabajo canciones nuevas, tomas en vivo, regrabaciones y remezclas, pero el resultado fue inferior al de Tourism, en parte por la falta de empuje de sus nuevos temas.
Último trabajo, recaída y desenlace
Tras un período en el que ambos integrantes se ocuparon de sus proyectos, se reunieron para conmemorar el 30 aniversario de Roxette, que llegó antes de lo previsto. En 2016 ve la luz Good Karma, y cuando iba a ser presentado en vivo, un nuevo mazazo llega en forma de recaída. Marie Fredriksson vuelve a luchar contra el cáncer. Desde entonces, se había dedicado a ello en cuerpo y alma hasta que, finalmente, hace unos días llegó la trágica noticia. Marie fallecía a la edad de 61 años. Una mujer luchadora, con vitalidad, y una figura que brilló con luz propia sobre todo a finales de los 80 y durante la década de los 90, claro está, con su compañero Per Gessle.
Nada nos privará de seguir escuchando sus canciones. Lo que ya no podremos ver es la vitalidad del dúo sobre los escenarios.
Los de Halmstad han vendido más de 75 millones de discos en todo el mundo, han conseguido varios números 1, tanto con los álbumes como con ciertos singles, y han entregado una gran cantidad de material de buen pop rock. Casi todos recordamos los mejores momentos de una formación muy querida por la gente.
Discografía seleccionada (Top 5)
5. Pearls of Passion (1986; EMI)
El debut de Roxette todavía no contenía temas con el potencial que sí mostrarían en álbumes posteriores. Sin embargo, los ingredientes ya se estaban cocinando. Pearls of Passion tiene mucho de pop rock y la new wave, pero también ritmos bailables. Producido por Clarence Öfwerman, contiene algunos cortes de referencia como la enérgica “Soul Deep” o el primer single “Neverending Love”. No tuvo repercusión internacional, pero escaló hasta el puesto número 2 de la lista sueca. ¿Por qué el debut no llegó a trascender fuera de sus fronteras de origen? Hay que entender que todavía estaban perfilando su sonido definitivo y por ello no existen los momentos de lucidez que sí contendrían Look Sharp! o Joyride. La producción es muy ochentera, y por aquel entonces, muy similar a la de otras formaciones.
Canciones destacadas: “Soul Deep”, “I Call Your Name”, “Neverending Love” y “So Far Away”.
4. Have A Nice Day (1999; EMI, Roxette Recordings)
El descanso les trajo aires renovados, pero sin demasiados sobresaltos. La principal diferencia radica en que la parte más eléctrica del dúo sueco apenas aparece, las composiciones son mucho más pop y emplean elementos electrónicos. Lo presentaron con “Wish I Could Fly”, un buen single de adelanto en el que ya dejaban entrever su pequeño giro musical. Esta amabilidad también aparece en medios tiempos como “Salvation” o “Anyone”. Mientras tanto, los giros más bailables como “Crush on You” o “You Can’t Put Your Arms Around What’s Already Gone” poseen momentos de buena pegada y melodías con gancho. La fórmula les salió bien. Alcanzaron un nuevo número 1 en Suecia y se posicionaron en los puestos altos de buena parte de las listas de medio mundo. El futuro no sería tan brillante ni positivo.
Canciones destacadas: “Crush on You”, “Wish I Could Fly”, “Anyone” y “Stars”.
3. Crash! Boom! Bang! (1994; EMI)
Este disco llega cuando Roxette se encuentra en la cresta de la ola del pop rock del momento. Con la responsabilidad de ofrecer un trabajo a la altura de las expectativas, vuelven al formato convencional tras el experimento de Tourism. Crash! Boom! Bang! también se convierte en un superventas, gracias sobre todo a la eficaz combinación de canciones enérgicas, medios tiempos pegadizos y sentidas baladas. No se mueven demasiado del terreno que habían explorado en el pasado, por lo que se dedicaron a entregar lo que todo el mundo esperaba de ellos. Y sí, las canciones están a la altura. El tema título es de los que más sobresale, y se rodea de otros grandes cortes como “Run To You” o “Vulnerable”. Quizá el hit más potente es “Sleeping In My Car”, número 1 en su Suecia natal. Objetivo superado.
Canciones destacadas: “Crash! Boom! Bang!”, “Fireworks, “Run to You” y “Sleeping In My Car”.
2. Look Sharp! (1988; EMI, Parlophone)
El ansiado triunfo de Roxette no llegó hasta Look Sharp!, si bien no lo consiguió tampoco en un primer instante. Hubo que esperar unos meses para que los Estados Unidos comenzasen a darle una oportunidad más que merecida. Obviamente, en Suecia fue todo un suceso desde el primer día. El single “The Look” triunfó en prácticamente todo el mundo, pero ese hit goloso de clara tendencia pop no estaba solo. Se acompañó con estratosféricas gemas de la talla de “Dressed for Success” y “Dangerous”, además de tiernas baladas como “Listen To Your Heart”. Hasta el día de hoy, el álbum ha vendido más de 9 millones de copias alrededor del mundo, con numerosos certificados de platino en varios mercados musicales de gran importancia.
Canciones destacadas: “The Look”, “Dressed for Success”, “Dangerous” y “Listen To Your Heart”.
1. Joyride (1991; EMI)
No hay una gran diferencia sonora con respecto a Look Sharp!, aunque la experiencia les ha dado mayor consistencia en las canciones que no sobresalen tanto, por lo que estamos ante el disco más regular. Roxette nos han acostumbrado varios hits por disco, pero les faltaba ser más cuidadosos en los segundas espadas. Con Joyride demostraron que podían hacerlo. Sí, hay hits, como por ejemplo el corte homónimo, “Fading Like A Flower (Every Time You Leave)” o la celebrada “Spending My Time”, pero composiciones como “Hotblooded”, “I Remember You” o “Big. L“, hablan a las claras de la calidad de este trabajo. Pop guitarrero con buenas melodías y un puñado de temas absolutamente coreables. El mejor de toda su discografía.
Canciones destacadas: “Joyride”, “Hootbloded”, “Fading Like A Flower (Every Time You Leave)” y “Spending My Time”.