¿Os acordáis de lo que pasó con el Watch Dogs? Las expectativas estaban tan altas que esperábamos un juego de 10, nos ofrecieron un título de siete y medio u ocho -depende de los gustos particulares de cada jugador-, y nos supo a un aprobado raspado en el mejor de los casos. Al menos en las primeras semanas.
Es complicado frenar la caída de unas expectativas demasiado altas, por lo que juzgar equilibradamente un show como el de Xbox ayer es como acostumbrarse después de seis entregas de Gears Of War a un cargador de seis balas de la gnasher. Imposible.
Al final el corazón gamer acaba llorando porque “esperaba un gameplay de Fable“, “aún no sé de qué va Everwild“, “¿qué pasó con InXile y The Iniciative“, “¿y el Flight Simulator?“, “¿por qué no han presentado nuevos estudios?“, entre algunas otras heridas abiertas ayer por comparar la realidad existente con la creada por insiders y ejecutivos (¡Hola Krobille! ¡Qué passa Aaron Greenberg!).
Nos dijeron que esperásemos “todo y más“. Y para el “todo” faltaron gameplays, faltaron fechas, faltaron los proyectos de varios estudios first. Y para el “y más” faltaron nuevos estudios con nuevas IPs o reboots.
Si el Xbox Games Sowcase de ayer se hubiera presentado como un Inside más, hubiera sido apoteósico. La estrategia de “poco a poco” de Microsoft es legítima, y acertada en mi opinión, pero no deben anunciarla como un “evento en el que os daremos todo” para que luego el bueno de Aaron diga que tienen más balas en la recámara, ¡ya lo sabíamos, lo que queríamos era verlas disparadas!
Si Phil Spencer lo hubiera dado todo ayer, sabiendo cómo es la prensa de los videojuegos, Sony hubiera presentado en el próximo State Of Play un bombazo que la mayoría de las webs especializadas hubiera inflado para arrebatar el merecido protagonismo a Microsoft.
La cuestión es que sabemos que hay Age Of Empires, Battletoads, The Iniciative, InXile, estudios nuevos, novedades en la suscripción Live y Ultimate, Xbox Lockhart, nos falta por saber el precio… Y la estrategia de paso a paso esperando la respuesta de Sony no puede ser vendida como el todo o nada que esperábamos.
Ahora bien, objetivamente no se puede decir que sea un desastre, pero ni de lejos. Se confirma la apuesta por el Gamepass, que es lo mejor en el mundo de los videojuegos de la última década como mínimo. Solo con pensar en jugar al Avowed, Fable, State Of Decay 3, Halo Infinite… de salida sin pagar más y teniendo xCloud ya merece la pena apostar por las consolas de Microsoft.
Llegan RPGs de mucha calidad por parte de estudios first, el salto de calidad en la saga State Of Decay se antoja infartante, se profundiza la apuesta por juegos japoneses, y la variedad en el catálogo es deliciosa.
Yo, por mi parte, voy a luchar contra la berserker que llevo dentro para no perder el control de mi hype, habiendo comprobado que Microsoft no va a desvelarlo todo de una sola vez, para no perder la batalla mediática contra Sony, ya que es la que termina dibujando la realidad que se impone a la hora de elegir una u otra consola.
Mientras tanto me voy a jugar al Gears 5, que ha llegado la Operación 4 y yo aún no he conseguido a Ben Carmine.