Estaba caminando por la calle, pensando en cuestiones alejadas de la política, cuando me cruzo con un hombre que llevaba una sudadera con los colores nacionales de Colombia -que son los mismos que los de Ecuador y Venezuela debido a la fundación de la Gran Colombia en 1819-, y el nombre de esa nación en grande en el pecho.
Pensé entonces en Piedad Córdoba y la ocasión que perdieron los colombianos de tener a una mandataria de talla mundial. Eso dirigió mi mente al actual presidente de la nación neogranadina, Iván Duque. Desde que llegó al cargo, he visto más declaraciones suyas sobre Venezuela que de otras cuestiones que afectan a su país.
Beneficiado por el silencio mediático con el que el capitalismo imperial esconde a sus mandatarios más torpes, Iván Duque ha provocado la ruptura de los acuerdos de paz con una parte de las FARC, volviendo a afectar a los sectores sociales más desprotegidos en Colombia, y a las poblaciones fronterizas venezolanas.
No ha sido capaz de evitar las muertes de niños por inanición, ni los asesinatos de activistas de izquierdas que se producen casi cada día, ni de mejorar la situación de pobreza y precariedad que sufren los colombianos. Sin embargo, varias veces por semana sale en los medios hablando de la terrible situación que vive Venezuela. Dando lecciones sobre cómo gobernar.
Para Iván Duque, los planes de Estados Unidos que tienen como objetivo que sus empresas privadas puedan explotar los recursos de Venezuela, son más importantes que las vidas de sus gobernados. Algo que aclara su apoyo a una intervención militar en el territorio vecino que, de darse, desencadenaría una guerra civil que terminaría con la vida de cientos de miles.
Porque si ni siquiera es capaz de sentirse interpelado por el sentimiento de nación en el que tanto se refugia, ¿cómo iban a importarle las vidas de los que están en otra frontera trazada artificialmente por el hombre?
El silencio mediático que lo rodea impide que se le conozca, y por lo tanto que se sepa que la situación en Colombia es tan nefasta que más de 5 millones de colombianos siguen en Venezuela pese a la crisis inducida que sufre la nación gobernada por Nicolás Maduro.
Entonces si aceptamos que el país bolivariano es el “infierno” que detallan los mismos medios de comunicación que ocultan la situación en Colombia, ¿qué es la nación gobernada por Iván Duque cuando ni sus propios ciudadanos quieren regresar?