La corrupción señala al mandatario de Honduras Juan Orlando Hernández
La dictadura establecida en Honduras tras el golpe de estado a Manuel Zelaya (Mel) en 2009, está hoy dirigida por Juan Orlando Hernández (JOH), miembro del Partido Nacional (PN), con mano de hierro que incluye una persecución incluso mortal de la oposición, mediante los escuadrones de la muerte.
Juan Orlando Hernández está en el poder de manera ilegal e ilegítima, simplemente por su control de todos los poderes del estado. La Constitución de Honduras de 1982, vigente a día de hoy, establece de manera cristalina que no es posible presentarse a la reelección, cosa que JOH sí ha hecho con la aprobación obediente de los poderes electoral y judicial. Además, para ganar JOH cometió fraude en las dos ocasiones en las que ha competido electoralmente. En la última de ellas el fraude fue confirmado por los expertos electorales enviados por la OEA, pese a que después el secretario general de esa organización, Luis Almagro, silenció los informes que lo demostraban.
Durante el proceso judicial del llamado “Caso Pandora“, la principal causa contra la corrupción que más ha escandalizado a Honduras en los últimos tiempos, se ha dado a conocer que JOH sabía del robo a las instituciones públicas, y que no solo lo amparó, sino que se aprovechó de él. Primero, financiando su campaña interna para lograr ser el candidato presidencial del PN en las elecciones de 2013, y más tarde financiando sus campañas electorales y los fraudes electorales contra sus principales adversarios, Xiomara Castro de Zelaya primero, y Salvador Nasralla después, ambos candidatos sustentados por el Partido LIBRE dirigido por Manuel Zelaya.
Estas aseveraciones han sido efectuadas por Omar Menjivar, abogado de Fernando Suárez, pieza clave del caso por ser el representante legal de la Fundación Di Battista, desde la que se llevó a cabo esta trama de corrupción que ha explotado en el peor momento posible para JOH, ya que su hermano Tony Hernández ha sido acusado por la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) de conspiración para distribuir toneladas de cocaína en el país del norte, y por otros delitos relacionados con armas.