20 grandes discos de pop y pop rock (décadas 60 y 70)
Bajo los patrones del pop rock se han escrito numerosas páginas de oro en forma de álbumes excelentes. Obviamente, muchos de los discos englobados dentro de tales márgenes contienen elementos que abrazan otros sonidos, puesto que la música es mucho más flexible de lo que algunos pueden llegar a pensar.
Dentro de la sección cultural del diario digital, en la cual yo me encargo de la parte más musical, se ha iniciado una serie de pequeñas secciones para mantener un orden entre todos los artículos. Una de ellas se basa en recomendaciones o en listas de discos que son y serán separadas por estilos, diversos factores cronológicos o bien por diferentes escenas musicales.
Tras publicar algunas listas, una dividida en dos partes (aquí la 1ª y la 2ª) sobre álbumes de AOR en el que pretendo dar visibilidad a aquellos que no pertenecen a sus grupos más afamados, más otra de cantautores, he decidido esta vez invitaros a navegar por las amplias aguas del pop rock dentro de las décadas de los 60 y 70, aunque aviso que, como sucederá con otros estilos, iré avanzando hasta la actualidad.
No pretendemos que sea un “los mejores discos de…”, para nada, más bien de reunir veinte grandes obras musicales, sin más aspiración que la de compartir algo de información sobre las mismas y que la lectura sea lo más amena posible para acercar a personas con diferentes grados de interés musical.
Sentaos y disfrutad. Comienza la función.
The Kinks – The Kinks Are the Village Green Preservation Society (Pye; 1968)
Los británicos The Kinks habían puesto los cimientos del hard rock primitivo gracias a canciones como “You Really Got Me” y “All Day Of The Night”. Años más tarde, Ray Davies y los suyos optaron por dejar ese camino para abrazar el pop rock de una escuela más beatleliana, pero también por álbumes conceptuales que coincidieron con su alejamiento de las listas de éxitos. Precisamente, el álbum que nos ocupa es uno de ellos, y está basado en la vida de aldeas inglesas, pero también en recuerdos.
Su comercialización fue un fracaso, aunque tiene su explicación, puesto que coincide con un refinamiento compositivo de Davies, con el hecho de que no cuente con un single claro, y con el error de no incluir el sencillo “Days” en el álbum. A día de hoy es uno de sus mejores trabajos.
Canciones destacadas: “The Village Green Preservation Society”, “Do You Remember Walter”, “Picture Book” y “Village Green”.
The Cars – The Cars (Elektra; 1978)
The Cars aparecieron cuando comenzaba a emerger la new wave. No desaprovecharon la ola y surfearon sobre ella, aunque ellos optaron por combinar sus elementos para fundirlos con el power pop y el rock. Este debut homónimo es un auténtico clásico del movimiento que, aunque no fue el álbum de la banda que más lejos llegó en las listas estadounidenses y británicas, sí contiene gran parte de sus canciones más clásicas.
The Cars contó con la brillante producción de Roy Thomas Baker, conocido principalmente por haber trabajado con Queen, y con la grandísima inspiración de su líder Rick Ocasek, quien demostró tener un gran talento para componer temas efervescentes de gran calado melódico. En total consiguió vender más de 6 millones de discos solo en los Estados Unidos, pero esas ventas fueron llegando a cuentagotas con el paso del tiempo.
Canciones destacadas: “Good Times Roll”, “My Best Friend’s Girl”, “Just What I Needed” y “Moving In Stereo”.
Elvis Costello & The Attractions – Armed Forces (Radar Records; 1979)
Tercer disco de estudio de Elvis Costello, el segundo con la banda The Attractions y el primero en el que ésta aparece acreditada. Aunque el autor ya había cosechado un gran éxito con el hoy clásico This Year’s Model tan solo un año antes, lo cierto es que Armed Forces contó con una producción más ambiciosa a cargo de Nick Lowe. Los textos están más trabajados, y aunque las canciones resultan igual de fantásticas que las de su antecesor, debido a la instrumentación y a las melodías vocales, las que aquí se incluyen resultan más fáciles de asimilar. La propia canción inicial, “Accidents Will Happen”, o la celebrada “Oliver’s Army”, son un buen ejemplo de lo que describo.
Además, este trabajo llegó más lejos en las listas de los Estados Unidos y del Reino Unido, consiguiendo a su vez mayores ventas. Aunque con una discografía ejemplar, creo que jamás ha logrado igualarlo en frescura y calidad.
Canciones destacadas: “Accidents Will Happen”, “Oliver’s Army”, “Party Girl” y “Two Little Hitters”.
The Velvet Underground – The Velvet Underground (MGM; 1969)
El álbum pop de la Velvet. Pop a su estilo, claro, pero es cierto que hablamos de su álbum menos experimental, y en el que prima el formato canción por encima de todo. De hecho, contiene bastantes pasajes acústicos y diversos elementos folk que nos llevan a una calma sorprendente cuando en los dos anteriores trabajos de la banda primaba la tormenta. ¿Posibles explicaciones? Una de ellas pudo ser la partida de John Cale (sustituido por Doug Yale), posiblemente su miembro más anárquico, y la otra, pues que les habían robado parte del equipo en un aeropuerto antes de comenzar las grabaciones.
Estamos ante un trabajo muy sincero y emocional, sobre todo por los textos de Lou Reed, y es cierto que probablemente sea el disco que menos suene a la Velvet, pero supieron sobreponerse a las adversidades y mostrar su cara más elegante. Muy influyentes a pesar de no haber sido unos superventas.
Canciones destacadas: “Candy Says”, “What Goes On”, “Pale Blue Eyes” y “Beginning To See The Light”.
The Byrds – Younger Than Yesterday (Columbia; 1967)
Para muchos fueron la respuesta a The Beatles desde los Estados Unidos, aunque el sonido pop rock de estos, que también bebía puntualmente de la psicodelia, estaba más influenciado por el folk y el country. Con su primer trabajo consiguieron el número uno a ambos lados del Atlántico gracias a una versión del “Mr. Tambourine Man” de Bob Dylan, y repetirían en álbumes posteriores con otras puntuales covers del genio de Minnesota. De hecho, en este cuarto trabajo incluyen “My Back Pages”, que aunque no consiguió la misma repercusión, es uno de los mejores temas del álbum, si bien es cierto que se acompaña de formidables canciones de cosecha propia como “Have You Seen Her Face” o “Everybody’s Been Burning”. La formación, que siempre fue variable, estaba compuesta aquí por Jim McGuinn, David Crosby, Chris Hillman y Michael Clark.
Canciones destacadas: “So You Want to Be a Rock ‘n’ Roll Star”, “Have You Seen Her Face”, “Everybody’s Been Burned” y “My Back Pages”.
Big Star – #1 Record (Ardent; 1972)
Cualquiera de los tres primeros álbumes de estudio de Big Star podrían estar ocupando este lugar, principalmente porque la calidad de cada uno de ellos es incontestable. Me he decantado por su debut debido a una cuestión que tiene que ver con la frescura de las composiciones, y porque la aparición del mismo fue un empujón al power pop que ha dejado joyas de una exquisitez abrumadora. Liderados por Alex Chilton y Chris Bell, sus principales compositores, elaboraban canciones con fabulosas armonías vocales y mostraban todo su sentimiento a través de brillantes guitarras. Han sido enormemente influyentes, de hecho, de ellos se encuentran influencias en bandas como R.E.M., sin embargo, nunca han vendido grandes cantidades de discos, es más, la mala distribución del que nos ocupa hizo que apenas llegasen a las 10.000 copias en las primeras ediciones.
Canciones destacadas: “Feel”, “The Ballad Of El Goodoo”, “In The Street” y “Thirteen”.
John Lennon/Plastic Ono Band – John Lennon/Plastic Ono Band (Apple; 1970)
Tras varios experimentos llevados a cabo con Yoko Ono, los cuales fueron un auténtico desastre aunque muy terapéuticos para el artista, aparece en escena uno de los trabajos que mejor muestra el talento compositivo del ex-Beatle. El álbum expone a un artista completamente honesto de cara a los oyentes, sin esconder absolutamente nada en las canciones, pues prácticamente todas ellas dejan bien claro sus miedos, sus vivencias e inquietudes, dejando una sensación de angustia y de pesimismo que llega a asustar. Por suerte, la instrumentación, sencilla pero bella, ayuda a digerir todo su contenido con cierta facilidad. No hay más que escuchar “Mother”, “God” o “Working Class Hero” para entender que Lennon le hablaba al mundo, y lo hacía por plena necesidad.
Canciones destacadas: “Mother”, “Working Class Hero”, “Isolation” y “God”.
Kate Bush – The Kick Inside (EMI; 1978)
Kate Bush comenzó a escribir cuando apenas pasaba de los diez años de edad. Es por ello que parte del material que fue creando se vio registrado en algunas demos, una de ellas producida por el propio David Gilmour de Pink Floyd, figura impulsora de la artista. En su álbum debut, The Kick Inside, Kate cuenta con la colaboración de un amigo del propio Gilmour. Se trata de Andrew Powell, encargado aquí de las labores de producción y de tocar varios instrumentos.
Prácticamente todos los músicos que tocan en el disco tienen que ver de alguna forma con el rock progresivo, aunque las canciones que aquí se incluyen tienen mucho más que ver con el pop sofisticado, como por ejemplo “Wuthering Heights”, single con el que la artista consigue el número uno en el Reino Unido. Un tema que se inspira en la adaptación que la BBC hizo de la novela Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, la cual Bush leyó después, descubriendo también que compartía día de cumpleaños con la autora.
Canciones destacadas: “Moving”, “The Saxophone Song”, “The Man With the Child in His Eyes” y “Wuthering Heights”.
Paul McCartney & Wings – Band on the Run (Apple; 1973)
Band On The Run es quizá el trabajo más valioso de Paul McCartney tras su marcha de The Beatles, y el que pone de manifiesto hasta dónde podía llegar sin sus antiguos compañeros. Estamos ante un trabajo grabado a caballo entre Nigeria y el Reino Unido, en el que el pop rock circula por diferentes corrientes sonoras, dotando de mayor empaque y variedad la propuesta del artista. A decir verdad, aquí hay mucho del propio Paul junto a Linda, puesto que parte de los integrantes de la formación abandonaron el barco antes de su grabación, reduciéndose a tres integrantes más la colaboración puntual de músicos como Ginger Baker o Tony Visconti.
Composiciones como la inicial homónima o la espectacular y electrizante “Jet” , dejan un gran sabor de boca y con ganas de volver a repetir la experiencia. El disco fue número uno en los Estados Unidos y en Reino Unido.
Canciones destacadas: “Band On The Run”, “Jet”, “Let Me Roll It” y “Nineteen Hundred and Eighty Five”.
Fleetwood Mac – Rumours (Warner Bros; 1977)
Un quebradero de cabeza para los coleccionistas que ordenan sus discos por estilos. Y es que Fleetwood Mac ha llevado su música con mucho acierto a diversos sonidos como el blues, el folk, el rock, y por supuesto también al pop. Y si nos detenemos en el pop, hay que hablar sí o sí de su álbum Rumours.
La llegada de Stevie Nicks y Lindsey Buckingham en 1975 ya les había reportado su primer número uno en el Billboard con el disco homónimo, sin embargo, con este trabajo publicado dos años más tarde rompieron todos los registros, consiguiendo veinte discos de platino en los Estados Unidos y trece en el Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia. Su brillante producción sacó lo mejor de unas fabulosas composiciones que coqueteaban sin problemas con el rock melódico y el folk. No tiene apenas puntos débiles.
Canciones destacadas: “Dreams”, “Go Your Own Way”, “The Chain” y “You Make Loving Fun”.
David Bowie – Hunky Dory (RCA; 1971)
De todas sus obras maestras enmarcadas en la década de los 70, Hunky Dory es quizá su álbum más pop, aunque el mismo establece diferentes caminos hacia el folk y el piano rock de corte glam. De hecho, los pianos cobran aquí muchísimo protagonismo debido a que Bowie decidió utilizarlos para dar forma a las composiciones. Algunos de ellos fueron grabados en el disco por el propio artista, aunque una gran mayoría los plasmó el gran Rick Wakeman. Mención especial también para las puntuales guitarras de Mick Ronson, con las cuales hace un brillantísimo trabajo. El bajista Trevor Bolder, que se unió a Bowie en este álbum, sería conocido junto a Ronson y el batería Woodmansey como las Spiders From Mars a partir del posterior y también icónico álbum, mucho más rockero y directo.
Desde el mítico estribillo tartamudeado de “Changes” hasta la joya final “The Brewlay Brothers”, pasando por la épica “Life On Mars?”, el disco destila elegancia y calidad en cada una de sus melodías.
Canciones destacadas: “Changes”, “Oh! You Pretty Things”, “Life On Mars?” y “Quicksand”.
The Beach Boys – Pet Sounds (Capitol; 1966)
Existe una influencia directa del Rubber Soul de The Beatles en este Pet Sounds, y así mismo lo hacía saber el bueno de Brian Wilson. The Beach Boys abandonan las canciones sencillas de surf pop para adentrarse en el barroco musical, poniendo mayor énfasis en los textos, en la instrumentación y también en la producción. Así pues, nos encontramos ante una colección de canciones donde habitan algunas de las mejores melodías fabricadas por la banda, y además las enriquecen con sonidos procedentes de un sinfin de instrumentos, timbres de bicicleta, etc. Contiene varios clásicos como “Wouldn’t It Be Nice” y “God Only Knows”.
Pet Sounds llegó hasta el número dos en el Reino Unido y el tres en los Estados Unidos, pero también se convirtió en un álbum clave de la historia del pop.
Canciones destacadas: “Wouldn’t It Be Nice”, “Sloop John B”, “God Only Knows” y “Caroline No”.
Todd Rundgren – Something/Anything (Bearsville; 1972)
Sería injusto reducir este trabajo a una mera etiqueta musical debido a su carácter ecléctico y a sus ambiciosas aspiraciones, pero en caso de hacerlo es mejor englobarlo dentro del pop rock, eso sí, de una exquisitez no siempre apta para todos los oídos. Rundgren no es un nombre muy conocido para las grandes masas y si no tienes interés por la música, pero si es así, sabes que estás ante un artista verdaderamente importante, no sólo por sus obras con Utopia, en solitario o con sus diferentes proyectos, sino también por ser un productor de éxito.
Something/Anything? muestra una parte de lo que es Todd, tocando todos los instrumentos en la mayoría de canciones, mostrando un gran gusto por la melodía y con una dosis de experimentación que en otros discos es todavía más patente. Contiene los hits “I Saw The Light” y “Hello It’s Me”.
Canciones destacadas: “I Saw The Light”, “It Wouldn’t Have Made Any Difference”, “Couldn’t I Just Tell You” y “Hello It’s Me”.
The Beatles – Abbey Road (Apple; 1969)
Es difícil elegir solo uno de los muchos discos influyentes que posee el cuarteto de Liverpool, pero me decanto por Abbey Road porque en él está prácticamente todo lo que han querido reflejar The Beatles en dosis ciertamente ajustadas.
Con un ambiente ya fragmentado por las tensiones, aún así supieron sacar a relucir todo su talento al servicio de unas canciones que están a la altura de cualquier otro trabajo del grupo. En la primera cara tenemos el ritmo marcial de “Come Together”, la respuesta de Harrison con “Something”, en un momento en el que George parecía casi marginado, la desgarradora “Oh! Darling” y la extensa y psicodélica “I Want You (She’s So Heavy)”, mientras que en la segunda arrancan con la fenomenal e hímnica “Here Comes The Sun”, y se atreven con una serie de viñetas sonoras que juntas forman una suite de pop progresivo.
Canciones destacadas: “Come Together”, “Something”, “I Want You (She’s So Heavy)” y “Here Comes The Sun”.
Sparks – Kimono My House (Island; 1974)
El grupo estadounidense, liderado por los hermanos Ron y Russell Mael, es uno de los más camaleónicos y artísticos que ha dado el mundo de la música. En algunas ocasiones han sido emparentados con Queen, aunque en una vertiente más pop en el momento en que los de Mercury y compañía estaban más enfocados hacia el rock.
Sparks comenzaron pisando fuerte, de hecho, sus cinco primeros trabajos no deberían ser ignorados por ningún melómano. De ese ramillete imprescindible hay uno que sobresale por encima de todos, y ese es Kimono My House, en el que fusionan un sofisticado pop rock elementos glam. El mejor ejemplo de lo que explico podría ser la canción inicial, un delicioso caos que lleva por título “This Town Ain’t Big Enough for Both of Us”. Voces en falsete, pianos frenéticos, potentes guitarras, y todo ello envuelto en una capa de ópera pop rock que realmente atrapa. El resto del álbum también está a un nivel sobresaliente.
Canciones destacadas: “This Town Ain’t Big Enough for Both of Us”, “Amateur Hour”, “Here in Heaven” y “Thank God It’s Not Christmas”.
Elton John – Goodbye Yellow Brick Road (DJM; 1973)
A pesar de ser un músico al que se le conocen decenas de canciones que han trascendido entre el gran público, a nivel de discos le ha costado algo más para mantener la regularidad. Si alguna vez se ha mostrado sólido ha sido precisamente en la década de los 70, época en la que publica un ramillete de excelentes álbumes, siendo quizá Goodbye Yellow Brick Road su punta de lanza.
Antes ya se había ganado una gran reputación gracias a su álbum homónimo, y a otros tremendamente ambiciosos como Tumbleweed Connection, Madman Across The Water o Honky Château, pero el que aquí destacamos, además de contener elaboradas y elegantísimas composiciones como la suite inicial “Funeral For A Friend/Love Lies Bleeding”, la tierna “Candle In The Wind”, la fascinante “Bennie and the Jets” o la ultra melódica canción homónima, fue acreditado con nada menos que ocho discos de platino en los Estados Unidos y uno en el Reino Unido, siendo también número uno en ambos países.
Canciones destacadas: “Funeral for a Friend / Love Lies Bleeding”, “Candle in the Wind”, “Bennie and The Jets” y “Goodbye Yellow Brick Road”.
The Police – Reggatta de Blanc (A&M; 1979)
No se puede negar que el efervescente y endiablado debut Outlandos D’Amour es un magnífico álbum de power pop enfocado a la new wave con ciertas reminiscencias punk. Además contenía las archiconocidas “Roxanne”, “So Lonely” y “Can’t Stan Losing You”, sin embargo, el posterior Reggatta de Blanc es más refinado, su nervio está canalizado de forma diferente y a nivel musical encontramos a un trío en plena forma. En él volvemos a encontrar un pop rock buceando en la new wave, aunque esta vez dejan entrever con mayor profundidad su gusto por el reggae, en el cual se sumergen en diversas composiciones. Es cierto que, como digo, tanto Sting como Andy Summers están absolutamente inspirados, pero la labor que hace Stewart Copeland en la batería es impagable.
Aquí consiguieron su primer número en la lista de singles de su país con “Message In A Bottle”, repitieron con “Walking On The Moon” y recibieron un Grammy por la instrumental composición homónima. El disco también fue número uno en el Reino Unido.
Canciones destacadas: “Message In A Bottle”, “Reggatta de Blanc”, “Bring On The Night” y “Walking On The Moon”.
Billy Joel – The Stranger (Columbia; 1977)
Quitando su álbum debut, en el que era un músico absolutamente desconocido, sus obras posteriores casi siempre han gozado de grandísimas ventas. A pesar de ello y de la popularidad que ha ido adquiriendo con el paso de los años, ninguno de sus álbumes está a la altura del sobresaliente The Stranger, un trabajo que vio la luz en 1977 y que nos muestra a un Billy Joel tremendamente inspirado.
A lo largo de las nueve composiciones, todas firmadas por el propio artista, nos muestra unos textos de cierto calado poético, engalanados con unas melodías fabulosas y una producción de nivel. Pop rock con dejes de piano rock y soft rock que cuenta con la producción de Phil Ramone, una eminencia que ha trabajado con varios de los mejores músicos de jazz.
Canciones destacadas: “Movin’ Out (Anthony’s Song)”, “The Stranger”, “Scenes From an Italian Restaurant” y “Vienna”.
Badfinger – Straight Up (Apple; 1971)
Hace unos meses realicé un artículo en el que desgranaba la trágica historia que ha rodeado a este grupo, el cual contó no sólo con el apoyo de la discográfica de The Beatles, sino también de Paul McCartney y George Harrison. De hecho, éste último produce parte del álbum que nos ocupa junto a Todd Rundgren, músico que aparece con un trabajo destacado en este mismo artículo.
El power pop de Badfinger, de una valía impresionante, reúne todas las virtudes en Straight Up, disco que llega a situarse por encima de su antecesor y también respetadísimo No Dice. Cualquiera que les dé una oportunidad se quedará prendado de canciones como “Baby Blue” o “Day After Day”.
Muchos vieron en ellos a los más firmes herederos del cuarteto de Liverpool, pero el infortunio se cruzó en su camino, y los que más lo sufrieron fueron Pete Ham y Tom Evans, sus principales compositores.
Canciones destacadas: “Take It All”, “Baby Blue”, “Name Of The Game” y “Day After Day”
Lou Reed – Transformer (RCA; 1972)
Tras dejar The Velvet Underground, Lou Reed no había comenzado demasiado bien su aventura en solitario.
Su suerte cambió cuando conoció a David Bowie y se hicieron amigos, ya que éste decidió ayudarlo para que levantase el vuelo. Bowie mostró tanto empeño que quiso participar actívamente en el disco y trajo consigo a su mano derecha, el guitarrista Mick Ronson. Ambos producen y tocan en Transformer, un álbum de pop rock de corte glam que contiene varias de las mejores canciones de la carrera de Reed en solitario. Por supuesto me refiero a “Perfect Day”, “Satellite of Love” y a la vanguardista “Walk On The Wild Side”, que sorprendentemente se convirtió en un himno imperecedero.
El disco consiguió buenas posiciones en las listas más importantes del mundo, e incluso fue número uno en Francia. También es el único disco de platino que consiguió Lou el músico estadounidense en el Reino Unido.
Canciones destacadas: “Vicious”, “Perfect Day”, “Walk On The Wild Side” y “Satellite of Love”.