Alfredo Pérez Rubalcaba, el PSOE y el régimen del 78
La semana pasada falleció Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente del segundo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ministro en distintas carteras durante las presidencias de Felipe González y Rodríguez Zapatero y miembro del Partido Socialista Obrero Español entre 1974 y su fallecimiento.
Al conocerse su muerte, los principales medios de comunicación del país se lanzaron a publicar panegíricos de su figura, ensalzando Rubalcaba como un hombre de estado, y destacando el consenso existente entre los distintos partidos sobre la importancia que había tenido para la política española. Personajes como Pedro Sánchez y Mariano Rajoy publicaron artículos en los que alababan la figura del antiguo vicepresidente, y unas 8.000 personas visitaron su féretro en el Congreso de Diputados.
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Este consenso entre los principales partidos políticos y los medios de comunicación no es casual: Rubalcaba es el mejor ejemplo de aquello en lo que se ha convertido el PSOE desde la transición hasta la actualidad. De hecho, si leemos los mencionados artículos, vemos como lo que más se destaca de Rubalcaba es su condición de hombre de estado.
Con la llegada de la democracia en España, después de la dictadura de Francisco Franco, pero principalmente desde el primer gobierno de Felipe González, el PSOE se convirtió en una de las patas principales del régimen del 78. Este régimen, todavía vigente en el país, se basa en tres pilares: la monarquía, el nacionalismo español, y el capitalismo. Para ello, el PSOE tuvo que olvidarse de los conceptos Socialista y Obrero de sus siglas, quedándose en Partido Español.
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En el transcurso de las últimas décadas, el PSOE ha defendido con uñas y dientes estos tres pilares principales, habitualmente en conjunción con el Partido Popular (PP). Hasta la aparición de Podemos, PP y PSOE se alternaban en el poder, como pasaba en el siglo XIX, sin atentar contra las bases de este régimen.
Este es el motivo por el que se considera al PSOE como parte del problema existente actualmente en España. A diferencia de lo que anuncian sus siglas, hace muchos años que no representa una verdadera opción de izquierdas. El partido capitaneado por Pedro Sánchez es monárquico, nacionalista y capitalista.
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Hábil político y negociador, Rubalcaba participó en las principales cuestiones a las que se tuvo que enfrentar el régimen del 78. Considerado como el artífice del fin de ETA, también es conocido por haber negado siempre la existencia de los GAL, incluso cuando ya existían condenas judiciales firmes. También negoció con los partidos catalanes la redacción del Estatut de 2006, y con la casa real la dimisión de Juan Carlos I y su sucesión por parte de Felipe VI.