La izquierda española: entre las instituciones y la calle
Después de la temporada electoral, el estado de la izquierda española es muy delicado. Unidas Podemos retrocedió hasta ser la cuarta fuerza en el Congreso de Diputados, perdiendo 29 escaños y millón y medio de votos. En las doce elecciones autonómicas celebradas el 26 de mayo, las distintas coaliciones formadas entre Podemos, Izquierda Unida y otras fuerzas perdió diputados en todos los casos. En las elecciones municipales, UP perdió más de la mitad de sus concejales, así como las alcaldías de Madrid y Barcelona. Finalmente, en las elecciones europeas también se perdieron 5 escaños.
>>Breve análisis de los resultados electorales del 26-M: el PSOE asienta su recuperación<<
Las causas del bajón electoral de Unidas Podemos
Las causas de este bajón electoral son varias. En primer lugar, el ascenso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Después del 15-M y la creación de Podemos, el PSOE había sido señalado como pata necesaria del Régimen del 78, uno de los dos pilares del sistema partidista que había gobernado España durante las últimas décadas y principal defensor de la monarquía y el sistema capitalista. No obstante, UP volvió a situarlo en el bloque de la izquierda cuando intentó -primero- y consiguió -después- llevar al poder a Pedro Sánchez. Pablo Iglesias aseguraba que el gobierno del PSOE era un gobierno progresista, y así lo creyeron muchos votantes de izquierdas.
En segundo lugar, evidentemente, encontramos el ascenso de VOX y de la extrema derecha. Después de los resultados en el Parlamento de Andalucía, entre buena parte de la sociedad española nació una inquietud, no infundada del todo, en la que se imaginaban un gobierno formado por el Partido Popular, Ciudadanos y el partido verde. Este miedo desplazó parte del voto hacia el PSOE, en un fenómeno que se conoce como “voto útil“.
Finalmente, otro de los motivos por los que UP ha obtenido malos resultados ha sido las divisiones internas que han provocado la marcha de Iñigo Errejón, así como la presentación de Manuela Carmena bajo sus propias siglas, Más Madrid. A pesar de que todos los partidos viven conflictos internos, en el caso de Podemos estos son explotados por parte de los grandes medios de comunicación, creando conflictos en cada decisión que toma su dirección. Esta sensación de inestabilidad ha influido en los resultados electorales.
>>Debate: ¿deben dimitir Pablo Iglesias y Alberto Garzón?<<
El futuro de Unidas Podemos
Los resultados han sido malos, y los partidos que integran la confluencia de Unidas Podemos deben reflexionar. Parece evidente que hay algo que no se está haciendo bien, y tanto Podemos como Izquierda Unida deberían hacer sendos congresos con la militancia para analizar las hojas de ruta.
Uno de los elementos que debe cuestionarse es el de los liderazgos. Debe recaer en la militancia decidir si las personas que encabezan las formaciones siguen estando habilitadas para dirigir sus partidos. No obstante, tanto Podemos como Izquierda Unida son organizaciones transversales, en las que los militantes deciden desde la base los movimientos que debe realizar su partido. De este modo, la culpa de los resultados electorales debería recaer tanto en los dirigentes como en los propios afiliados.
En cualquier caso, es evidente que el espacio de la izquierda necesita un partido que les represente y defienda sus intereses. Un espacio electoral amplio, que pueda aglutinar más de un partido, sin interesarse por las cuotas, y que proponga todo aquello que mueve a la izquierda del país, es decir: la instauración de una República y la realización de un proceso constituyente, la defensa de la autodeterminación de los pueblos de la península entre otros -evidentemente, consensuados por todas las organizaciones que formaran parte de esta marca electoral-.
Además, la estrategia de Podemos de luchar con las armas de los partidos habituales -las televisiones, la prensa y las radios generalistas-, se ha visto exprimida. Intentando luchar con los medios del Régimen del 78, Podemos y los otros partidos de izquierdas se han alejado de la calle, aquella calle que les llevó a los excelentes resultados de las elecciones europeas de 2014 -6 eurodiputados para IU y 5 para Podemos-.
A la izquierda no le interesa -o no debería- si tiene este o el otro diputado; si tiene más o menos cuota de pantalla o si el rey los recibe más o menos que a los representantes del PP. Lo que de verdad le interesa a la izquierda es parar los desahucios -sea desde las cortes o desde el portal de la casa de los afectados-; terminar con los sueldos miserables, con la sanidad destrozada o la educación abandonada; con un Estado policial que controla todos los parámetros de la vida de sus ciudadanos o el asesinato de miles de personas en el Mediterráneo y en las fronteras de España.
El principal problema de UP y lo que debería afrontar de cara al futuro, es la vuelta a las calles, a las plazas; recuperar el espíritu del 15-M y dejar el juego de PSOE, PP y los otros puntales del Régimen del 78. Nunca podrán vencer en su juego: se debe cambiar las reglas del mismo. Y esto pasa, ineludiblemente, por volver a la calle y estar al lado de las personas que realmente lo necesitan. Solo así volverá a ganarse la confianza de sus votantes.