Hasta ayer, los vínculos de la Iglesia Católica con el golpismo nicaragüense se encontraban ocultos bajo el silencio mediático de los grandes medios de comunicación, que ni siquiera han desvelado que la violencia en Nicaragua ha sido aplicada por grupos terroristas.
La izquierda sandinista acusaba a la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) de apoyar al golpismo, un argumento denostado por la derecha mediática pese a que había pruebas consistentes, como el escape de varios terroristas disfrazados de monjas en Jinotepe, la tortura a militantes sandinistas y a policías dentro de las iglesias y la custodia de armamento en dependencias de la dirección del catolicismo nicaragüense.
Sin embargo ahora no hay manera de continuar ocultando esos vínculos. El obispo Silvio Báez fue grabado durante una conversación privada, y el audio ha sido filtrado por un grupo de católicos que rechazan el golpismo que regó las calles de Nicaragua de sangre desde abril hasta septiembre de este año.
En él Silvio Báez expresa que hay que alcanzar la unidad incluso con traficantes si es necesario para “quitar” el gobierno, lo que explica la presencia de maras salvadoreñas en las marchas violentas del fascismo nicaragüense, al igual que el aumento del narcotráfico durante el gobierno de Violeta Chamorro, que también contó con la bendición de la CEN. Silvio Báez también quiere de su lado a oportunistas e incluso a abortistas, siendo éstos últimos totalmente rechazados por la Iglesia Católica de Nicaragua, que ha presionado al gobierno de Daniel Ortega para mantener ilegal el aborto libre y gratuito.
El obispo Silvio Báez expresa que la CEN tiene muchas “ganas de llevar al presidente Daniel Ortega al paredón y fusilarlo“, aunque aclara que no pueden hacerlo. Hasta ahora, con la ayuda de los medios de comunicación, la Iglesia Católica nicaragüense se había presentado ante la opinión pública como una institución neutral que buscaba la paz mediante el diálogo.
Por otra parte Silvio Báez ha escandalizado a la opinión pública al expresar que “los tranques fueron una invención extraordinaria“, ya que en ellos han sido asesinados cientos de ciudadanos por ser -o parecerlo- afines al sandinismo, además de policías que ni siquiera llevaban armas de fuego. En ellos se ha impedido el paso a ambulancias provocando muertes, se ha secuestrado a varias personas para después torturarlas e incluso se han ultrajado cadáveres.
El obispo expresa su deseo de llevar a cabo una segunda oleada de tranques para forzar al Gobierno sandinista liderado por Daniel Ortega a sentarse en la mesa del Diálogo Nacional. En esa mesa, hace varios meses, la CEN obligó al ejecutivo de izquierdas a rechazar la violencia “venga de donde venga”, sabiendo que los muertos los estaba poniendo el sandinismo. Tras eso, la Iglesia Católica no pidió el cese de la violencia a los terroristas que organizaba desde sus iglesias, por lo que Daniel Ortega abandonó el Diálogo Nacional al comprobar que era una estrategia para hacerle perder el tiempo, mientras la violencia golpista se asentaba en todo el país.
La Alianza Cívica ha sido el eje vertebrador del intento golpista, una organización de la que la CEN se ha desvinculado, pero ahora el obispo Silvio Báez ha confesado que fueron los obispos la que la crearon. El líder religioso expresó concretamente que “los obispos creamos la Alianza (…) si la Alianza Cívica existe es porque nosotros la hicimos“.
Nicaragua, un país influenciado fuertemente por el catolicismo, -incluidos los militantes y simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional-, se ha visto sacudido por estas informaciones que hasta hace unas horas formaban parte de la batalla de las ideas entre el gobierno y la oposición. Al pasar al campo de la realidad, el gobierno de Daniel Ortega se ha revestido con credibilidad, al demostrarse como cierta una de sus principales líneas argumentales sobre la situación por la que atraviesa el país.
El obispo Silvio Báez, sin haberlo querido, ha lanzado un misil a la línea de flotación de los planes golpistas financiados por EEUU mediante Félix Maradiaga. La CEN trabajaba oculta contra la democracia nicaragüense, mientras daba la imagen de esforzarse por alcanzar acuerdos con los que llegar a la paz entre gobierno y oposición. Pero Silvio Báez se ha resbalado y ha dado al interruptor. La luz se ha encendido y la CEN estaba detrás del pueblo nicaragüense, con los brazos alzados y un puñal fuertemente agarrado entre sus manos.