El cuarto disco de estudio de los británicos King Crimson trata de buscar otros caminos sonoros y lo consigue. Islands es algo más contenido en su música. Igualmente fascinante, pero sin tantos momentos abruptos.
Islands es el cuarto trabajo de estudio de los progresivos King Crimson. También supone el final de una primera etapa llena de momentos trepidantes. Sin embargo, antes de lo que sucedería después, la música se domestica, se suaviza dentro de unos límites y se añaden momentos que picotean de diferentes estilos.
Nuevas idas y venidas
Antes de comenzar las sesiones de grabación, las piezas vuelven a variar para conformar una nueva alineación adecuada para el momento. El bajista y vocalista Gordon Haskell abandona la formación junto al batería Andy McCulloch. Ambos habían estado bastante incómodos durante las sesiones de grabación del anterior trabajo titulado Lizard. Sus sustitutos serían, respectivamente, Boz Burrell e Ian Wallace. Los nombres que continúan son los de Peter Sinfield, Robert Fripp y Mel Collins.
En las audiciones para conseguir al nuevo vocalista también participaron nombres como los de Bryan Ferry, aunque finalmente se decantaron por el citado Burrell. Curiosamente, Boz no sabía tocar el bajo, aunque Fripp le enseñó en unas pocas semanas para que pudiese tocar y cantar a la vez.
También volvieron a contar con varios músicos de sesión. Entre ellos repetirían Mark Charig, Keith Tippett y Robin Miller, además de puntuales colaboraciones como las de la vocalista Paulina Lucas y Harry Miller.
Cambio de registro
Islands es un álbum más reposado. Tiene ciertos momentos trepidantes, pero la tónica general se instala en una tensión contenida. De hecho, a los elementos habituales progresivos y a los evidentes toques de jazz, hay que añadirle ciertas inclinaciones hacia el chamber pop, sobretodo en ciertas composiciones.
El problema es que el ambiente que ha rodeado a las sesiones de grabación no ha sido el mejor. Primero porque la relación entre Robert Fripp y Peter Sinfield comenzó a deteriorarse, de hecho, Peter dejaría la banda poco después. Como agravante, varios de los músicos fueron tratados como meros figurantes de sesión más que como miembros oficiales, y claro, esto tenía que estallar de alguna manera.
Aún así, se las apañaron para realizar un trabajo lleno de texturas, con un puñado de composiciones en el que varias de ellas tuvieron versiones primigenias que han ido evolucionando hasta aquí.
Las canciones
La primera parte del álbum comienza con “Formentera Lady”, un corte de algo más de 10 minutos, que comienza con el contrabajo de Harry Miller, el cual se respalda con la flauta de Mel Collins. Una de las grandes novedades es, por otra parte, la voz de Boz Burrell, cuya estancia en la banda sería efímera, ya que después formaría parte del grupo Bad Company. Aunque ciertos pasajes son tranquilos, hay cierto halo de tensión. En la composición colabora Pauline Lucas con sus voces.
“Sailor’s Tale” es probablemente el tema más frenético de la obra y también uno de los mejores del álbum. Es el que más se puede emparentar con lo que King Crimson plasmó en sus dos primeros discos. En esta ocasión destaca la base rítmica, con Burrell al bajo e Ian Wallace a la batería, mientras el saxo de Mel Collins revolotea libremente en parte de la composición. Mucho jazz rock, cambios de ritmo, diferentes ambientaciones…lo tiene todo. Si tomamos como referencia el formato vinilo, que es como se concibió la obra, la primera parte termina con “The Letters”. La base de la misma deriva de una canción titulada “Why Don’t You Just Drop In”, la cual se remonta a la época primigenia llamada Giles, Giles & Fripp.
La belleza del corte homónimo
La segunda parte comienza con la beatleliana “Ladies on the Road”, de temática picante y en clave pop rock. Un buen contraste con respecto al resto de la obra. A esta le sigue la instrumental “Prelude: Song of the Gulls”, donde se destaca la sección de cuerda, la cual va tejiendo preciosas melodías. Eso sí, deriva del corte “Suite nº1”, también de la época Giles, Giles and Fripp, raíz de la formación oficial de la banda. Una prueba más de que King Crimson es algo más que un grupo de rock progresivo al uso. Es experimentación, ambición y ganas de no repetirse una y otra vez.
Para el final dejan el tema homónimo. Corte bastante extenso en el que predominan los pasajes tranquilos. Burrell parece estar entonando una nana, en la que el saxo se convierte en protagonista por momentos. También hay que destacar los preciosos pianos de Keith Tippett. Bajo mi punto de vista es, junto a “Sailor’s Tale”, la composición cumbre del disco.
La portada
La portada de Islands es una fotografía en la que se percibe la Nebulosa Trífida de Sagitario. En sus primeras ediciones no incluía el nombre de la banda ni el título del álbum.
El contexto en relación a la discografía
Islands no es un disco tan complejo como podrían serlo anteriores obras de la banda, sin embargo, tampoco es de fácil escucha. Al menos no a las primeras de cambio. Es menos rompedor y retorcido, pero a cambio gana en texturas y pasajes oníricos.
El álbum se puede enmarcar dentro de la primera etapa de la banda, pero son los coletazos finales de la misma, ya que lo que vino después cambia en prácticamente todo: integrantes, concepto y sonido.
En lo que concierne a la posición en las listas, Islands alcanzó el puesto número 30 en el Reino Unido y el 76 en los Estados Unidos.
El álbum fue remasterizado en varias ocasiones. Destacan las ediciones con motivo del 30 y 40 aniversario. En la del 40 aniversario se incluye CD y DVD. La remasterización corrió a cargo de Robert Fripp y Steven Wilson. El CD incluye la remasterización de 2010 y bonus tracks. El DVD cuenta con el disco en varias ediciones y formatos, por ejemplo, con el propio remaster del 30 aniversario, algo que es de agradecer, en 5.1 y demás contenido adicional.
Tracklist y créditos de Islands
- Formentera Lady 10:18 (Robert Fripp/Peter Sinfield)
- Sailor’s Tale 7:29 (Robert Fripp)
- The Letters 4:28 (Robert Fripp/Peter Sinfield)
- Ladies of the Road 5:31 (Robert Fripp/Peter Sinfield)
- Prelude: Song of the Gulls 4:14 (Robert Fripp)
- Islands 9:15 (Robert Fripp/Peter Sinfield)
- Boz Burrell: voces y bajo.
- Robert Fripp: guitarra, mellotron, armonio y efectos.
- Ian Wallace: batería, percusión y coros.
- Mel Collins: flauta, saxofón y coros.
- Peter Sinfield: textos, sonidos y diseño del artwork.
Participan como músicos de sesión y como colaboradores:
- Paulina Lucas: voz soprano en “Formentera Lady”.
- Keith Tippett: piano.
- Mark Charig: corneta.
- Robin Miller: oboe.
- Harry Miller: contrabajo en “Formentera Lady” y “Islands”.
Grabado en octubre de 1971 en Command Studios de Londres (Reino Unido).
Producido por Robert Fripp y Peter Sinfield.