Enrique Santiago es diputado y Secretario General del Partido Comunista de España, crítico de las políticas neoliberales que han precarizado y empobrecido a la clase trabajadora española. Denuncia que en el periodo más álgido de la crisis económica los sectores que más crecieron fueron los de la venta de barcos de lujo, los yates, los coches deportivos de alta gama y la joyería y abrigos de piel. Tanto crecieron que los bancos les crearon fondos de inversión.
¿Qué ha pasado en España que la clase política no puede entenderse para conformar gobierno, y tiene que convocar nuevas elecciones para este 10 de noviembre, las cuartas en apenas dos años?
Nosotros sostenemos que la crisis económica que estalló el año 2007 en España produjo una gran crisis política institucional.
Uno de los factores de esta crisis fueron las políticas neoliberales que se constitucionalizaron para toda Europa a partir de los años 90 con el Tratado de Maastricht.
Para España, su implementación empieza a partir del 2011 con la reforma del Art. 135 de la Constitución, que desde ese momento solo permite hacer políticas económicas neoliberales, originando un estallido de movilizaciones populares y protestas que ocasionaron la ruptura del bipartidismo y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas.
Esta crisis política institucional ha impedido a la oligarquía poder constituir un gobierno estable que defienda sus intereses y sus políticas.
Unidas Podemos, una de las nuevas fuerzas que ha irrumpido en el escenario político mantiene una disputa con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que se encuentra en una posición ambivalente, de reivindicaciones políticas de izquierda pero en la práctica de gobierno implementando políticas neoliberales, con lo cual finalmente se cierran posibilidades de alcanzar acuerdos de gobierno.
En las últimas negociaciones, Unidas Podemos comprobó que el PSOE solamente está dispuesto a gobernar en solitario o bien cerrar acuerdos con la derecha, pero lo que no considera Pedro Sánchez es que las fuerzas de la derecha lo que quieren es gobernar ellos, no gobernar con el PSOE, o con la socialdemocracia europea.
Esa es la situación y es el PSOE el que se ha negado a conformar un gobierno de izquierdas, ya que teníamos mayoría suficiente para lograrlo, y ha apostado por una repetición electoral pensando que ésta le iba a favorecer porque iba a presentarse ante la opinión pública como la fuerza que daba estabilidad institucional.
Eso no ha sido así, principalmente por la crisis territorial que es una expresión más de esa crisis política del régimen que se fraguó en la transición de la dictadura a la democracia y que ahora hace agua por todas partes.
¿Se refiere a los problemas por la declaratoria de independencia de Cataluña?
Pero no solo por eso, ahora claro, eso ha estallado por el proceso independentista de Cataluña, pero esa es una crisis que se ha manifestado hace muchos años, como por ejemplo con en el País Vasco o en otros territorios del Estado que reivindican nuevas competencias que hasta ahora no tienen, porque España al fin de cuentas es un país plurinacional y lo reconoce la propia Constitución al mencionar a las nacionalidades históricas.
Pero el tema de mayor autonomía y de república federal son propuestas que el PSOE no va a aceptar.
El PSOE solamente está dispuesto a realizar reformas constitucionales que fortalezcan el neoliberalismo como única opción posible, y que en todo caso centralicen la administración del Estado o la mantenga en los términos de políticas de autonomías como están ahora mismo, pero sin avanzar en el modelo que nosotros propugnamos, que es el que garantiza la convivencia de todas esas nacionalidades que es el modelo de República Federal.
Pero ¿cuál es el problema? Para la oligarquía de este país y para el PSOE es que el modelo federal es imposible de concretar si no es en un Estado Republicano, y uno de los principales obstáculos para la consolidación de estos Estados es la Monarquía.
Hay territorios y nacionalidades como el País Vasco o Cataluña donde hay un amplio rechazo a la Monarquía, con los cuales el PSOE se niega a cerrar la crisis territorial avanzando en un modelo federal ya que eso significaría acabar con la Monarquía y sustituirlo por la República.
Lamentablemente el PSOE es defensor a ultranza de la Monarquía, y me sorprende y llama la atención porque la Monarquía en España es la legitimación del franquismo. Recuerdo que la Monarquía se instaura a la muerte del dictador Franco y el discurso del régimen es que se garantiza de esta forma la continuidad de la legitimidad originaria.
Volviendo al tema de la conformación de gobierno, ¿por qué no aceptaron la propuesta de Pedro Sánchez?
La propuesta se aceptó, lo que pasa es que se aceptó no en el momento que la hizo el PSOE porque no era una propuesta suficientemente concretada. Ocurrió que el PSOE, en una actitud poco coherente inventó excusas para no cumplir cuando nosotros aceptamos esa propuesta.
En Izquierda Unida planteamos que debíamos aceptar esa propuesta de gobierno, que nos parecía insuficiente, pero creíamos que era un paso a partir del cual se podía seguir manteniendo la disputa por el control institucional pero ya en el Consejo de Ministros.
¿Se equivocó Pablo Iglesias?
No, no creo que se equivocara o dejara de equivocarse, porque lo que se pedía en ese momento era clarificación. Es cierto que el PSOE puso las carteras ministeriales pero nunca explicó cuáles eran las competencias de esos ministerios.
Hoy llego a la conclusión de que, aunque en ese momento se hubiera aceptado la propuesta, el PSOE se hubiera inventado alguna excusa para no cerrar el acuerdo, porque ese ha sido el desarrollo de los acontecimientos. A cualquier aceptación o propuesta, el PSOE iba inventando o poniendo sobre la mesa no nuevos requisitos, sino obstáculos.
Imagínate llegar al extremo, que no he visto nunca en ninguna negociación para conformar gobierno en el mundo, de vetar al máximo líder de la fuerza política con la que se está negociando. Creo que ellos vetaron a Pablo Iglesias porque creyeron que por una razón de amor propio, Pablo Iglesias nunca aceptaría ese veto, pero claro, lo que les descolocó fue cuando Pablo acepta ese veto y dice ¡Listo! Y entonces se vieron forzados a poner en la mesa una propuesta de gobierno, pero sin concretarla.
Hay algunos analistas que piensan que Pedro Sánchez nunca quiso la alianza de gobierno por los compromisos que tiene con la COE (gremio empresarial) y con el Banco Santander, ¿Cree usted eso?
Eso está claro. El círculo de empresarios salió diciendo, dos días antes de que el PSOE renunciara a intentar una nueva investidura, que era mejor un nuevo proceso electoral que un acuerdo con Unidas Podemos. Esto me confirma que la oligarquía de nuestro país e incluso la Casa Real, que ha sido parte de esa estrategia, ha manejado los tiempos y los ritmos, y ese manejo de los ritmos ha beneficiado a esa estrategia dilatoria porque si no ha habido una sesión de investidura, es porque no ha querido el Rey que la hubiera, porque constitucionalmente podía haber hecho el encargo nuevamente a Pedro Sánchez o a cualquier otro dirigente político.
Dentro del plazo de los sesenta días, el Rey tenía la potestad de hacerlo, y no ha querido hacerlo, con lo cual, lo que veo es que todas las piezas encajan y desde el día siguiente de las elecciones (10 de abril) lo que había era un convencimiento de hacer perder tiempo y marear a Unidas Podemos en una conversación que nunca iba a llegar a ningún acuerdo porque no tenían intención de llegar a acuerdos. Su estrategia siempre fue cambiar la actitud de Ciudadanos.
Lo que les rompió el guion es que Ciudadanos se creyó que podía ser el partido mayoritario de la derecha y su líder Albert Rivera pensó que podía ser Presidente del Gobierno cuando todos saben que Ciudadanos es un partido creado por los grupos de poder económico para dar apoyo y sostén político al PSOE.
Cuando el régimen comprueba que no es posible obligar a Ciudadanos a cerrar acuerdos con Pedro Sánchez, es cuando optan ya por la repetición electoral. Eso es lo que finalmente rompió el guion.
Las encuestas y sondeos le dan a Unidas Podemos el mismo margen de respaldo electoral que obtuvieron en las elecciones pasadas, si eso se mantiene, ¿hay posibilidades de llegar a un acuerdo de gobierno con el PSOE?
Vamos a insistir, a la vista de los resultados, en que no puede haber un gobierno con ningún partido de derechas. Hasta que no consigamos sobrepasar al PSOE en intención de voto, sabemos que estamos condenados a una tensión en nuestras relaciones para impedir que el PSOE se entregue a las fuerzas de la derecha.
Reconocemos también que esa tensión no es sencilla, pero no podemos renunciar a ella, porque renunciar a ella es dar por hecho que no hay otra alternativa que un gobierno neoliberal en nuestro país. Pensamos que la sociedad es una zona en disputa, de confrontación, de lucha de clases, pero que la lucha de clases va a tener expresión también, en caso de llegar a acuerdos, en las sesiones del Consejo de Ministros.
Menciona también que en España hay una confrontación entre dos bandos, los que están en el bando neoliberal, y los que combaten estas políticas.
Efectivamente, los que combaten las políticas neoliberales y los que defienden los derechos civiles y políticos, pero también los derechos económicos y sociales que figuran en la Carta Universal de Derechos Humanos, que por cierto, no es ningún programa máximo, leninista o revolucionario, es simplemente un programa democrático y universal, sobre todo en un mundo que tiene los recursos suficientes para alimentar dignamente a toda su población y más, y sobre todo, en un país donde dicen que es la décima economía del mundo.
En un país que es la décima economía del mundo no puede ser que haya más de 10 millones de personas en situación de pobreza, que se haya vuelto a situaciones de hambre y desnutrición infantil, que se pensaba estaban erradicadas. O las deficiencias de los servicios sanitarios por los recortes presupuestales, con el consiguiente retorno de enfermedades como el sarampión y una precariedad laboral que provoca un fenómeno que era desconocido en el país, que son los trabajadores que tienen empleo pero son pobres.
Hasta que estalló la crisis provocada por las políticas neoliberales, los pobres eran los desempleados, pero de pronto tener un empleo no te garantiza nada y más bien se agudiza la precarización, la disminución de los niveles salariales, la la pérdida de capacidad de negociación colectiva, entre otras reformas laborales.
Antes en España, si un convenio colectivo se extinguía, mientras que se negociaba otro y se llegaba a un acuerdo, permanecía en vigencia, lo que se llamaba la ultractividad. Ahora no, ahora se extingue y se acaba el convenio, con lo cual esta práctica se convierte en un incentivo para que los grupos empresariales no firmen un nuevo acuerdo, y mientras no firman un nuevo acuerdo, pues no hay convenio colectivo, no hay regulación de las condiciones laborales y eso precariza la vida, con lo cual, nuestra aspiración de momento no es construir el socialismo, a la cual no renuncio, pero pensamos que en esta fase estamos optando simplemente por conformar una mayoría social y política que nos permita implementar un programa democrático que garantice los derechos de los trabajadores y de las mayorías.
Y esto último es simplemente lo elemental de un programa democrático…
Y es que es lo mínimo que cualquier sociedad debe garantizar. Nuestro programa no pide que desaparezcan los millonarios, lo que estamos pidiendo es que todo el mundo tenga condiciones dignas para su vida.
Es paradójico porque en España lo que más ha crecido son los millonarios.
Es parte de las desigualdades del sistema de redistribución de riqueza, que en verdad ha dejado de redistribuir para pasar a una gran concentración de riqueza en cada vez menos manos, entonces claro, se han producido estos fenómenos y lo podemos comprobar a través de estos llamados ranking de millonarios que publican las revistas Forbes y Eurobissnes y lo que nos indica es que desde que estalló la crisis en España, los que más han crecido son los millonarios.
Aunque parezca paradójico, pero los únicos sectores que crecieron en este periodo de crisis fueron la venta de barcos de lujo, los yates, los coches deportivos de alta gama y la joyería y abrigos de piel. Estos son los tres sectores económicos que crecieron tanto que incluso los bancos construyeron fondos de inversión sobre esas empresas porque eran las únicas que estaban con crecimiento garantizado. Esto es lo que ha pasado en España en los últimos años, una cosa escandalosa.
Hay una brecha social y económica muy desigual.
Esto se ha originado por las políticas fiscales, las reformas laborales y los mecanismos de redistribución de la riqueza. Fíjate que en España los bancos tributan al 1 o 1.5% sobre los beneficios y los sectores laborales, trabajadores tributan a un 20 o 25% sobre todos los ingresos, no sobre los beneficios.
En esa lógica podemos entender los grandes ingresos de los ejecutivos y banqueros y eso es un insulto, cuando el tributo nominal del impuesto de empresas y de sociedades es un 25% que sigue vigente, pero que a base de execciones fiscales pagan de 1 a 1.5%. Una cosa escandalosa y que lo han permitido las políticas del Partido Popular y del Partido Socialista.