La Alianza se moviliza en Honduras contra el aumento del precio de gasolina y gas
La batalla contra el fraude electoral ejecutado por el estado hondureño en las elecciones generales del pasado 26 de noviembre, la ha ganado la dictadura dirigida por Juan Orlando Hernández (JOH). Atacando a la oposición hondureña organizada en la Alianza de Oposición contra la Dictadura (La Alianza) por su eslabón más débil, desarticuló el potente movimiento popular antifraude que tomó las calles durante meses, exigiendo la auditoría pública de los resultados.
Salvador Nasralla, fundador del Partido Anti Corrupción (PAC), que abandonó cuando la mayoría de sus dirigentes se opusieron a que fuera el candidato de la izquierda unida en La Alianza, protagonizó varios encontronazos con las bases de La Alianza y su líder Manuel Zelaya, a causa de sus prisas para ser reconocido como presidente. Finalmente, se separó de la izquierda, provocando la desmovilización de las masivas manifestaciones contra el fraude.
Tras la ruptura, las dos organizaciones políticas que integran la Alianza de Oposición contra la Dictadura, el partido Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Innovación y Unidad (PINU), acordaron mantener la unidad en torno al liderazgo del expresidente Manuel Zelaya, que trazó una estrategia de movilización popular permanente para hacer caer al régimen de Juan Orlando Hernández.
Durante el fin de semana pasado, las manifestaciones fueron en protesta por el sucesivo aumento del precio de la gasolina, y el gas doméstico, aplicados recientemente por JOH bajo la justificación de las fluctuaciones de la economía de Estados Unidos. La Alianza ha reprochado que esos aumentos son parte de la privatización que la dictadura adelanta para seguir beneficiando a la oligarquía nacional.
Varios alimentos y la luz también registran continuas subidas en uno de los países con más pobreza del continente, un 80% de su población está en situación de pobreza relativa o pobreza extrema. Debido a ello, la oposición liderada por Manuel Zelaya ha expresado que la vida de los sectores sociales más desprotegidos corre peligro con el alza continuada de los precios.