La oposición venezolana carga contra las muestras públicas de bienestar
La oposición de Venezuela se encuentra en plena travesía por el desierto iniciada por sus malas decisiones políticas, tomadas a causa de un análisis erróneo en el que identificaron a Nicolás Maduro como un enemigo fácil de abatir y al chavismo como un agente social en franca decadencia. La derecha criolla usó su propia percepción de la realidad de Venezuela en vez de la realidad objetiva.
La última mala decisión es la que ha terminado por llevar a la derecha venezolana a la irrelevancia: no participar en las elecciones presidenciales celebradas el pasado mes de mayo. Lo cierto es que una parte de la oposición sí tomó parte pero fue víctima de los ataques de la otra parte que decidió no concurrir. De esta manera la oposición se ha desgastado a sí misma de una manera tan exagerada, que la función de oposición a Nicolás Maduro la ejercen Donald Trump y sus socios internacionales (Unión Europea, Canadá, Colombia, Perú, Chile y Brasil) en vez de los líderes políticos del campo conservador venezolano.
Las últimas medidas del presidente Maduro han tenido un rápido impacto positivo en la realidad cotidiana de Venezuela, pese a que según las estimaciones del propio gobierno bolivariano, no será hasta dentro de dos años que el efecto de las iniciativas alcance a todos los sectores afectados por las consecuencias de las sanciones, y el boicot promovidos por la oposición.
Las matrices de opinión asentadas por los medios de comunicación estadounidenses se centran ahora en la supuesta hambre que sufre la población en Venezuela y el exilio forzado a causa de ella. Pese a que los datos que se manejan son de unos 600.000 venezolanos en el exterior, la oposición aumenta esa cifra hasta los dos millones.
A día de hoy la demanda de los venezolanos en el exterior por volver al país tras ver el impacto de las medidas de Maduro, ha provocado que el Gobierno haya decidido establecer un puente aéreo para satisfacer las peticiones de acogida al Plan Vuelta a la Patria, puesto en marcha por el presidente socialista.
A la oposición no parece gustarle que la población de su país recupere el poder adquisitivo perdido tras la guerra de aumentos entre el gobierno (salarios) y los portales especulativos (precios), ya que uno de sus máximos líderes JJ Rendón ha expresado su malestar por los cientos de miles de venezolanos que suben a sus redes sociales fotos de lo mucho que comen y otras situaciones en las que se puede apreciar su bienestar.
El político de derechas ha dicho que hacer eso es formar parte del régimen de Maduro, y considera que esas fotos y ese bienestar solo lo pueden mostrar los venezolanos en el exterior. JJ Rendón quiere mantener la matriz de opinión que señala que en Venezuela se sufre y que en el exterior se vive bien. Una realidad que no parece corresponderse con lo que realmente pasa a juzgar por las declaraciones de las decenas de miles de personas que se acogen al Plan de la Patria, quienes precisamente se arrepienten de haber creído a la oposición cuando aseguraba que había que marcharse para conseguir bienestar.
La derecha venezolana está viendo que la única carta que le quedaba para jugar contra la Revolución Bolivariana se le cae de las manos sin que pueda hacer nada para remediarlo, por lo que ha acudido a los medios de comunicación para regañar a los venezolanos que suben fotos de su vida cotidiana a las redes, lo que a fin de cuentas actúa en su contra, ya que demuestra que la realidad venezolana no concuerda con cómo quiere percibirla la oposición.