Hace tan solo dos días, el pasado 21 de agosto, daba comienzo la mayor huelga de reclusos de la historia de los Estados Unidos de América (EEUU). Convocada desde el pasado 24 de abril, la protesta bautizada como Prison Strike 2018 pretende acabar con una serie de injusticias perpetuadas desde el estado contra los prisioneros, además de exigir unas mejores condiciones generales, tanto en calidad de estancia como de revisión de las condenas y eliminación de prejuicios. Para apoyar todo esto, los presos estadounidenses cuentan con la ayuda de distintas instituciones que comenzaron sus planes para las cárceles de Carolina del Sur, estado que lideraría la protesta. Se espera que hasta 17 estados se sumen a la revolución carcelaria, aunque por ahora solo se ha confirmado la adición de los reclusos de Delaware, Florida, Louisiana, Missouri y Carolina del Norte. Desde antes de ayer, los empresarios beneficiados del trabajo esclavista de las cárceles de estos estados están sufriendo las consecuencias de tener su maquinaria humana parada. Pero, ¿será posible que esta huelga se pueda mantener durante los 19 días para los que está prevista? ¿Quiénes son sus colaboradores externos y cómo puede un encarcelado hacer efectiva una protesta pacífica? A continuación, las claves para entender el Prison Strike 2018.
Reivindicaciones: una lista con 10 exigencias
La principal petición de los encarcelados en las prisiones estadounidenses es la que llevaría a subir el salario que cada prisionero percibe por realizar determinadas tareas. Por cada hora de trabajo, un recluso del estado de Carolina del Sur recibe un salario medio de 4 céntimos de dólar. Servir comidas, hacer la colada o barrer los patios, entre otras cosas, son labores que si no fuesen realizadas por un presos forzados a aceptar esta situación precaria tendrían que ser realizadas por trabajadores externos, cuyos salarios son significativamente más altos y para los que se debe establecer contrato. Este abuso de la voluntad de los prisioneros tiene como principal objetivo el abaratar los costes además de degradar a los detenidos, que se ven realizando jornadas de muchas horas de una forma forzosa e inhumana.
Otra de las peticiones más importantes de las que han publicado los representantes de los presidiarios es la que se refiere a la clara desigualdad que existe entre la población reclusa blanca y la población reclusa racializada. Las personas afrodescendientes en EEUU tienen una tasa de encarcelamiento 5 veces superior a las blancas, suponiendo hasta el 34% de la población cautiva del país. El trato que reciben en prisión, por su parte, es mucho peor, existiendo en algunas prisiones leyes que penalizan la pertenencia a bandas, norma principalmente dirigida hacia personas negras e hispanas.
En definitiva, la lista sacada de la página web oficial de Prison Strike 2018, contiene las siguientes peticiones:
- Mejoras inmediatas en las condiciones de las cárceles y políticas penitenciarias que reconozcan la humanidad de presos y presas.
- Fin de la esclavitud en las cárceles. Todas las personas presas en cualquier lugar de detención bajo la jurisdicción de los EEUU deben de recibir los salarios normales en su Estado o territorio por su jornada laboral.
- Rescisión de The Prison Litigation Reform Act, poniendo a disposición de las personas presas un canal adecuado para señalar abusos y violaciones contra sus derechos.
- La Truth in Sentencing Act y la Sentencing Reform Act deben ser retiradas para que las personas presas tengan una posibilidad de rehabilitación y libertad bajo palabra. Nadie debe ser sentenciado a encarcelamiento hasta la muerte o cumplir una sentencia sin posibilidad de libertad bajo palabra.
- Poner punto final a la imputación desproporcionada de negros e hispanos, a la desproporción en sentencias contra negros e hispanos, a la denegación de libertad condicional para negros e hispanos. No debe negarse la libertad provisional a las personas negras cuando la víctima es de raza blanca, un problema frecuente en los estados sureños.
- Poner punto final a las leyes racistas que penalizan la pertenencia a una banda, dirigidas contra las personas negras e hispanas.
- Ninguna persona presa ha de ser rechazada en los programas de rehabilitación por estar clasificada como delincuente violento.
- Las prisiones estatales deben recibir fondos destinados específicamente a ofrecer más servicios de rehabilitación.
- Los programas de becas deben retornar a todos los estados y territorios de Estados Unidos.
- El derecho a voto de todos los reclusos que cumplen sentencias, están en prisión provisional y de los así llamados ex-delincuentes debe ser tenidos en cuenta. Se pide representación. Todas las voces cuentan.
Proceso de huelga y estrategia
La huelga consistirá en atacar al sistema capitalista donde le duele, en la plusvalía. Los trabajadores que cobraban céntimos por su labor están dispuestos a abandonar esas tareas casi forzosas hasta percibir por ellas un salario digno, como el que recibiría cualquier otro ciudadano. Como los trabajos de los internos resultan hoy en día fundamentales para el correcto (y barato) funcionamiento de la prisión, este ataque resulta muy efectivo. Tanto es así que los policías y funcionarios llevan meses tratando de disuadir las intenciones de los prisioneros, amenazándoles con penas adicionales endurecidas a su condena o con la eliminación de ciertos derechos. Como también cabe esperar, las intimidaciones y la violencia física por parte de la Policía también han existido.
Para el que no conoce el sistema penitenciario norteamericano, puede resultar complicado entender cómo un prisionero es capaz de protestar pacíficamente y sin amotinarse. Sin embargo, además del paro en el trabajo, muchos reos están dispuestos a hacer huelga de hambre durante los 19 días que dure la protesta. Método que unido con el anterior podría resultar determinante.
Apoyos: agrupaciones políticas y bufetes
Son diversas las organizaciones que respaldan la Prison Strike 2018. Las más visibles son el Incarcerated Workers Organizing Committee y el Jailhouse Lawyers Speak. Aunque la mayoría de lo conseguido en la protesta se va a lograr si los prisioneros logran tener cohesión y voluntad, el haber contado con la ayuda asociaciones de abogados y sindicales para tener asesoramiento ha resultado fundamental. La mayoría de los puntos y peticiones expuestas han sido redactadas por los expertos legales que secundan la causa de los prisioneros y que les dicen, además, cómo deben actuar y defenderse para evitar un aumento de su pena de cárcel.
Motivos y antecedentes
La convocatoria de huelga se hizo en abril de este año como respuesta a la muerte de 7 reclusos durante un motín en el Penal Lee de Carolina del Sur. El día 15 de ese mes se produjo el cuarto incidente mortal en esa cárcel en tan solo un año. El trágico episodio fue considerado, además, uno de los peores de la historia de la prisión. Desde Jailhouse Lawyers Speak, se culpa de este incidente a los directivos de la prisión y a “la avaricia derivada de la encarcelación masiva”.
“Siete compañeros perdieron sus vidas durante un levantamiento sin sentido, que podría haberse evitado si la prisión no hubiera estado tan superpoblada, por la avaricia provocada por el encarcelamiento masivo, y una falta de respeto por la vida humana que está enquistada en la ideología penal de nuestra nación”, reclamó la organización líder de la reivindicación en un comunicado a prensa.
Además de esto, la fecha elegida para el comienzo de la protesta corresponde a un acontecimiento histórico muy relevante dentro de la historia penitenciaria norteamericana: La muerte de George Jackson a manos de los guardias de la penitenciaría de San Quintín, en 1971. Jackson, militante comunista y pantera negra condenado por el robo de 70 dólares en una gasolinera, fue acribillado por los policías durante una revuelta de prisioneros. No logró sobrevivir.
El día 9 de septiembre, día previsto para disolver la huelga, tampoco fue escogido al azar, sino que corresponde a otro acontecimiento simbólico: el día en que más de mil presos tomaron el poder de la prisión de Attica en señal de protesta por el asesinato de George Jackson, sucedido dos semanas antes. Esta rebelión resultó ser la más grande registrada en la historia de la nación.
Desgraciadamente, el resultado final de aquello se sentenció con la muerte de más de 40 prisioneros, después de que el gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, ordenase a la Guardia Nacional una respuesta violenta a los altercados. Esperemos que Prison Strike 2018 no supere las expectativas de tan sangrienta efemérides y que nadie, independientemente de su pasado, resulte herido solo por exigir unos mínimos derechos.
Sería una auténtica pena.